Escribe una carta y gana una casa de 360 metros cuadrados enfrente de un lago

Los altos precios del mercado inmobiliario obligan a los vendedores a optar por mecanismos de venta poco convencionales para asegurarse el dinero que piden y que el inmueble sea vendido. En 2018 se dieron los casos de dos viviendas que salieron al mercado en Reino Unido en forma de sorteo: a la primera valorada en 7 millones de euros se podía optar comprando una rifa de 14 euros, mientras que la segunda con un valor estimado de un millón se podía adquirir con una papeleta de 2,26 euros. 

Esta práctica legal prolifera paulatinamente en el sector y el último ejemplo llegada desde Canadá. Alla Wagner, residente en una casa de 360 metros cuadrados y dos pisos en Calgary, ha lanzado un concurso para venderla de una forma muy peculiar.

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"Escribe y una carta y gana una casa". Ese es el lema del concurso que está triunfando en las redes sociales. En su página de Facebook explica que ha de dejar la vivienda de toda su vida por problemas de salud: solo puede moverse por uno de los dos pisos. 

Por ello, elegirá a su nuevo propietario entre aquellos que envíen una carta de 350 palabras máximo respondiendo a lo siguiente: “¿Por qué mudarse a esta casa de ensueño enfrente de un lago cambiaría tu vida?”. Los interesados únicamente deberán pagar una tarifa inicial de 25 dólares y enviar su historia a la siguiente dirección: sioni@telus.net.

El público votará las cartas y determinará los 500 finalistas. Estas serán revisadas por un jurado independiente, que elegirá al ganador final. El proceso de selección estará abierto hasta el 5 de abril, pero se podría extender si no se alcanzan las 60.000 cartas. 

Alla define la propiedad como un paraíso para "artistas o escritores". Situada a 65 kilómetros de Calgary, en el Estado de Alberta, se trata de “una exquisita mansión diseñada con el estilo georgiano de la zona".

La mansión dispone de 360 metros cuadrados en los que se incluyen tres habitaciones, todas ellas con vistas "panorámicas" a la naturaleza: una parcela de un acre propia de la casa, un lago y unos viñedos.

La propietaria puso en marcha el concurso tras inspirarse en la película Spitfire Grill, en la que se ponía a la venta una vivienda en las redes sociales y se dejaba a los vecinos escoger al ganador.