Opinión 

Ecología sostenible: las importantes reducciones de gases de las aeronaves

Boeing 787 dreamliner
Ecología sostenible: las importantes reducciones de gases de las aeronaves. 
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Sin duda, existe una preocupación global en relación a la sostenibilidad. En la aviación comercial hoy en día las emisiones totales pueden suponer entre el 2 y 3 % de las que se generan con el transporte. Las aeronaves actuales ya han conseguido importantes reducciones de gases efecto invernadero dotando de una mucha mayor eficiencia a sus diseños y motores, liderado en gran medida por la compañía Boeing y su 787 o dreamliner, un antes y un después en la aviación moderna, con aproximadamente un 20 % de reducción de impacto en relación a sus predecesores, tendencia a la que ha seguido el resto de la industria. Y no solo en lo que a menores emisiones se refiere, sino que también en cuanto a otros impactos negativos como pueda ser el ruido, los materiales utilizados en la producción o la logística de fabricación.

Las cifras en términos de consumos siguen sonando altas, esas aproximadamente 50 toneladas de carburante necesario para cruzar el Atlántico multiplicado por miles de vuelos diarios. Pero también es verdad que supone aproximadamente la relación entre pasajero y kilómetro recorrido en un coche con cuatro ocupantes.

A finales de este noviembre se ha cumplido un importante y esperanzador hito impulsado por la aerolinea Virgin Atlantic, y uno de los Da Vinci de nuestros tiempos, Sir Richard Branson. Uno de sus dreamliner, con un bonito nombre de canción de los Beatles, ha propulsado sus motores con combustible sostenible para la aviación, denominado por sus siglas en inglés “SAF”, y que podría resumirse que constituye en su mayoría un proceso de reutilización de aceite de cocina usados. Esto ha supuesto una reducción del 70% en la huella de carbono sobre el combustible tradicional, y lo que para mi es más importante, utilizando los mismos motores Rolls-Royce que han quemado el eco-queroseno haciendo posible un vuelo transatlántico, lo que demuestra que en contra de tantas políticas erróneas por parte de las administraciones, lo que contamina es el combustible y no los motores, por lo que la innovación en motores térmicos debe de moverse en paralelo a otras opciones de movilidad, poco viables por cierto en la aviación comercial.

Ha sido una empresa privada la que ha logrado el éxito, y fuera de posturas extravagantes alejadas de la realidad y de la sociedad. Ahora sí que requerirá de iniciativas públicas y privadas precisamente en la generación de estos eco combustibles que tanto pueden ayudar a nuestro planeta, incluso con un impacto neto positivo por la eliminación de residuos.

Las rupturas radicales con lo existente en términos de sostenibilidad no son sostenibles y, además, en muchas ocasiones generan un daño mayor al planeta y políticas de greenwashing ante retos no afrontables o imposibles. Sin embargo, la reducción de emisiones a través de nuevos procesos tecnológicos, entre los que incluyo la utilización de inteligencia artificial, sí que supone un avance importante en el terreno de la ecología. Solo el haber renovado las flotas de aviones debemos de pensar que supone que uno de cada cinco vuelos comparado con el escenario anterior, contamina cero. Y lo mismo ocurre con otros medios de locomoción como el transporte por carretera, ya sea público o privado.

Por otro lado, las alternativas viables deben de suponer opciones, que no prohibiciones, como es el caso de la elección del tren de alta velocidad que, a través de generación de energías limpias, entre las que ha de incluirse hoy la energía nuclear, viabilizan desplazamientos gracias a trenes de cero emisiones que compiten con la aviación en muchos trayectos viables, incluso mejorando la experiencia del usuario. También es importante la libertad de poder elegir otros medios de transporte, ya que todas las industrias vienen haciendo un importante esfuerzo para ser sostenibles y porque así además se ha demostrado que se hacen económicamente viables.

Con todo ello, sigo convencido que no serán las élites políticas y las grandes cumbres las que solucionarán los problemas de nuestro planeta, entre los que por supuesto está la supervivencia de la humanidad, sino que como es el caso del vuelo de Virgin, la demostración de que es posible a través de la tecnología y de la innovación desarrollos eco sostenibles , unidos a la exigencia a las administraciones, no de prohibiciones poco viables y poco ecológicas en muchos casos, sino de promover ayudas cuando un camino se abre y además pinta bien.

Por nuestra parte, la de cada uno de nosotros, se hace necesaria la toma de conciencia en nuestro día a día de mantener el menor impacto posible con nuestra actividad acompañada de hábitos y detalles responsables. Y también exigiendo a nuestras administraciones respeto y medios para cerrar círculos de la manera más sostenible posible.

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