Combates callejeros entre rebeldes y fuerzas del régimen en Siria

Los rebeldes batallaban este martes en las calles de Alepo contra las fuerzas del gobierno sirio, que tomaron el control de varios edificios altos en el este de la ciudad, al día siguiente de que Washington suspendiera sus contactos con Moscú sobre esta guerra.

A pesar de todo, Estados Unidos no renuncia a lograr un acuerdo de paz en Siria, dijo este martes en Bruselas el secretario de Estado norteamericano John Kerry.

"No dejaremos caer al pueblo sirio, no abandonaremos la búsqueda de la paz, no desertaremos del campo multilateral. Vamos a seguir buscando avanzar para poner fin a esta guerra", afirmó Kerry.

Por su parte, las tropas gubernamentales seguían avanzando calle por calle hacia Alepo este, la parte de la gran ciudad del norte de Siria controlada por los rebeldes y sometida a intensos bombardeos del gobierno y de su aliado ruso.

"Las fuerzas del régimen avanzan poco a poco en el centro y progresan más al norte hacia Bustan al Basha, tras intensos combates callejeros esta mañana", dijo Rami Abdel Rahman.

"Se están centrando en los edificios altos, que alguna vez fueron edificios de la administración del gobierno, ya que desde ahí pueden vigilar calles y barrios enteros", continuó Abdel Rahman, quien es director de la eoengé Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Reino Unido.

El ejército sirio busca ocupar los barrios cercanos a la línea divisoria con Alepo oeste, controlada por el régimen, y los del norte para arrinconar a las fuerzas rebeldes en el sureste de la ciudad.

La pérdida de Alepo representaría un revés crucial para la oposición, que también sufre bombardeos y ataques del ejército en la provincia de Idleb y cerca de Damasco.

Esta gran ofensiva aérea y terrestre en el sur de Alepo fue lanzadas el 22 de septiembre pasado con bombardeos masivos, que provocaron indignación en los países occidentales aliados de los rebeldes.

Estados Unidos invocó esa ofensiva para suspender las conversaciones con Rusia sobre un eventual nuevo alto el fuego.

"La paciencia de todo el mundo con Rusia se ha agotado", dijo Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, tras el anuncio, el lunes, de la suspensión de las conversaciones.

"No hay nada más para hablar entre Estados Unidos y Rusia" a propósito de Siria, agregó el portavoz.

"Lamentamos esta decisión de Washington", replicó la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zakharova.

Subrayó que Estados Unidos, tras "fracasar en cumplir con los acuerdos que implementó, está tratando de pasarle la responsabilidad a otros".

Las relaciones entre las dos grandes superpotencias se han degradado seriamente desde el fracaso de la tregua que habían impulsado en septiembre, y que no duró más de una semana.

La decisión de Washington se anunció después de la destrucción total, el lunes, del mayor hospital del sector rebelde de Alepo por un ataque aéreo.

Cada día, los altos responsables de la ONU se alarman por la suerte de los 250.000 habitantes de Alepo este, entre ellos 100.000 niños.

El martes, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el jordano Zeid Ra'ad Al Hussein, dijo que había que limitar el derecho de veto de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU en caso de riesgo de crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio.

"Estoy firmemente convencido" de que "el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas debería, sin demora, adoptar criterios para impedir que sus miembros utilicen el derecho de veto cuando existen preocupaciones graves con relación a posibles crímenes de guerra, de lesa humanidad o genocidio", declaró Al Hussein.

Los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad con derecho de veto son Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China.

Frente a los crímenes cometidos en Siria, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas y la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria pidieron en varias ocasiones remitir el asunto a la CPI.

Pero esta posibilidad parece poco verosímil debido a que el Consejo de Seguridad está dividido con respecto a Siria, y Rusia sigue protegiendo a su aliado sirio.

Por su lado, el jefe de la Liga Árabe llamó el martes a un "alto el fuego urgente" en Alepo para permitir la entrega de ayuda humanitaria.

"Lo que pasa en esta gran ciudad" es "una carnicería", dijo Ahmed Abul Gheit, secretario general panárabe al abrir una reunión extraordinaria de los representantes permanentes.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la zona rebelde sólo quedan seis hospitales que funcionan parcialmente y de los cuales solamente uno puede tratar a los heridos graves.

Menos de una treintena de médico enfrenta la grave situación trabajando las 24 horas del día, indicó la portavoz de la OMS Fadela Chaib.

bur-kar-mjg/mer/jri.zm/age

Mostrar comentarios