"Uh, ah, Maduro no se va"

Miles de chavistas cierran la campaña con una certeza: ganarán el Parlamento

Con la seguridad de ganar, el presidente Maduro insistió en una promesa que había realizado días antes: "Si estas elecciones las gana la oposición, renunciaré a mi cargo", dijo ante la multitud.

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Miles de chavistas cierran la campaña con una certeza: ganarán el Parlamento
La Información

Desde los potentes altavoces montados sobre una tarima, se escucha una canción de salsa que proclama: "Venezuela necesita una Asamblea soberana, vengan juntos a votar, vengan todos unidos, rescatemos la Asamblea, por el futuro, la patria lo reclama".

La tarima está situada a pocos metros de la Asamblea Nacional. Los partidos que se agrupan bajo el Gran Polo Patriótico han montado una gran acto de fin de campaña, con altavoces que rompen los tímpanos, una banda de salsa, cantantes, animadoras y un maestro de ceremonias que agita a la gente.

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Miles de chavistas cierran la campaña con la certeza de conquistar la Asamblea.

Carlos Salas

Una manifestación de simpatizantes de partidos chavistas se fueron sumando este jueves a este mitin donde algunos bailan, otros portan pancartas, y algunos traen botellas de alcohol disfrazadas de agua mineral para darle sabor a la fiesta. Quedan tres días para las elecciones legislativas que, con toda seguridad, ganará el PSUV, el partido que se proclama "el mayor de Venezuela". Es el Partido Socialista Unido de Venezuela que fundó el fallecido Hugo Chávez.

Es difícil calcular cuántos miles de personas se han unido a esta manifestación porque la calle no es muy ancha, lo cual alarga la serpiente humana hasta donde alcanza la vista. Tampoco se sabe cuántos han venido por fe en el partido, cuántos vienen por la fiesta y cuántos han sido obligados a venir. Por ejemplo, el sargento Alfaro, que comanda un grupo de miembros del cuerpo de bomberos forestales, afirma que no han venido acompañando a la manifestación.

Minutos después, el sargento Alfaro y sus bomberos vestidos de azul, junto con los guardaparques vestidos de caqui, están junto a la tarima, gritando consignas del partido. Ambos cuerpos de trabajadores pertenecen al Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo.

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Miles de chavistas cierran la campaña con la certeza de conquistar la Asamblea.

Carlos Salas

A las cuatro y media de la tarde, surge de la manifestación la figura de Diosdado Cabello, número 2 del régimen. Vestido de rojo, sube a la tarima y saluda a los miles de simpatizantes. Poco después se anuncia la llegada de Maduro, y la masa se agita. Maduro aparece con su mujer y con una niña. Los cañones expulsan confeti al aire, hay chorros de humo blanco, y la música se hace más fuerte. La gente comienza a bailar de alegría.

Para demostrar que aquella marea humana se extiende hasta los confines de la ciudad, Maduro toma entre sus manos unos prismáticos y alaba la asistencia de tantos chavistas. Luego, les avisa que EEUU va a rechazar estas elecciones "transparentes y democráticas". "Nosotros les decimos: ¡váyanse al carajo! No nos importa lo que dice el imperio. Es el pueblo soberano el que elige".

Desde que se convocaron estas elecciones legislativas, la palabra fraude ha viciado el proceso y la comunidad internacional ha dicho que no reconocerá los resultados. Para empezar, los principales partidos de la oposición no se presentan. Las razones son varias: sus líderes están perseguidos o en el exilio; sus juntas directivas han sido descabezadas por el régimen; los medios de comunicación están controlados por el régimen; hay presos políticos; la ONU ha acusado al régimen de torturas y asesinatos; el organismo que vela por la transparencia de las elecciones (el Consejo Nacional Electoral), ha sido elegido por el régimen; el Tribunal Supremo, que es del régimen, ha aplastado las iniciativas de la oposición en el parlamento; no hay observadores internacionales de democracias avanzadas… La lista sigue.

El régimen no tiene todo atado en estas elecciones. Se espera una gran abstención. Por eso, en un llamado desesperado, Maduro pidió a las mujeres que fueran a votar. "Eres tú mujer, saliendo a votar con la familia, la que puede decidir el futuro", proclamó el presidente. La crisis económica, la pobreza, el exilio de más de cuatro millones de venezolanos, los abusos del régimen, han hundido la popularidad del Maduro, pero él sigue achacando a una guerra económica y al bloqueo de EEUU.

Las encuestas dicen que más del 85% de los venezolanos no apoya al gobierno, pero esos venezolanos tampoco están convencidos por la oposición. Juan Guaidó, que se proclamó presidente encargado interpretando varios artículos de la Constitución, no ha sabido ni ha podido unificar a los partidos que luchan contra Maduro. De modo que en estas elecciones al parlamento solo se presentan partidos que van a dar el triunfo al PSUV, y así Maduro tendrá ahora también el control de la Asamblea. Ya controla el Ejecutivo, y el Judicial con personas de su confianza.

Con la seguridad de ganar, el presidente Maduro insistió en una promesa que había realizado días antes: "Si estas elecciones las gana la oposición, renunciaré a mi cargo", dijo ante la multitud. Cuando las masas escucharon esas palabras, empezaron a gritar: "Uh, ah, Maduro no se va".

En el mismo mitin, Maduro anunció que esa misma tarde se iba a someter a las preguntas de periodistas de cadenas públicas y privadas. Citados en el Palacio de Miraflores, la sede del gobierno, a las ocho de la tarde, cinco periodistas le preguntaron por la crisis, por la dolarización de la economía y por los pobres que rebuscan en la basura algo de comida. Maduro reconoció algunos errores de gestión, pero achacó los problemas al bloqueo de EEUU: cualquier empresa que haga negocios con el estado venezolano será sancionada. Venezuela no puede vender ni su petróleo. El PIB se ha hundido a niveles nunca vistos.

Pero el presidente hizo un gran anuncio: cuando se forme la nueva asamblea el 5 de enero, lanzará un plan de reconstrucción nacional en el que pedirá la colaboración de todos los sectores de la industria. Invitó a los inversores nacionales e internacionales a colaborar, y añadió que el Ministerio de Economía, dirigido por Delcy Rodríguez, ya tiene todo preparado. Maduro confesó que "hay algunos sectores de la izquierda trasnochada que dicen que esoty vendiendo la patria por culpa del bloqueo". Pero aseguró que va a proseguir adelante en esa colaboración entre el estado y las empresas privadas. "Venezuela tiene capacidad de recuperación", repitió en ese encuentro.

También anunció que la nueva asamblea creará una Comisión de la Verdad que analice lo que ha pasado en Venezuela en los últimos cinco años. Eso incluye investigar a la oposición, que ha controlado la Asamblea Nacional, y que según Maduro, ha cometido abusos y desmanes. Pero también, según Maduro, esa comisión investigará "a la corrupción roja-rojita". "Si esa Asamblea tiene que hacer una investigación contra mí, que la haga".

Para muchos venezolanos, el presidente ya ha dicho cosas parecidas en el pasado y ahora no tiene por qué ser diferente. Venezuela está sumida en la mayor crisis económica y social de su historia. Y aunque las sanciones han agravado la crisis, la mayoría sabe que esto empezó mucho antes de las sanciones. Por eso, buena parte de la población tiene pocas esperanzas de cambio.

Quizá el mejor reflejo de la crisis actual se explica con lo que le está pasando a los ancianos. Con una pensión de un dólar al mes, muchos se ellos tienen que seguir en activo. Es el caso del jubilado de 68 años que trabaja en la cafetería Páramo, justo en la esquina donde se terminaba la manifestación de cierre de campaña de este jueves. "Mi jubilación no me alcanza ni para comprar un kilo de harina", dice mientras deposita café y servilletas en las mesas.

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