Un padre de 22 años fue condenado a 15 años de cárcel por golpear hasta la muerte a su bebé de solo siete semanas de vida, llegando a dejar caer al pequeño de cabeza en el fregadero de su casa.
Clint Nokes, natural de Utah (EEUU), cometió el crimen hace tres años, concretamente en diciembre de 2017, y el 30 de septiembre de este año se conoció la sentencia, según informa 'The Sun'.
Según el relato de las autoridades, Nokes agredió presuntamente a su bebé en repetidas ocasiones entre el 26 de noviembre y el 1 de diciembre de 2017. El recién nacido tenía "huesos rotos", el cráneo fracturado, daño en la médula espinal, retinas desprendidas "y otras heridas" antes de fallecer.
El 1 de diciembre Nokes avisó a los servicios de emergencia explicando que su bebé no respiraba y aseguró que había intentado salvar su vida, pero que no había sido suficiente. El pequeño fue trasladado de urgencia al hospital, donde falleció a primera hora del 2 de diciembre.
Las pruebas desvelaron las agresiones
Nokes declaró que apartó al bebé de su lado cuando este tenía problemas para eructar, tirándolo en la cama, pero cuando la policía se puso en contacto con el personal sanitario, estos desvelaron que el recién nacido tenía moratones en su cabeza y sus costillas, además de otras lesiones graves en el resto del cuerpo.
Un TAC sacó a la luz la fractura de cráneo, una hemorragia en el cerebro y las retinas desprendidas. Finalmente, Nokes confesó que estaba harto de que el bebé no parase de llorar y "explotó". Los últimos golpes y zarandeos, sumados a todas las agresiones llevadas a cabo con anterioridad, fueron mortales. Nokes fue declarado culpable de asesinato en primer grado.
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