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¿En qué se parecen GameStop y Rodolfo Chikilicuatre?

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¿En qué se parecen GameStop y Rodolfo Chikilicuatre?
EFE

Quizás estos días hayas leído en la prensa o en las redes sociales o escuchado en la radio o visto en la televisión noticias sobre el caso ‘Game Stop’ (una cadena de tiendas de videojuegos físicos), en que una multitud de pequeños inversores en bolsa, a través de una aplicación digital llamada, curiosamente, ‘Robin Hood’, han conseguido poner contra las cuerdas a grandes fondos inversores.

Quizás hayas leído, escuchado o visto términos bursátiles, como ‘hedge funds’, ‘rally’, ‘call’, ‘strike’, ‘short squeeze’, ‘GameStonk’, o referencias al mundo digital, como ‘Reddit’, ‘WallStreetBets’, ‘Discord’, y no hayas entendido nada, como nos ha pasado a muchos, hayas decidido que este tema no es para ti y hayas pasado de largo, porque crees que es para entendidos y expertos en la materia.

Pero, quizás, en tu ignorancia bursátil y digital, intuyes que, detrás de este caso, hay algo gordo, que de alguna manera puede afectarte, y te gustaría que alguien te lo explicara de modo que lo comprendieras, sin utilizar muchos ‘tecnicismos’. Eso es lo que voy a intentar hacer, porque lo importante, a mi juicio, no es lo que ha pasado, que es un síntoma, sino lo que hay detrás de lo que ha pasado.

Rodolfo Chikilicuatre

Seguramente recuerdes a Rodolfo Chikilicuatre, el personaje interpretado por el actor español, David Fernández, que se hizo famoso por participar en el Festival de Eurovisión del año 2008, representando a Televisión Española.

El personaje fue creado en el programa de Andreu Buenafuente, que presentó su canción “Baila El Chiki-chiki” al concurso de TVE para elegir la canción que representaría a España. Y fue la elegida, gracias al apoyo de las redes sociales.

Pues algo parecido ha ocurrido con el caso ‘GameStop’, en que los usuarios de las redes sociales -que se llaman a sí mismos ‘degenerados’- ha demostrado su capacidad de ‘trolear’ el sistema y atacar a los que ellos denominan ‘trajeados’.

Bolsa y redes sociales

Por eso, en el caso ‘GameStop’ hay que distinguir dos aspectos que lo hacen especial: las inversiones en bolsa y las redes sociales. No porque no existieran antes en redes sociales información y grupos de inversores en bolsa, sino porque es la primera vez que, usando éstas, se ha puesto de acuerdo una gran multitud de pequeños inversores para actuar de una forma coordinada (y contundente).

Así se ha visto que las redes sociales no sólo afectan a la Libertad de Expresión y de Información, con el discurso del odio y los bulos (noticias falsas o falaces), e incluso a procesos electorales, con campañas de desinformación organizadas, sino que también pueden afectar a valores cotizados en Bolsa y a la Economía, no sólo de unas empresas, sino de países.

Por eso, desde algunos sectores se ha comparado este caso con el papel que tuvieron las redes sociales en la ‘primavera árabe’ y en otras revueltas recientes, como el movimiento “Black Lives Matter” (las vidas negras importan) o, incluso, la manifestación de los seguidores de Trump que acabó en el asalto al Capitolio. Y otros hablan de ‘lucha de clases’ o de pelea de David contra Goliat.

¿Manipulación?

Pero, más allá de estas versiones ‘épicas’ o románticas, muchos se preguntan si detrás de estos movimientos no hay personajes y empresas poderosas que han sabido crear o aprovechar no sólo las herramientas, sino el relato adecuado, para manipular en favor de sus intereses a esa multitud de pequeños inversores de las redes sociales; que habrían sido, en realidad, unos meros instrumentos.

En este sentido, destaca en este asunto la intervención de Elon Musk, el hombre más rico del mundo, que se puso a favor de los pequeños inversores y en contra de esos grandes fondos, que habían atacado, en el pasado, a su empresa: Tesla. No se puede afirmar que haya sido el ‘autor intelectual’ o el principal instigador, pero su intervención sí tiene todos los tintes de un ajuste de cuentas.

Habrá quien diga que estas teorías son ‘conspiranoicas’ y que Elon Musk y otros sólo supieron ver la oportunidad y se unieron a un movimiento espontáneo que surgió en las redes sociales. Pero, con el paso de los años, uno cree cada vez menos en las casualidades y más en las ‘causalidades’. No olvidemos los casos de manipulación política mediante los algoritmos de Cambridge Analytica.

Especulación

Pero lo que hay aún más detrás de este caso, y que nos debe preocupar a todos, es la llamada ‘economía especulativa’ frente a la economía real, la ‘cultura del pelotazo’ frente a la ética del esfuerzo. La extrema volatilidad no ya de los valores bursátiles, sino de los valores humanos. Algo que ya está haciendo tambalearse no sólo a los grandes fondos inversores y a la Economía, sino a toda la Sociedad.

Es muy curioso que el mismo término sirva tanto para la especulación filosófica (reflexionar en un plano exclusivamente teórico) como para la mercantil (efectuar operaciones comerciales o financieras con la esperanza de obtener beneficios aprovechando las variaciones de los precios o de los cambios), pero está claro que hoy en día la primera es un valor a la baja, mientras que la segunda, al alza.

Pero, como ha recordado la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), no olvidemos que, en España, el solo intento de situar el valor de una acción en niveles artificiales, al alza o a la baja, constituiría un delito de manipulación del mercado, que podría acarrear consecuencias penales de hasta 6 años de prisión y multas de 30 millones de euros (art. 284 y ss. del Código Penal).

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