OPINION

Isabel Díaz Ayuso ya está en la Puerta del Sol… y Pablo Casado, también

Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado. EFE
Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado. EFE

Isabel lo hará bien; una cosa es batirse en una campaña electoral y otra muy distinta gobernar. En lo primero puedes llegar a pinchar, pero en lo segundo se te tiene que dar mal para no brillar". El elogio indirecto a Díaz Ayuso, ya presidenta de la Comunidad de Madrid, no viene del fuego amigo sino de las filas del PSOE: puntúa doble.

El martes, la Real Casa de Correos de la Puerta del Sol, sede de la Comunidad de Madrid estaba de nuevo llena de nata y crema socio-política. Había investidura. Y allí estaba Díaz Ayuso, de rojo intenso y flanqueada por Pablo Casado, que lanzó un órdago señalándola hace meses para aspirar al cargo y que ha ganado la partida, aunque con ‘ayudita’ de Cs y Vox.

Entre los canaperos, muchos periodistas, numerosos políticos de ayer y de hoy, los consejeros y consejeras que ya sabían sus destinos y otros que estaban esperando una llamada, empresarios... Un acto para poner la corona a Ayuso, que ya está en la hora de la verdad. Un escenario en el que ya no valen promesas sino hechos y en el que va a recibir, seguro, palos desde dentro de su partido, de sus socios del Consejo de Gobierno, de sus socios de investidura y de sus rivales políticos de la izquierda. Ahí es nada.

El Gobierno de Ayuso es a pachas con Ignacio Aguado. Ella habla de un único Ejecutivo madrileño pero se hace difícil pensar que los naranjas de Ciudadanos no traten de volar por libre. Es lo suyo, de lo contrario, se pasarían al PP. Por eso, la sala en la que se celebran las reuniones de los 'ministros' madrileños va a ser testigo de tensiones y de patadas por debajo de la mesa. Al tiempo.

Además, el equipo de la presidenta es suyo y un poco de Casado, que ha colocado sus piezas -un ejemplo, Javier Fernández-Lasquetty en Hacienda- a sabiendas de la importancia que la plaza va a tener de cara a su estrategia nacional, aunque en el baile se haya pisado algún pie.

Casado quiere utilizar a la Comunidad de Madrid como un tanque contra el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez, a la vista de que las elecciones pueden estar a la vuelta de la esquina. Además, el peso económico, empresarial y de empleo de la región hace de Madrid un objeto de deseo que se puede proyectar al resto del Estado como éxito político del PP.

Ahora, los consejeros de la Comunidad de Madrid recomponen sus equipos: buscan viceconsejeros, directores generales, técnicos… En este juego de sillas muchos se quedarán sin asiento mientras que otros hallarán acomodo. Tras unas elecciones municipales y autonómicas en las que los resultados han sido malos para el PP, son muchos los aspirantes a las nominaciones. Ciudadanos hará un tanto de lo mismo.

Es la nueva era del cogobierno en Sol.

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