OPINION

'Lazos de Sangre', cuando TVE se estanca en lo cortesano y retrógrado

Amigas y conocidas, lazos de sangre
Amigas y conocidas, lazos de sangre

La principal novedad del verano en Televisión Española es la tira de documentales Lazos de Sangre. Una interesante propuesta que retrata grandes sagas relacionadas con la historia del papel cuché. De los Alba a los Ordoñez, pasando por los Iglesias (esta noche se ha emitido rescatando declaraciones del cantante como "necesito el contacto físico para sentirme viril") y, por supuesto, los Flores.

Sin duda, la estirpe de La Faraona es lo más interesante de la propuesta, por su valor artístico y representativo de la cultura popular de la sociedad española de los últimos cincuenta años.

Pero el resto de los documentales emitidos hasta la fecha representan, en realidad, una retrógrada televisión pública por su tratamiento informativo, ya que este tipo de propuestas se realizan más desde la vieja mitificación del pedigrí clasista que desde el periodístico género documental, que favorece cierto instinto crítico. Es lo que falta y necesita Lazos de Sangre. Más contexto de la época, más crítica, más autocrítica. 

Una cadena como TVE puede e incluso debe tratar estos temas, por supuesto, pero, a veces, da la sensación de que la cadena pública se ha metido en una especie de máquina del tiempo y se ha quedado estancada en un bucle de repetición de intereses: atrapada en aquella televisión cortesana que idolatraba estirpes por protocolo heredado más que por su talento.  En ese punto ya no está la sociedad. Sí este programa.

El documental -que está funcionando en audiencias porque no cuenta con nada de competencia- va acompañado de una versión nocturna de Amigas y Conocidas para comentar la jugada, que ha intentado abrirse a colaboradores más escépticos con este universo -como Marta Nebot o Cristina Almedia-, pero que, al final, termina girando en estereotipos de los clanes de siempre porque, probablemente, la clasista prensa rosa no ha avanzado demasiado en sus referentes en los últimos 30 años. 

Lazos de Sangre busca que el espectador viva aquel viejo sentimiento aspiracional que conseguía la revista ¡Hola! con sus dimes y diretes de familias de pompa y alta clase. Pero la audiencia ha evolucionado y sus referentes también. De hecho, son más amplios y más complejos. No tiene sentido, pues, que un programa como este en TVE se limite a unos reportajes donde se idolatra y mitifica más que apostar por un periodismo que explica y hasta relativiza la ñoñez cuando toca.

Sin embargo, los especiales de Amigas y Conocidas sobre Lazos de Sangre siguen dando rienda suelta a esa frivolidad simplista que tan bien funcionó en una pequeña gran pantalla que ya se queda atrás porque no representa el tiempo actual -aunque sí representó un tiempo pasado-. Una vieja televisión que sigue enfrentando a dos mujeres con la pregunta de cuál sería el amor de la vida de Paquirri. Uno u otro, hay que elegir, hay que simplificar.

Amigas y conocidas
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Por suerte, ya sabemos que en la vida se puede tener más de un gran amor. Y, por suerte también, en la última noche, Inés Ballester ha reprobado alguna que otra declaración machista de Julio Iglesias - "necesito el contacto físico para sentirme viril"- en vídeos que, por cierto, seguían ensalzando sin demasiada consciencia aquello de que un hombre farde de acostarse con 3000 mujeres y se autodenomine golfo para ovación social. No nos quedemos congelados en el tiempo... Feliz 2018. 

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