Con las pequeñas productoras en alza

Radiografía del cine "en extinción" que Almodóvar pide blindar desde Moncloa

Pedro Almodóvar
Pedro Almodóvar
EFE

El internacional Pedro Almodóvar se convirtió en el gran protagonista de la última gala de los Goya, no solo porque su 'Dolor y Gloria' termino siendo un potente imán de estatuillas, sino también por el discurso con que agradeció el galardón al 'Mejor Director', en el que, con la solemnidad digna del genio se dirigió al presidente del Gobierno quien, de cuerpo presente desde su butaca y con ese gesto de media sonrisa ya habitual, recibió una hoja de ruta acerca de aquello que le hace falta al mundo de la cultura y sobre lo que su Ejecutivo recién forjado "debe proteger". En su lista, el premiado director hizo referencia al desamparo de ese cine de autor poco comercial, "independiente, que nace de la necesidad de hacer"... aunque las cifras apuntan a que esta forma de entender (y producir) el séptimo arte no está tan huérfana en España como la pintó el galardonado.

"Esa franja es la más frágil y la que corre peligro de desaparecer. Hace falta que el Estado la proteja. Da vergüenza decir que el Gobierno se haga cargo de algo, pero el cine es nuestra memoria", resaltó el director. Las últimas estadísticas del Ministerio de Cultura y Deporte apuntan otra cosa. El número de productoras de cine en activo crece más cuando se trata de firmas pequeñas, es decir, de aquellas que solo producen una película al año. Así, frente a las 199 que se registraron en 2010, el pasado 2018 se contabilizaron 340, lo que supuso 42 más que el ejercicio anterior. En un primer vistazo, la fotografía del cine independiente dista de una situación de orfandad.

Los datos muestran cómo, además de ser las más numerosas, las productoras que apuestan por una cinta anual siguen multiplicándose frente al estancamiento de las más grandes. Concretamente, la cartera que desde este mes dirige José Manuel Rodríguez Uribes, distingue otras dos categorías. Las productoras que generan entre dos y cuatro películas al año sumaron un total de 45 firmas en 2018, apenas dos más que el año anterior y frente a las 40 registradas en 2010. En definitiva, casi el 90% de las productoras de cine coinciden con ese concepto de cine "independiente" al que alude Almodóvar.

A pesar de este creciente flujo, Almodóvar acierta en que, precisamente son estas firmas, con menor capacidad económica y con un espíritu más rompedor dentro del panorama de la industria, las que más necesitan la ayuda pública. Y es que es posible que esa triple brecha entre los juicios de la crítica, las valoraciones de la Academia y la elección de los españoles, sea otra de las claves de la "fragilidad", en términos generales, del cine con sello nacional. En esta ocasión, entre las grandes favoritas de los galardones se contaban la cuarta película española con más éxito en taquilla del 2019 ('Mientras dure la guerra' con más de 11 millones), la quinta ('Dolor y gloria' con casi 6 millones), para pasar a la decimoséptima ('La trinchera infinita' que superó el millón).

A estos grandes títulos del panorama nacional, se sumaban para la Academia dos cintas con menos respaldo del público, como son 'O que arde' e 'Intemperie'. Así, es cierto que en esta 34 edición de los premios no se puede considerar que las nominaciones hayan obviado las preferencias del público, como tampoco es de justicia afirmar que se hayan olvidado de productos más pequeños, sobre todo, en el caso de la producción gallega, filmada con actores no profesionales. En todo caso, citas como la de los Goya visibilizan títulos que han pasado sin pena ni gloria por las salas, en definitiva, lo mismo que Almodóvar solicitó personalmente a Pedro Sánchez la noche del sábado.

¿Escapa el cine de autor a las plataformas?

Otra de las afirmaciones del galardonado director puso el puntero directamente sobre los gigantes del contenido audiovisual (Netflix, HBO, Amazon Video...), al sentenciar que ese cine "en peligro de extinción" funcionaba al margen de estos mecanismos de difusión: "No está incluido ni en plataformas ni televisiones", aseguró. De nuevo, cabe matizar. Si bien en la parrilla de los canales tradicionales proliferan más los títulos de Woody Allen que los de Isabel Coixet, siempre hay excepciones como ciertos canales temáticos incluso dentro de la televisión pública (siempre nos quedará la 2). Pero, además, las firmas de contenido 'a la carta' han demostrado ser un buen trampolín, no solo para el cine español, también para el  minoritario.

No es posible pasar por encima de la situación por la que pasa la industria cinematográfica. Mientras que las pequeñas productoras, tradicionalmente más abiertas a los proyectos más transgresores o de autores prácticamente anónimos, con frecuencia tienen que apostarlo todo a una sola carta, gigantes como Netflix pueden permitirse desembolsar hasta 8 millones por cada uno de los 25 episodios de 'Stranger Things'. Si bien el modelo de negocio de las firmas que apuestan por el contenido a la carta aún debe demostrar su solvencia, es un hecho que la entrada de más competidores en el sector pone más piedras en el camino de las pequeñas productoras nacionales... aunque no en el del séptimo arte.

Mientras los galardonados de los Goya miran al Gobierno, plataformas como la anterior elevan el consumo potencial del cine español (el que aparece en su catálogo, claro está) a sus 139 millones de suscriptores. Y el interés de la compañía va más allá. Hace unos meses, Netflix estrenó 'Elisa y Marcela', uno de los últimos títulos de la cineasta Isabel Coixet, cuyo argumento gira en torno al primer matrimonio homosexual que se registró en España. La película supuso el tercer estreno de cine español propio de la plataforma, y para su desarrollo participaron dos productoras españolas. Sobra decir que ni el formato, ni el relato, ni siquiera la directora de esta cinta caben bajo la etiqueta de comerciales. Como Almodóvar, Coixet atesora más de una estatuilla. Como 'Elisa y Marcela', 'Dolor y Gloria' también está en Netflix.

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