Amenaza de recesión

Alemania cierra 2022 con empleo récord pero acorralada por el alza de precios

El país centroeuropeo anota 45,6 millones de trabajadores, lo que supera el dato previo a la pandemia, todo un hito en un año marcado por una inflación superior al 10% del PIB que ha avivado las pesadillas del país. 

Olaf Scholz
Olaf Scholz
Europa Press

Alemania ha cerrado el 2022 con un nuevo hito en las cifras de empleo. Cerca de 45,6 millones de personas estaban trabajando en el país germano al finalizar un año que ha golpeado duramente la economía de Berlín, como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. El último año ha dejado niveles históricos de inflación, que en el mes de noviembre se situaba en el 10,1% del PIB, lo que ha reavivado la pesadilla vivida tras la Primera Guerra Mundial y ha hecho que el canciller, Olaf Scholz, pusiese en marcha toda la maquinaria del Estado para frenar el impacto de su alta independencia del gas de Putin.

La Oficina Federal de Estadística (Destatis) ha publicado el dato provisional que supone un incremento del 1,3% respecto al 2021, es decir, hay 589.000 personas más empleadas en Alemania. Lo que también supone una mejora respecto al máximo alcanzado en 2019, antes de desatarse la pandemia del coronavirus, cuando había 45,3 millones de empleados en el país centroeuropeo. Por tanto, se recupera la tendencia de aumento sostenido en este aspecto económico, que se había visto interrumpida tras 14 años de crecimiento por la covid.

Estos datos muestran que hay dos claves principales detrás de los positivos datos de ocupación: la inmigración de trabajadores extranjeros y el aumento del número de asalariados hasta las 643.000 personas. En cambio, se mantiene la tendencia a la baja del número de autónomos por undécimo año consecutivo, un sector que ha perdido a 54.000 personas este año. Además, han aumentado los contratos con salarios marginales, de corta duración o con remuneración mínima para desempleados de larga duración; sin embargo, no alcanza niveles prepandemia.

Estos movimientos parecen haber compensado los efectos moderadores de las características demográficas del país, que espera ver reducida significativamente su población en edad de trabajar en el medio plazo. El índice de fecundidad en el país con capital en Berlín no alcanza el número de remplazo (2,1 hijos por mujer) desde comienzos de la década de los 70, lo que se ha traducido en un importante envejecimiento de su población. Sin embargo, en los últimos años se sitúa en torno al 1,5 a diferencia del final y comienzo de siglo, donde se emplazaba próximo al 1,3.

Los datos de empleo resultan especialmente esperanzadores después de un 2022 que ha avivado los fantasmas de la Cancillería Federal, pocos meses después de que el socialdemócrata se hiciese con la victoria en las elecciones generales de septiembre de 2021. Alemania había incrementado progresivamente su dependencia del gas ruso durante los gobiernos de Angela Merkel porque resultaba más barato, lo que había llegado a suponer el 60% de sus compras. Scholz, recién llegado al cargo, se vio prácticamente obligado a declarar un "cambio de era" o "Zeitenwende". 

El gobierno tripartito, conducido por los socialdemócratas, los liberales y los verdes, ha conseguido salvar el invierno y solventar a contrarreloj esta dependencia, con el objetivo de eliminarla por completo para 2024. Sin embargo, este esfuerzo se ha traducido en los precios de la energía, que han crecido más de un 39%, dejando a final del año un IPC del 10,1% del PIB. Además, resulta especialmente significativo el aumento que han experimentado los alimentos y las bebidas no alcohólicas, que a finales de diciembre se vendían un 19,9% más caras de media que hace un año. 

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