¿Por qué en Wall Street cruzan los dedos para que Los Ángeles gane la Super Bowl?

  • La final por el anillo de campeón enfrentará a los Rams de la Conferencia Nacional con los New England Patriots de la Conferencia Americana. 
El presidente de EE.UU., Donald Trump, en una imagen del 21 de diciembre de 2018. EFE/ Shawn Thew
El presidente de EE.UU., Donald Trump, en una imagen del 21 de diciembre de 2018. EFE/ Shawn Thew

Se calcula que más de cien millones de personas alrededor del mundo seguirán este fin de semana la Super Bowl, la final de la liga de fútbol americano, en la que el vencedor de la Conferencia Nacional (NFC), Los Ángeles Rams, se enfrentará al ganador de la Conferencia Americana (AFC), los New England Patriots, por el ansiado anillo de campeón. Entre estos espectadores habrá muchos inversores cruzando los dedos para que el equipo californiano se imponga en esta cita. ¿Por qué? Una teoría bursátil tiene la culpa de ello.

De entre los índices más sorprendentes que se emplean para tratar de prever cómo cerrará el año la renta variable, 'The Super Bowl Indicator' es el que más seguidores cosecha entre los aficionados al deporte rey en la primera economía del mundo. La casualidad ha querido que prácticamente todas las veces que un equipo de la NFC se ha hecho con el título, el Dow Jones ha despedido el ejercicio al alza; mientras que cuando el vencedor ha sido uno de la AFC el año ha cerrado en negativo para el indicador.

Esta teoría rocambolesca se ha cumplido en el 80% de los casos desde que en la década de los setenta el periodista Leonard Koppett descubrió una correlación entre ambos. Lo cierto es que en los tres últimos ejercicios la regla ha fallado: en 2018, pese a que los los Philadelphia Eagles (NFC) se hicieron con el anillo, y que el Dow Jones llegó a registrar máximos históricos el 3 de octubre (en 26.828 puntos al cierre), el índice cerró finalmente el ejercicio con un retroceso del 5,6%.

Previamente, en 2017 y 2016 dos equipos de la AFC se impusieron a sus rivales: los New England Patriots y los Denver Broncos. Pese a ello, el índice estadounidense registró avances del 25,58% y del 13,42%, respectivamente. Estos tres ejemplos no desalientan a quienes aseguran que muchos gestores pagarían por no fallar en 8 de cada 10 inversiones. 

En opinión del economista Javier Santacruz, se trata de un caso bastante claro de "correlación espuria" ya que une una tendencia estacional de los índices bursátiles con la celebración de un acontecimiento deportivo. "Probablemente si la final de la Super Bowl se cambiase de fecha, la Bolsa seguiría a lo suyo. Esto es como el típico ejemplo que ponemos en clases de Estadística de la correlación perfecta entre el número de nacimientos de niños en Baviera y el número de cigüeñas que sobrevuelan el cielo de esta ciudad...", asegura.

Desde su punto de vista el mercado estadounidense tiene potencial de crecimiento hasta que se agote la fase alcista del ciclo económico. Los principales bancos de inversión estiman que actualmente nos  encontramos ya inmersos en la fase de desaceleración y que la recesión llegará aproximadamente en año y medio. Así, la valoración de las principales compañías sigue siendo atractiva y tienen capacidad de crecimiento, especialmente a partir del momento que Washington y Pekín firmen su pacto comercial.

La gestora Axa Investment Managers, perteneciente a la aseguradora francesa, se muestra optimista con la renta variable este año, sobre todo con la estadounidense y los mercados emergentes. El desplome de Wall Street experimentado durante el mes de diciembre ha hecho que, a juicio de Jaime Albella, su director de ventas para España, "los múltiplos sean menos ajustados".

Otro de los gigantes de la inversión, BlackRock, ha sido claro a la hora de identificar los riesgos que pueden poner piedras en el camino de los mercados este año. Entre ellos sitúa las relaciones cada vez más tensas de la Administración de Donald Trump con sus socios y con sus adversarios, así como la incertidumbre en torno al Brexit o los disturbios políticos en países como Venexuela, pero también en España. 

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