Olesya Semenova, una joven rusa de 24 años, murió electrocutada tras un fatal accidente: su iPhone, el cual estaba en proceso de carga de la batería, se cayó al agua de la bañera en la que ella se encontraba.
"Grité y la sacudí, pero estaba pálida. No respiraba y no mostraba ningún signo de vida", explicó su amiga Daria a los servicios de emergencia, en declaraciones recogidas por el diario británico 'The Sun'.
Los paramédicos que acudieron al domicilio confirmaron que Olesya, que trabajaba en una tienda de ropa, había fallecido electrocutada por la caída del teléfono al agua.
Las autoridades rusas lanzaron una alerta tras la tragedia. "Este suceso nos recuerda una vez más que el agua y los dispositivos electrónicos conectados a la corriente son incompatibles. Evidentemente, ocurre lo mismo con los móviles", indicaron.
Las muertes por electrocución se repiten en Rusia
En agosto, una adolescente de 15 años, perdió la vida de la misma forma tras sufrir un shock eléctrico mientras se bañaba en su vivienda de Moscú.
Asimismo, el año pasado, la estrella del póquer internacional Liliya Novikova y un joven matemático de 26 años perdían la vida por electrocución.
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