Ha logrado vender 50.000 ejemplares en Francia y ser traducido a 12 lenguas. Charles Pépin ha convertido un ensayo filosófico en todo un éxito. Y el título lo dice todo 'Las virtudes del fracaso' (editorial Ariel). No es poco en una sociedad (sobretodo Europea) que repudia a los que no logran el éxito a la primera. Pépin hace un repaso de empresarios, artistas, deportistas... que han marcado nuestro tiempo, pero que aprendieron y mucho de sus errores, y los mezcla con enseñanzas filosóficas.
¿Qué tienen en común Steve Jobs, Richard Branson, Google, Soichiro Honda...? Todos ellos lograron el éxito tras haber experimentado en sus carnes el fracaso. Steve Jobs fue despedido de su propia compañía por su orgullo. Con 25 años había logrado 1.000 millones con Apple una salida a bolsa que le reporta 240 millones de dólares. Ebrio de éxito lanza el primer Macintosh. Se hunde. En 1985 nadie le soporta ya. Le obligan a irse. "Fue lo mejor que me pasó en la vida", reconocería después, "me hizo más creativo, fue una medicina horrible, pero el paciente lo necesitaba". Funda Next y 12 años después Apple le vuelve a llamar. Ya escucha, sabe que la empresa no es solo él. Crea el iMac. El resto es historia.
Cuando el fracaso es el preámbulo del éxito
Soichiro Honda fue rechazado en una entrevista de trabajo para ser ingeniero en... Toyota. Y de ahí, directo al paro. En ese tiempo pensó él mismo en fabricar escúteres: nacía Honda. Richard Branson lanzó Virgin Cola en 1994. Fracasó. Luego el lector del MP3, "en cuanto lo vi supe que no era Steve Jobs", reconoce. Con Virgin llegó el éxito bajo su lema: "los audaces no viven mucho tiempo, pero es que los otros no viven en absoluto".
¿Y Google? La segunda sociedad mejor valorada del mundo acumula fracasos porque su lema es "cuantas más equivocaciones, más posibilidades de que la cosa funcione". La empresa es una máquina de probar cosas. Así ven cómo no funcionan Google Glass, Wave, Answers, Reader... sin inmutarse.
¿Qué hay que aprender de ellos? Que a veces el burn out de los ejecutivos no se deben a las horas, sino a que trabajan lejos de su talento, de lo que les gusta. Han llegado lejos pero hace tiempo que no se sienten realizados en su trabajo, explica Pépin. No han logrado completar sus sueños. Y eso les va quemando. El éxito y la realización personal van unidas. La acción a veces conduce al fracaso, la inacción lleva a la depresión.
Frases para asumir el fracaso
"Dame fuerzas para aceptar lo que no puedo cambiar, la voluntad de cambiar lo que puedo cambiar y la sabiduría de saber distinguir lo uno de lo otro".
Lo opuesto a la sabiduría es negar la realidad
(Marco Aurelio).
Lo que de ti depende es aceptar o no aquello que no depende de ti (Epicteto).
"Soy ciego, pero siempre se puede encontrar a alguien más desgraciado que uno, ¡habría podido ser negro" (Ray Charles)
Ni risa ni llanto, comprensión (Spinoza)
No existe mayor error que no querer cometer ninguno (Miles Davis).
Productos que fueron un éxito... por error
No solo las empresas. Algunos de los éxitos de nuestro tiempo fueron consecuencia de un error. Así, el Viagra era una apuesta de Pfizer para tratar las anginas de pecho, el marcapasos se 'inventó' para registrar los latidos del corazón, pero falló y sus impulsos eléctricos fueron un empuje que salvaría miles de vidas. Nespresso fracasó cuando fue destinado a restaurantes y oficinas, hasta que llegó a las casas. El champagne fue un accidente en una barrica y así muchos otros. Las claves que debe recoger todo emprendedor que no tema al fracaso son que siempre la estrategia vence al voluntarismo, el atasco en el fracaso es la mejor garantía de no salir de él, y que el querer es poder es una frase hecha. A veces no se puede y se fracasa. Como dijo Mandela: "Yo nunca pierdo, o gano o aprendo".
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