'Caza de brujas' científico

Así es el Comité de los 100: la élite china en EEUU que tiende puentes comerciales

Los primeros asociados fueron el violonchelista Yo-Yo Ma, el banquero Henry S. Tang, el inversor Oscar Tang, la empresaria Shirley Young y la física Chien-Shiung Wu.

Comite de los 100
Así es el Comité de los 100: la élite china en EEUU que tiende puentes comerciales.
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Directores de grandes tecnológicas, expertos en negocio internacional, promotores inmobiliarios y del mundo del arte, líderes financieros o científicos de renombre. Son algunos de los ejemplos de los miembros estadounidenses de origen asiático que componen el 'Comité de los 100', un grupo influyente que actúa como 'lobbie' diplomático en las relaciones entre EEUU y China. La capacidad de poder de este comité-que en realidad está formado por más de 100 personas- reside en el peso adquisitivo de sus participantes, cuyas empresas en algunos casos ascienden de los 4.000 millones de dólares y dirigen áreas estratégicas de la economía mundial. Es el caso de Chang Morris, padre de la industria de semiconductores, Juan S. Cheng, CEO de Blackberry, Steve Cheng, cofundador de Youtube o Anne Chow, directora ejecutiva del gigante de las telecomunicaciones AT&T. Su peso en la sociedad estadounidense supone un factor importante para mediar en las relaciones comerciales asiáticas y reivindicar la integración.

Su historia nace del encuentro entre el arquitecto Ming Pei y Henry Kissinger, exsecretario de Estado de EEUU en 1988. Éste debatió la idea de crear un grupo influyente para abordar las cuestiones de interés internacional entre China y EEUU. En ese momento, el régimen chino totalitarista atravesaba su peor crisis al iniciarse un proceso de renovación azuzado por intelectuales que promulgaban la democracia. Un 'punto de inflexión' que acabó estallando en la plaza de Tiananmen en 1989 y frenó, temporalmente, el programa de reformas económicas llamado "socialismo con características chinas" que buscaba adaptar la economía planificada al mercado. La prensa le preguntó a Pei cuál era su posición sobre el estallido social, momento en el que aprovechó para hacer realidad la idea del Comité. Los primeros asociados fueron el violonchelista Yo-Yo Ma, el banquero Henry S. Tang, el inversor Oscar Tang, la empresaria Shirley Young y la física Chien-Shiung Wu. 

Su misión durante 30 años ha sido la de actuar como un recurso en la política pública así como interceder entre los líderes asiáticos y estadounidenses. Como la misma cúpula explica, su labor ha repercutido como puente de alto nivel en los Estados, y su influencia se ha ido diseminando a través de sesiones informativas sobre asuntos de interés en el Capitolio, declaraciones públicas, eventos con reconocidos empresarios y figuras públicas y conferencias virtuales. Su apoyo, por ejemplo, a la Sanidad Estadounidense fue destacada ya que el grupo recaudó 4 millones de dólares en la compra de 850.000 mascarillas y 60.000 equipos de protección contra la Covid-19. 

Pero, más allá del coronavirus, el motivo fundacional del comité de selectos, que fue allanar  las relaciones comerciales entre ambos países y rebajar tensiones, sigue intacto. Estos último años, ante la 'fiebre' del espionaje chino en EEUU, el grupo ha apretado filas aliándose con universidades para elaborar estudios que desarmen cualquier iniciativa que incite al señalamiento asiático. El más reciente, publicado en enero, es una encuesta de la Universidad de Arizona que demuestra el miedo creciente que tienen científicos chinos a la hora de trabajar en EEUU. Una revelación que ha puesto en entredicho la estrategia de seguridad del proyecto "iniciativa china" de 2018, que Biden ha mantenido. En él, se hacía hincapié la importancia de ejercer un control por posibles robos de secretos comerciales y el espionaje económico asiático con "nexos" en EEUU que iban más allá de los espías. 

Esta 'caza de brujas' reaviva los peores recuerdos de la Guerra Fría en suelo estadounidense y tiene en vilo a la comunidad científico-asiática en EEUU, que ve en la "iniciativa china" una excusa clara del FBI para incluir sus perfiles en listas de investigación. Ya se han dado casos. El primero fue el ingeniero aeroespacial Anming Hu, a quien los servicios de inteligencia de EEUU acusaron de fraude electrónico. El FBI removió sus investigaciones universitarias sin orden judicial y le espió a él y su familia pero luego, tras un juicio polémico y dividido, fuera absuelto sin pruebas. El de Hu es el caso que disparó todas las alarmas e hizo entrar en acción al Comité de los 100. El estudio ha sido publicado en todos los medios de referencia de manera que ejerciera presión mediática contra la medida del Gobierno. 

La carrera científica y tecnológica se incluye en la agenda de Seguridad Nacional mirando de reojo a sus mayores competidoras: Rusia y China. Si Rusia fue en el pasado ese 'peligro en casa', ahora lo son los ciudadanos chinos, sobre todo aquellos que están a la vanguardia de la innovación. Muchos ahora están reconsiderando sus planes de quedarse en suelo estadounidense al sentirse amenazados, una realidad que era impensable años atrás. La irrupción de la pandemia y la emergencia climática han acabado de avivar la necesidad de contar con 'bazas' para salvaguardar la prosperidad y la hegemonía frente a otras potencias. Y, en consecuencia, se ha expandido la neurosis por retener el saber.

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