Rajoy y su equipo siguen haciendo cábalas. El presidente del Gobierno en funciones tiene claro que no va a ir a la investidura si no tiene los apoyos necesarios para que salga adelante, pero no descarta que en este mes de agosto la situación dé un vuelco y consiga convencer a PSOE y Ciudadanos de la necesidad de formar un Ejecutivo que apruebe los Presupuestos y el techo de gasto, como medidas urgentes.
Con ese objetivo Rajoy ya ha cerrado sendas reuniones con Pedro Sánchez y Albert Rivera el martes y miércoles próximos. Si ambas formaciones cambian y no siguen empeñadas en provocar que el líder del PP fracase, Rajoy está dispuesto a presentarse a una sesión de investidura.
En Moncloa ya tienen fechas para ese debate y posteriores votaciones: última semana completa de agosto, informa Carmen Morodo en el diario La Razón. La fecha ideal sería el miércoles 24, para la primera votación en el Congreso, y el viernes 26, para la segunda. Todo ello si PSOE y Ciudadanos cambian el sentido actual de su voto y facilitan un Gobierno del PP en minoría.
La fecha de la sesión de investidura corresponde fijarla a la presidenta del Congreso. Patxi López dio un mes a Pedro Sánchez y Federico Trillo dejó tres semanas a José María Aznar para cerrar un acuerdo con CiU y PNV.
Rajoy, por tanto, tendría también un mes para negociar con la oposición. Se redoblarán los contactos, tanto del propio presidente en funciones, como de su equipo a través de conversaciones reservadas y públicas: a gusto de lo que decidan sus interlocutores. De hecho, Gobierno y PP se han quedado sin vacaciones con el objetivo de que en agosto se cierre el Ejecutivo.
Este fin de semana, Rajoy ha decidido no moverse de La Moncloa y trabajará en los encuentros con Sánchez y Rivera de la próxima semana.
Hay que recordar, además, que el día 15 de octubre el Gobierno español debe enviar a Bruselas sus planes para cumplir los nuevos objetivos de déficit que ha pactado con la Comisión Europea.
Una decisión que puede beneficiar a Rajoy es el adelanto de las elecciones vascas al 25 de septiembre. A día de hoy, el partido de Iñigo Urkullu se niega a cualquier acuerdo con el PP, pero después de los comicios las posturas se podrían suavizar y acercar.
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