Con el 75% de los casos

Mujeres y sanitarias: ellas se llevan la peor parte en la tragedia de los hospitales

Enfermeras en un hospital de Logroño durante la pandemia
Enfermeras en un hospital de Logroño durante la pandemia
EFE

El virus no llama a la puerta ni pregunta antes de entrar, pero las cifras son claras: la gran mayoría de los contagios en plantilla los han sufrido ellas. En concreto, el 75% de los más de 41.000 sanitarios españoles contagiados son mujeres. "La cuestión es mucho más compleja que el sexo", explica el doctor Gabriel Reina, especialista en Microbiología de la Clínica de la Universidad de Navarra, "Hay muchos factores que influyen como las condiciones de salud previas o el grado de exposición a la Covid". No habla de oídas, a sus manos llegan cada día más de un centenar de muestras de pacientes infectados.  

El último balance del Ministerio de Sanidad cifra, a fecha del 30 de abril, un total de 28.326 profesionales infectados y diagnosticados por PCR -las cábalas de sindicatos y colegios apuntan muy por encima-. Del total, 21.392 son mujeres, frente a 6.934 son hombres. En proporción, ellas representan más del 75% de los positivos en plantilla.  Y no es que el virus haga distinción por sexos. Las mujeres representan alrededor del 50% de los puestos de trabajo del Sistema Nacional de Salud, por lo que, en orden de proporcionalidad, es difícil explicar por qué la brecha entre infectados e infectadas es tan grande. La cuestión se aclara si se profundiza en qué tipo de puestos son los que desempeñan estas profesionales: solo ocupan el 20% de los puestos de dirección.

Las palabras del doctor Reina son claras: la exposición al virus es clave. Y esta crece según descendemos en la 'jerarquía' del hospital. Si aislamos el sector de Enfermería, en el país la cifra de los trabajadores sintomáticos roza los 74.000, de los cuales más del 30% recibieron un diagnóstico positivo. Si se tiene en cuenta que el colectivo está altamente feminizado, la fotografía empieza a ganar nitidez. De hecho, esta especificidad de esta rama de la atención sanitaria es global. La Organización Mundial de la Salud cifra en un 90% el porcentaje de los puestos de Enfermería que ocupan las mujeres en todo el mundo. En España la cifra desciende levemente y la representación se encuentra cerca del 84%.

Siete de cada diez enfermeras dice que no tuvo protección

El Consejo General de Enfermería -órgano que aglutina a  los colegios que representan la profesión por toda España-, publicó esta semana los resultados de un estudio que analiza el impacto de la pandemia en sus profesionales. Las conclusiones son claras: escasez de medidas de protección durante semanas. Más del 70% de las encuestadas aseguró que no contaron con mascarillas en su unidad; el 55 % señaló que no tuvieron acceso a monos de trabajo completos y, al menos la mitad de las profesionales que contestaron a la encuesta, denuncian que tampoco contaron con batas eficaces contra el contagio. 

La falta de EPIs y otros materiales de protección ha supuesto un colador para la Covid durante demasiado tiempo y siete de cada diez enfermeras corroboran que no han trabajado con protección en esta crisis. La desescalada ha empezado y las sanitarias reconocen que la situación ha mejorado, pero durante semanas sus testimonios reflejaron un terrible escenario. "Hemos estado yendo a la guerra sin fusil", recuerda una de las trabajadoras de un centro madrileño en una llamada con este diario.

Una mascarilla para cinco y unas gafas de buceo servían de escudo a las trabajadoras del hospital de Torrejón  hace un par de semanas. Lo mismo ocurría en los hospitales de Getafe donde los trabajadores recibieron chubasqueros de la Warner y montaron talleres improvisados para convertir en batas las bolsas de basura. Entonces, el balance de Sanidad ya revelaba una situación desoladora: más de 5.000 profesionales del sistema habían caído por el azote del virus. A día de hoy superan los 40.000. Aún era marzo y, mientras la Comunidad de Madrid fletaba aviones con mascarillas que no cumplían los plazos y el Gobierno retiraba material defectuoso, las plantillas tomaron la iniciativa: "Nos acaban de traer de Decathlon un pedido con veinte chubasqueros y un montón de gafas", narraba a La Información una TCAE del Virgen de la Torre después de un mes en primera línea de batalla.

El Colegio de Enfermería de Madrid  (CODEM) publicó el 'Informe sobre profesionales de cuidados de enfermería. Oferta- Necesidades 2010-2025', donde se refleja claramente la elevada presencia femenina en el entramado asistencial. Las colegiadas en enfermería superan el 84% del total, mientras que las técnicos de Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAEs) están por encima del 90,6%. Muchas de estas últimas trabajan en residencias de ancianos donde la Covid-19 ha azotado con fuerza... y con mayor rapidez que la que tardaron en llegar los equipos de protección.

Los ratios más que ajustados tampoco han ayudado a cortar la propagación. España se encuentra a la cola de Europa en el número de enfermeras: cuenta con 1.5 trabajadoras por cada facultativo en activo. "Casi no podíamos pararnos ni a saludar, no podíamos pararnos más de cinco minutos con cada paciente", denunciaba una enfermera de la UCI del Gregorio Marañón, "Ya no me acuerdo de lo que era la pausa del café". La elevada presión asistencial supone un factor de riesgo, pues eleva las probabilidades de cometer errores. Además, multiplica el tiempo de exposición de las trabajadoras al virus. La Covid no hace distinciones, pero el techo de cristal sí condiciona el contagio, dejándolas a ellas por delante y al desnudo, en primera línea de fuego contra la pandemia. 

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