En el mercado desde 2017

Los 21 herederos de la condesa (espía) de Romanones no logran vender su mansión

  • Aline Griffith dejó todo bien atado antes de fallecer en 2017. Su casa está en venta privada desde entonces por 4 millones. 
Fallece a los 94 años la condesa de Romanones, Aline Griffith
Fallece a los 94 años la condesa de Romanones, Aline Griffith
EFE

Dicen que nada más fallecer su madre en diciembre de 2017, los hijos de Aline Griffith, condesa de Romanones y exagente de la CIA, colgaron el cartel de 'Se vende' en la casa familiar. El resto de herederos -son 21 en total- logró que esta mansión de 270 metros cuadrados repartidos en tres plantas y situada en el madrileño barrio de El Viso, pasase a la venta privada, la fórmula habitual en estos casos. Desde entonces la propiedad se oferta por 4 millones de euros. Un precio que se ha mantenido invariable estos años, lo que dificulta la venta de un bien que debe ser rehabilitado íntegramente y que atrae a más curiosos que auténticos 'pretendientes'.

Lo primero que hicieron los herederos fue 'limpiar' la propiedad de cargas hipotecarias para venderla sin problemas. Es un secreto a voces que Aline Griffith acumulaba deudas y por ello se vio obligada a subastar sus joyas. Su casa había ejercido de aval en alguna de estas deudas. Anteriormente, la finca tenía como carga un préstamo hipotecario obsoleto que databa de los años 4o y, más importante, un embargo a favor de la condesa. Dicha deuda estaba vinculada a la participación de la nuda propiedad, adquirida por su hijo Álvaro Figueroa Griffith, para responder a 3.439.000 euros requeridos por el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Madrid. La fecha de esta anotación era 1997. Ahora esta deuda ha desaparecido y los herederos han solventado este problema jurídico que repercutía en la mansión en venta.

Fachada de la mansión de Condesa de Romanones.
Fachada de la mansión de Condesa de Romanones. / Google Maps

Una casa 'limpia' de embargos

En el embargo se hablaba de nuda propiedad porque la condesa no tuvo la casa a su nombre en los últimos años de su vida. Tenía desde 2001 hasta su muerte el usufructo del domicilio en el que había vivido con su marido, Luis de Figueroa y Pérez de Guzmán, y sus tres hijos, Álvaro, Luis y Miguel, hasta que salieron de casa. La condesa no quiso dejar a nadie fuera de su herencia, ya que además de sus tres hijos varones, siempre tuvo una relación muy especial con sus nietos (trece) y bisnietos (4) y su sobrina a los que quiso hacer partícipes de su legado. 

La propiedad se asienta sobre una parcela de 500 metros, con una ubicación inmejorable en El Viso, muy cerca del Paseo de la Castellana y de la calle Pablo Aranda, donde los hermanos Capriles comercializan sus pisos a millón de euros en el número 3 de esta calle, a través de Gran Roque Capital. En la zona hay vecinos interesantes, como Florentino Pérez (a escasos 100 metros) y José María Aznar Jr, cuya nueva casa está ubicada en un unifamiliar a su espalda. 

Todo esto sin contar el valor histórico de la propiedad, en la que la condesa escribió 'El fin de una era' (Ediciones B), donde narraba sus aventuras en la alta sociedad de Franco y su etapa como espía de la CIA. Y es que cada vez que alguien relevante visitaba España, su casa de El Viso era una parada obligatoria. Cuando los directores de superproducciones descubrieron que nuestro país era un paraíso para rodar, los Romanones eran los aliados perfectos. El origen neoyorquino de la condesa hacía que  tratara a esas estrellas del celuloide de tú a tú. La aristócrata tuvo una relación especial con las actrices Ava Gardner y Audrey Hepburn, que estuvieron en este domicilio ahora a la venta y en la finca de Extremadura.

De Pascualete a su fundación personal

La otra gran propiedad ligada a la condesa es la Finca Pascualete, muy cerca de Trujillo, Cáceres, más de 4.000 hectáreas en las que se producen los laureados quesos de los que toma su nombre y que tiene como clientes fieles a cocineros como Arzak. Hablamos de su famosa Retorta. Como en la casa de El Viso, tras la muerte de la condesa toda la finca estaba ya en manos de sus herederos, por lo que no hubo ninguna "guerra" en el reparto, como difundieron algunos medios de comunicación.

La propiedad extremeña, que también tiene un coto de caza que Franco solía utilizar, está gestionada actualmente por la firma malagueña Río Real de Inversiones Financieras S.L., una sociedad con un activo de 46 millones de euros y que tiene una cifra de negocio en el ejercicio fiscal 2017 de 1,3 millones de euros, cantidad levemente superior a la publicada en 2016. Mucho antes de morir (en 2005), para gestionar su legado cultural, Aline creó una fundación para la conservación, difusión y protección del mismo. 

Esta organización está presidida por dos de sus nietos: Luis de Figueroa Sayn-Wittgenstein-Sayn y Juan Figueroa Sayn-Wittgenstein-Sayn, que son los hijos de Luis, el segundo vástago de la fallecida condesa, con su primera esposa, Theresia zu Sayn-Wittgenstein, familia del primer marido de la princesa Corinna, tan presente en la prensa española. Actualmente, el objeto principal de la fundación es la edición de libros y está domiciliada en un piso contiguo al palacio de Angola, en pleno Madrid de los Austrias, una propiedad que no aparece en su caudal hereditario.

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