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Paz Padilla y la enseñanza de su Instagram

Paz Padilla pasada por un filtro de TikTok en una publicación de esta semana
Paz Padilla pasada por un filtro de TikTok en una publicación de esta semana
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La televisión ya no se hace sólo en la televisión. Lo demuestra, a su manera, Paz Padilla en las redes sociales. Es entrar a sus perfiles de Instagram o TikTok y encontrarse a gente bailando entorno a ella. Todo el rato. Mucha gente. Todos realizando coreografías a su lado.

Cada publicación, un baile. Paz acude a una tienda, pone al personal de la tienda a bailar; Paz va a un restaurante, pone al equipo del restaurante a danzar; Paz está en Telecinco, pone a maquillaje, peluquería, vestuario y el que pille por allí a realizar una coreografía imposible.

Como si allá por donde pisara, Paz Padilla fuera una especie de Flautista de Hamelin que consigue movilizar a propios y extraños. Y todos entusiastas, encantados en aparecer en las redes sociales de la cómica. Hasta parece que da cierto estatus. Ya no vale sólo con pedir un autógrafo, ahora mucho mejor arrancarse a bailar con un icono mediático y que quedé ahí en la nube de la posteridad virtual. Cómo nos ha cambiado la tecnología...

Y, mientras tanto, Paz Padilla no para de multiplicar sus seguidores. Va a por los dos millones de 'followers' en Instagram. Su influencia en la red social no cesa como personaje del todopoderoso imaginario de Telecinco, cadena que otorga a su elenco de protagonistas una implantación social especial. Son como de casa, porque la complementariedad de estrellas de la emisora representan una especie de gran familia cargada de identificables imperfecciones, sufrimientos, choques e ilusiones.

Ahora, Paz Padilla ya planea un regalo para sus seguidores cuando supere la barrera de esos dos millones de fieles en sus redes. En realidad, este gesto describe su éxito en este tipo de aplicaciones, ya que su triunfo no es otro que el de hacer sentirse partícipe a sus seguidores de lo aspiracional de su vida cotidiana. Sigue entreteniendo desde su móvil intentando compartir lo positivo de allí donde pisa. Y no deja de plasmar en sus redes las oportunidades que se presentan en su existencia. Aunque la fotografía no tenga un encuadre de fotógrafo profesional.

Pero no es fácil lo que hace. Aunque aparente sencillez, no es una simple publicación. Gran parte de los vídeos que realiza requieren la constancia de la dedicación. Hay que enseñar al personal los pasos de baile y lograr una toma simpática. Y, al fin y al cabo, así es como se consolida de verdad una comunidad fiel en la red. Existe un hartazgo de los Instagram de famosos con una galería planificadamente idílica de instantáneas de prensa, photocalls o sesiones. Mucha pose, poca honestidad. Eso es lo que diferencia a Paz Padilla, lo que da sentido es la imperfección que nos muestra lo más cercano a lo que vivimos y cómo lo vivimos. 

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