El cine abre la mano a plataformas como Netflix para estar en todas las pantallas

  • El presidente de la Academia advierte que la industria debe aliarse con los productores televisivos para poder subsistir y generar empleo. 
Mariano Barroso
Mariano Barroso
EFE

El presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, ha lanzado este sábado en la gala de los Goya un mensaje de aviso sobre la reconversión que necesita el negocio del cine, en un proceso que debe ir de la mano de la televisión en todas sus formas de producción, y no es su contra. La advertencia de Barroso se produce en plena irrupción de plataformas como Netflix en el sector y la apuesta que tanto las productoras como las distribuidoras están haciendo por la generación de contenidos que sirvan para todo tipo de pantallas.

“El cine es una gran pantalla, a la que se llega después de sortear un bosque de pequeñas pantallas, y seríamos muy torpes si las viéramos como enemigas”, ha señalado Barroso en el mensaje principal de la 33 Gala de los Goya, en un guiño claro hacia productoras de televisión y otros formatos de contenido para que apuesten también por el cine. A juicio del presidente de la Academia, la gente del cine debería “dar una respuesta a ese proceso” para garantizar el empleo y la actividad de la industria. Incluso una película producida por Netflix, 'Roma', se llevó un Goya a la Mejor Película Iberoamericana, así como el Goya a la Mejor Actriz, que fue a parar a Susi Sánchez, por 'La enfermedad del domingo', que es otra producción de la plataforma.

En el ecuador de la ceremonia, y en presencia del ministro de Cultura, José Guirao, la titular de Hacienda, María Jesús Montero, y la ministra de Educación, Isabel Celaá, el presdiente de la academia ha dejado claro que la opción que desde esta industria se mantienen en este momento es la aperturista hacia grandes productores de televisión para mantener la pervivencia del cine español y mantener el buen nivel de que goza. En la gala estaba también el nuevo presidente andaluz, José Manuel Bonilla, y los representantes de los principales partidos políticos. 

Barroso recordó que por los cines españoles han pasado este año 17,5 millones de espectadores, pero "pese al gran momento que pasa el sector audiovisual en España, el paro y la inestabilidad siguen siendo parte del oficio". En un discurso corto y sin 'chuleta', el presidente del cine español se refirió hasta en tres ocasiones a la necesidad de unir fuerzas entre las producciones que se hacen para todo tipo de pantallas, desde las televisión y los dispositivos de todo tipo, hasta la gran pantalla del cine, "porque somos Academia de unos de otros, de cine y también de televisión", aseveró. 

"Contamos historias para todo tipo de pantallas; el cine no debe derrotar a la televisión y la televisión no debe derrotar al cine. Es una alianza de ganadores y debemos afrontar la realidad con pasión y sin miedo ni complejos, porque el cine busca nuevas formas", señaló el presidente de la Academia. A punto de dar los principales galardones, incluso se hizo una parodia del admirado Fernando Fernán Gómez, en la que, pese a su carga de tradición, apostaba por "convertir esos obstáculos en virtudes" y apostar por las productoras de televisión, de series y todo tipo de plataformas, "para que podáis seguir contando historias". "Si luchamos porque una generación consiga crear libremente en España -relató la representación- ya nadie les podrá arrancar nunca la libertad".  

Mujer, feminismo, memoria histórica, Gaza y sin Vox

Silvia Abascal y Andreu Buenafuente fueron los encargados de llevar la presentación de una gala llena de sorpresas y sobresaltos. Antes de empezar el evento, el ministro de Cultura, José Guirao, quiso agradecer a la Academia de Cine el apoyo que daban a la apuesta feminista y contra la violencia de género que han dado en el certamen de este año y se ha felicitado porque “en el mundo del cine cada vez se nota más la presencia femenina”.

La gala estuvo plagada de continuas referencias a los problemas que aquejan a la mujer , tanto en el cine como en el resto de los ámbitos laborales, como la brecha salarial, y continuas alusiones al cine como motor de cambio de las cosas y de todo tipo de discriminaciones.

La concesión del Goya al mejor cortometraje documental a Gaza, una cinta que denuncia la vulneración de los derechos humanos en Palestina, se convirtió en el momento político más serio de la noche, fuera del discurso del presidente de la Academia. Además de las denuncias reiteradas del documental, los premiados aprovecharon su intervención para reclamar la salida de Israel del festival de Eurovisión.

De la misma manera, el premio al mejor documental, que recayó en la cinta "la memoria de otros", sirvió para sacar al escenario la defensa de la memoria histórica y de todos los desparecidos tras la Guerra Civil. 

Fuera de ese momento, la nota política más discordante de la gala de este año se produjo antes de que empezara el evento, con el cruce de descalificaciones entre los responsables de Vox y de la Academia de Cine. El líder de la formación de ultraderecha, Santiago Abascal, que no estaba invitado a la cita, criticó con dureza a un sector que, a su entender, descalifica a la patria y a los valores de la nación española. La salida de tono de Abascal no tuvo tampoco un gran eco en la gala, salvo por la directora de la película 'Carmen y Lola', Arancha Echevarría, que aproveco su premio como directora novel para invitar a Vox a ver una película de amor entre lesbianas y gitanas. 

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