Wall Street o Asia ¿Quién tiene más que perder si Trump y Xi tensan la cuerda?

Bolsa de Nueva York, Wall Street
Bolsa de Nueva York, Wall Street
Pixabay

La incontinencia verbal de Donald Trump empieza a resultar inoportuna para unas bolsas que en el caso de Estados Unidos estaban disfrutando de una dulce tregua en zona de máximos históricos y con pocas señales de que fuera a producirse un cambio de tendencia en el corto plazo. La amenaza de nuevos aranceles ha caído como un jarro de agua fría en Asia y se le ha atragantado también a los inversores en Wall Street, donde ha vuelto a surgir la pregunta de si es buen momento para plegar velas.  

Los expertos consultados creen que la situación va a ser difícil de manejar, teniendo en cuenta lo peculiar del propio personaje, de Trump, que es el único que conoce sus verdaderas intenciones. Si persiste la incertidumbre, en el peor de los casos el mercado estadounidense podría perder todas sus ganancias desde los mínimos de 2018 y no descartan incluso una recesión el próximo invierno en EEUU. Por esta razón, el escenario más probable es que el propio Trump "esté jugando con las tácticas y se llegará a un acuerdo en los próximos días", asegura Yves Bonzon, director de inversiones del banco privado Julius Baer.

Si los chinos rompen las negociaciones, la incertidumbre persistirá y los riesgos aumentarán. A corto plazo, los analistas ven más probable que sean las acciones de empresas del gigante asiático las que se vean más afectadas. "Evaluamos el riesgo a la baja en un 5% para las acciones estadounidenses y un 10% para las acciones chinas", sentencian.

En la misma medida, si las dos potencias acaban con sus hostilidades las bolsas de uno y otro lado volverán rápidamente a sus máximos más recientes. "Técnicamente, una consolidación de las acciones estadounidenses es paradójicamente muy positiva para el resto del año. Todo depende obviamente de la reacción china y de las intenciones de la Casa Blanca", añaden desde el banco privado. 

Los otros frentes abiertos de la guerra comercial

La clave está en cómo transcurran las conversaciones que las dos partes tienen previsto mantener esta semana en Washington y a las que parece que, en principio, la delegación china acudirá finalmente (algo que llegó a replantearse en las últimas horas tras las declaraciones de Trump). Desde la consultora de análisis de mercado MacroYield recuerdan que las negociaciones comerciales tienen más frentes abiertos además del chino.

Entre ellos destacan los problemas en el Congreso de EEUU para ratificar el Nafta 2.0 (el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte), puesto que los demócratas se niegan a firmar la ley mientras Trump no elimine los aranceles al acero y aluminio a Canadá y México. Pero también con la posible entrada en vigor a partir de mediados de mayo de los aranceles a los automóviles europeos (en principio, la fecha límite para decidir si se implantan esos aranceles es el 18 de mayo), que dejan especialmente tocada a la industria alemana. 

De hecho, de impacto total de 8.400 millones de euros que tendrían estos impuestos, 5.700 millones (67%) los tendrían que asumir directamente BMW, Daimler (Mercedes) y Volskwagen, tal y como señalan los expertos de Banco Santander. Las negociaciones con Bruselas podrían retomarse esta misma semana y ha trascendido que la UE podría estar dispuesta a incrementar considerablemente la compra de energía a EEUU para evitar estos aranceles. En la agenda de la próxima semana, según ha trascendido, se establecerá cuál será el rango de actuación del posible acuerdo.

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