El caso que conmocionó a Chile a finales de 2020 tiene sus primeras resoluciones en los tribunales. Mirta Ardiles, una mujer que presuntamente apuñaló y mató a su hija y después provocó un incendió en su vivienda para encubrir el crimen, fue acusada de parricidio y se encuentra en prisión preventiva a la espera de su juicio.
El terrible suceso tuvo lugar en la mañana del 20 de noviembre de 2020. Alrededor de las 11:00 h, Melissa Chávez, hija menor de 12 años de Mirta, fue encontrada muerta en el interior de su casa en la Región de Coquimbo tras desatarse un incendio.
En primera instancia, se creyó que la niña había fallecido a causa del incendio, pero las investigaciones posteriores demostraron que había sido asesinada: su cuerpo presentaba "lesiones cortopunzantes", según informa la televisión chilena 'T13'.
"El cuerpo presentaba carbonización parcial de partes blandas (...), hollín en la tráquea y bronquios bilaterales, lo que indica que estaba viva y respirando en el momento del incendio. Las heridas cortopunzantes fueron realizadas por un tercero, siendo consecutivas", explicó la fiscal Yocelyn Weisser.
Desde el conocimiento del resultado de las investigaciones, Mirta Ardiles se consideró como la principal sospechosa. Tras los interrogatorios ha sido acusada de los cargos de parricidio, que podría condenarla a cadena perpetua, y de delito de incendio, acción por la que podía recibir entre cinco y 10 años de cárcel.
La Fiscalía decretó un periodo de 180 días para proseguir con la investigación antes de la celebración del juicio. El padrastro de la niña y pareja de Mirta también está siendo investigado.
