Putin refuerza la seguridad en Crimea tras acusar a Ucrania de preparar atentados

El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció este jueves que reforzará la seguridad en Crimea, donde los servicios secretos rusos afirmaron haber desbaratado "atentados" preparados por Ucrania, provocando un aumento de la tensión entre Moscú y Kiev.

Más de dos años después de la anexión de la península ucraniana tras un referéndum considerado ilegal por los países occidentales, la denuncia de Moscú, desmentida por Kiev, dio lugar a un intercambio de acusaciones como no había ocurrido en meses.

Éstas llegaron a poner en duda la iniciativa de celebrar una negociación a principios de septiembre, al margen del G20 en China, sobre la crisis ucraniana.

Tras haber acusado el miércoles a las autoridades ucranianas de "pasar al terror", Vladimir Putin reunió a su Consejo de Seguridad, anunció el jueves el Kremlin en el comunicado.

"Se han debatido medidas adicionales para garantizar la seguridad de los ciudadanos y de las infraestructuras vitales de Crimea", explicó la presidencia. Los participantes "estudiaron detalladamente las posibles medidas antiterroristas para proteger las fronteras terrestres, las aguas territoriales y el espacio aéreo de Crimea", precisó la misma fuente.

Este Consejo de Seguridad reunió al primer ministro Dmitri Medvedev, a los ministros de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov; al de Defensa, Serguei Choigu, y al del Interior, Vladimir Kolokolsev, así como a los responsables de los servicios secretos rusos (FSB), Alexandre Bortnikov y de inteligencia exterior (SVR), Mijail Fradkov.

El FSB acusó a Kiev de haber preparado varias incursiones de "saboteadores-terroristas" que se saldaron con enfrentamientos armados y que costaron la vida, según Moscú, a un agente del FSB y a un militar ruso.

Según el FSB, un primer grupo fue descubierto cerca de la ciudad de Armiansk, en Crimea, en la madrugada del 7 de agosto en posesión veinte artefactos explosivos caseros y varios kg de TNT. Otros dos grupos fueron interceptados la noche siguiente, apoyados por disparos del ejército ucraniano, según la misma fuente.

Fuentes citadas por el diario ruso Kommersant afirmaron que las personas detenidas querían atacar zonas turísticas de la península, conocida por sus playas, para "sembrar el pánico" provocando pequeñas explosiones.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, denunció unas acusaciones "absurdas y cínicas", que sirven de "pretexto para nuevas amenazas militares contra Ucrania".

El ministerio de Defensa ucraniano evocó un "intento de justificar el despliegue y las agresiones" de las fuerzas rusas en la región.

Preguntados por la AFP, varios crimeos residentes cerca de la frontera ucraniana afirmaron que habían asistido a importantes movimientos de vehículos militares en la zona en los últimos días.

Estados Unidos, a través de su embajador en Ucrania, Geoffrey Pyatt, señaló no haber "visto nada que corrobore las acusaciones de Rusia" y culpó a Moscú de utilizar "frecuentemente falsas acusaciones para desviar la atención de sus actos ilegales".

Los guardias fronterizos ucranianos anunciaron que habían reforzado su dispositivo entre Ucrania y Crimea desde "el 7 de agosto, cuando aparecieron los primeros signos de tensión".

"Nos preparamos para todo", señaló a la AFP un alto responsable de los servicios de seguridad ucranianos, considerando que una invasión rusa era "posible". "Es una escalada, por supuesto", dijo.

El miércoles, Vladimir Putin instó a los occidentales a "presionar" a las autoridades de Kiev, "si quieren realmente alcanzar un arreglo pacífico" para el conflicto ucraniano.

"En estas condiciones, un encuentro en el 'formato Normandía' (Francia, Alemania, Rusia y Ucrania) en China (durante el G20, los días 4 y 5 de setiembre próximo), no tiene ningún sentido", estimó el presidente ruso.

Crimea fue anexada por Rusia en marzo de 2014 tras una intervención militar seguida de un referéndum de incorporación, denunciado como ilegal por Kiev y los países occidentales.

Esta anexión provocó las mayores tensiones entre las potencias occidentales y Rusia desde el final de la Guerra Fría y fue seguida por una ola de sanciones europeas y estadounidenses contra Moscú.

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