Pianista chileno manda un mensaje de fraternidad a O.Medio con música latina

  • El pianista chileno José Riveros acaba de concluir en el Líbano una gira por el norte de África y Oriente Medio en la que ha querido enviar un mensaje de fraternidad a esos pueblos, que actualmente atraviesan momentos críticos.

Kathy Seleme

Beirut, 10 dic.- El pianista chileno José Riveros acaba de concluir en el Líbano una gira por el norte de África y Oriente Medio en la que ha querido enviar un mensaje de fraternidad a esos pueblos, que actualmente atraviesan momentos críticos.

En una entrevista con Efe, Riveros, de 29 años, afirmó sentirse emocionado por "haber podido compartir con músicos, alumnos y oyentes la música chilena y latinoamericana, que ha sido bien acogida y que nos une".

A su paso por el Líbano, tras visitar Argelia, Túnez y Egipto, el pianista ha impartido dos cursos magistrales, uno en el Conservatorio Nacional del Líbano y otro en la Universidad del Santo Espíritu de Kaslik (USEK), donde también ofreció un concierto.

"Hay elementos comunes entre todos los pueblos, como puede ser el tema de la identidad, la geografía y el arte, que es un eje transversal que nos permite posicionarnos como personas", destacó Riveros, para quien "hay muchas cosas comunes entre los chilenos, los latinoamericanos y los países de Oriente Medio".

El chileno, que también es profesor de Educación Musical y estudió en el Conservatorio de la Universidad Mayor de Santiago, entre otras cosas, aseguró que "siempre ha sentido la necesidad de mostrar el multiculturalismo".

"Cuando iba a venir, pensaba con ansiedad sobre los encuentros que tendría y los intercambios. Ahora regreso a Chile con una mochila de experiencia, que es impresionante. Veo que todos podemos comunicarnos por la música y el arte", destacó.

Durante su último concierto de la gira interpretó algunas de sus composiciones como "Combarbala", "Colchaguya" y "Arauco", y otras de grandes artistas chilenos como Violeta Parra, Víctor Jara y el grupo folclórico Los Jaivas.

Incluso se atrevió a tocar fragmentos de "Alturas de Macchu Picchu", canción basada en el poema homónimo de Pablo Neruda.

Ante el entusiasmo del público, regaló al final "Mira niñita" (de Los Jaivas), moviendo sus dedos como bailarines a través del teclado.

Mientras Riveros se dedicaba a mostrar su talento en el escenario, una pantalla proyectaba vídeos en los que se veían paisajes de las regiones chilenas que inspiraron sus composiciones.

Allí aparecieron los mencionados artistas, las tradiciones y la bandera del país, y la cordillera de los Andes, como si todos ellos lo estuvieran acompañando.

"El hecho de mostrar una producción audiovisual sirve para que el auditor, aparte de escuchar la música y los arreglos, vea los lugares más importantes de nuestro país, los cantautores, la vida y su obra. Así eso se plasma más en la música", argumentó el pianista.

Sobre su gira, dijo que cada una de sus actuaciones "ha tenido su chispa" y que los resultados fueron "inesperados".

"Nunca pensé que en Egipto, donde actué en el centro cultural Al Sawi, me invitarían para que volviera; que en Cartago, donde actué en el Festival Internacional de Cine, iba a conocer a tantos artistas y directores de cine que se interesaron por mi trabajo", apuntó.

En Argelia, relató, fue presentado en la televisión y tuvo encuentros con parlamentarios y miembros del gobierno que lo invitaron a regresar.

En definitiva, consideró que viajó para "entregar una música selectiva" y se va "con una marraquetita (pan) debajo del brazo".

"Aparte de la buena experiencia que he tenido en esta región del mundo, me voy con el ansia y los deseos de volver otra vez e incluir países que no fueron considerados en esta gira, entre ellos Kenia, Marruecos, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Catar", remarcó.

Asimismo, Riveros aseguró que la música que hace "no tiene fronteras" y que debe seguir trabajando para que a través de ella "haya implicación de la chilenidad, de los lationamericanos hacia Oriente Medio".

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