La factura pasa del papel al "bit" por el bien del planeta y de las empresas

  • Las compañías que envían periódicamente cartas y recibos en papel a los domicilios de sus clientes están llevando a cabo iniciativas para reducir estas comunicaciones y sustituirlas por facturas electrónicas, lo que supone un ahorro para las empresas y una reducción del consumo de recursos naturales.

Pablo I. Bronte

Madrid, 15 jul.- Las compañías que envían periódicamente cartas y recibos en papel a los domicilios de sus clientes están llevando a cabo iniciativas para reducir estas comunicaciones y sustituirlas por facturas electrónicas, lo que supone un ahorro para las empresas y una reducción del consumo de recursos naturales.

Entre ellas está la multinacional española Telefónica, que ha dado un paso que va más allá que un programa para concienciar a la población: la compañía dejará de enviar facturas en papel a sus más de 5 millones de clientes de banda ancha fija a partir del próximo mes de agosto, a menos que los usuarios soliciten que sus consumos sigan llegando a sus buzones "analógicos".

Pero no es la única operadora de telefonía que está tomando medidas para promocionar la factura electrónica.

Fuentes de Orange han informado de que están realizando estudios para conocer la disposición de sus usuarios para pagar por la recepción de recibos en papel, con el objetivo de incentivar que se acojan a la versión digital.

Por su parte, Vodafone explica en su último informe de gobierno corporativo que siguen fomentando el uso de la factura electrónica entre sus clientes. En los últimos años, este operador ha emprendido campañas que han incluido el sorteo de dispositivos entre los clientes que adoptaran la vía digital para recibir las comunicaciones sobre sus consumos.

En la promoción mediante sorteos, Iberdrola también participa, ya que la compañía va a repartir del 4 de junio al 14 de agosto 20 camisetas de la selección española entre los usuarios con factura electrónica y los que pidan sumarse a esta modalidad.

Alrededor de 820.000 clientes de electricidad de Iberdrola, según la información facilitada por la empresa, se han pasado a la factura electrónica, una cifra "que se va incrementando mes a mes" y que representa el 7 % de todos sus usuarios en España.

En cuanto a Endesa, su informe de sostenibilidad del año pasado refleja que el número de contratos con "e-factura" han crecido un 90 % hasta un total de 425.000.

También dentro de este sector, el energético, Gas Natural Fenosa dispone desde 2001 de un servicio de factura online. En la actualidad, el número de usuarios que se han decantado por esta modalidad asciende a 340.000.

Otro sector prolífico en lo que se refiere al envío de notas en papel a sus clientes es el bancario.

El Banco Santander mantiene una iniciativa denominada "correspondencia online", con la que sus usuarios pueden renunciar a recibir correspondencia física; más de 80.000 clientes han optado por esta opción, tal y como refleja la información facilitada por la entidad.

Por su parte, CaixaBank dispone asimismo de un programa de correspondencia por internet desde 2005 al que estaban acogidos un total de 3,8 millones de contratos a finales del año pasado, lo que ha evitado el envío de más de 209 millones de comunicados, según sus cálculos.

El Banco Popular, que también promociona la factura electrónica entre sus clientes, ha reducido en un año el número de sobres utilizados en un 24 %, gracias a la agrupación de comunicaciones en un mismo envío.

Los beneficios de la factura electrónica tienen que ver con la reducción en el consumo de recursos necesarios para fabricar papel.

En este sentido, Telefónica ha informado a sus clientes de internet de que por cada tonelada de papel que se fabrica se necesitan 14 árboles, 100.000 litros de agua, 3.000 kilovatios de energía.

Además, se emiten 1,4 kilos de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera por cada tonelada producida.

No obstante, el planeta no es el único que se beneficia de esta modalidad de envío de recibos: gracias a la factura electrónica, las empresas, además de ahorrar en papel, pueden reducir sus plazos de cobro, mejorar su gestión administrativa y dedicar menos espacio en sus oficinas para el almacenamiento de documentos, según la Asociación Nacional de Empresas de Internet (ANEI).

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