"Es un insulto a nuestra formación"

Las farmacias, en pie de guerra contra el 'monopolio' de test de Sanidad y CCAA

Los boticarios han firmado una petición masiva que urge a las autoridades sanitarias a avalar la realización de unas pruebas que muchos ciudadanos ya compran por Internet. 

Farmacia
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EFE

Las farmacias españolas están en pie de guerra. La ley prohíbe a las boticas practicar ningún tipo de test de la COVID-19 a unos ciudadanos que, según avanza la pandemia, tienen más interés por conocer si han pasado o no el virus... y si son una potencial fuente de contagio. "Hay demanda y queremos responder a ella", reclaman varios farmacéuticos en conversaciones con La Información, "Estamos preparados, tenemos la formación precisa y la capacidad de conseguir las pruebas necesarias". Sobre la mesa, el desahogo de un sistema sanitario que empieza a rozar la alerta naranja. Sobre el papel, una norma que no cambia. "No entendemos por qué vuelven a dejarnos de lado... nos sentimos infravalorados una vez más".

La reivindicación es casi histórica. Los test escaseaban en los meses más negros y el Gobierno centralizó el suministro. Ahora, tanto Sanidad como las CCAA aseguran que hay pruebas de sobra y, casi semanalmente, anuncian a bombo y platillo la compra de más unidades. Así las cosas, el sentimiento de abandono que reina en las oficinas es unánime. "Nos hemos reunido con la práctica totalidad de los grupos políticos", comparte con este medio Rubén Martín Lázaro, boticario y vocal de Adefarma (Asociación de Empresarios de Farmacia de Madrid), "Cuando ponemos sobre la mesa nuestros argumentos, todos los partidos coinciden en que es una opción acertada. A la hora de la verdad, nadie da un paso al frente".

Hablar de test en Madrid es evocar las colas de los profesores que, a pocos días de empezar las clases, estuvieron parados durante horas en los alrededores de los puntos que el grupo Ribera Salud -a quién la Comunidad adjudicó este servicio-, dispuso para ello. Sobre por qué no se autoriza a la red de farmacias de la misma manera, la Consejería de Sanidad ha respondido a este medio que esta decisión le corresponde únicamente al Ministerio, a través de la Agencia Española  del Medicamento (Aemps).

La Información se ha dirigido a la cartera de Salvador Illa y la respuesta no contempla matices. "En estos momentos, la realización de las pruebas PCR requiere EPIS específicos, prescripción médica y contacto con los servicios de Salud Pública para la comunicación de los resultados y esta función la cumplen los centros sanitarios". Unos por otros, la casa sin barrer. En el caso de la región madrileña, la saturación de los consultorios y el colapso de los especialistas de Atención Primaria han desembocado en una convocatoria de huelga (que podría extenderse a los hospitales), para el 28 de septiembre. 

El 30 de junio, el Ministerio de Sanidad actualizó su guía para la realización de test en las empresas. "Los cribados que se realizan al margen del cribado poblacional y que no cuentan con suficiente respaldo científico que informe del balance riesgo/beneficio, implican que su impacto en salud sea incierto y las garantías de calidad, cuestionables". El propio Fernando Simón aludió en una de sus ruedas de prensa a la difícil lectura de estas pruebas: "No todo el mundo puede interpretarlas". 

Los boticarios se han plantado: "No somos todo el mundo". "Es insultante para nuestra carrera", incide Luz Sanz. Presidenta de ADMSA ( Asociación para la defensa del modelo Sociosanitario Asistencial), "La formación está ahí, un farmacéutico estudia años de microbiología".  Frente a las trabas con las que se topan las boticas, varias CCAA ya han avalado test de saliva que los ciudadanos podrían hacerse desde casa, un sistema que requiere el traslado de muestras y dobla en complejidad a la propuesta de las farmacias. Los boticarios conocen la red de distribuidores y, con frecuencia, también a los vecinos. "A diferencia de un centro de salud, todo el mundo tiene una farmacia debajo de casa", asegura Rubén. 

La guía del Ministerio del 30 de junio para atajar la cuestión del diagnóstico en empresas aludía también al riesgo de sobresaturación del sistema que entrañan los cribados masivos, al margen del circuito que marca Salud Pública. "En muchos casos supone una carga añadida al sistema sanitario que, o bien realiza todo el proceso (...), o bien asume la carga de confirmar el diagnóstico y el manejo posterior de anomalías detectadas por proveedores privados".  Los boticarios insisten: "Somos parte del sistema asistencial y tenemos una formación que nos avala".  

"El veto a las farmacias sigue... mientras hay gente comprando test por Internet"

Además de garantizar una interpretación adecuada de los resultados, los farmacéuticos insisten en que evitaría visitas innecesarias a Urgencias y salas de espera. "Aaún hay capacidad de dar respuesta a la demanda masiva de un diagnóstico, pero ¿qué ocurrirá si el virus evoluciona como hasta ahora y un paciente no recibe respuesta ni en el centro de salud ni en los hospitales?", plantea Rubén. La Covid no da tregua y la curva de ingresos crece en casi todo el país. Mientras, algunas regiones sufren aislamientos perimetrales. "El recurso de los test en farmacias evita desplazamientos innecesarios". 

Pese a las advertencias de la cartera de Salvador Illa, los cribados masivos ya son una realidad... también en población sana. "Hay gente comprando test por Internet. Esto sí supone un peligro. Tanto si no interpretan bien los resultados, como por la pérdida de información que supone". El conteo de  positivos y negativos es una de las pocas pistas que permiten deducir cómo de efectivos están siendo los protocolos. "En el caso de las farmacias, la información siempre llegaría a las autoridades sanitarias", alega Luz. 

Laboratorios y clínicas privadas, puntos de cribado en las calles, PCRs desde el coche... Muchos ciudadanos ya bucean en una nueva normalidad que, pese al descalabro de las 'cartillas Covid' que proponían algunos sectores, exige  conocer si uno tiene o no el sello 'Covid-Free'. "Lo que proponemos no tiene por qué suponer un sobrecoste a los gobiernos y, en caso de que pague el ciudadano, creemos que podríamos reducir a la mitad lo que se paga en muchas clínicas privadas". El inicio del curso escolar, el regreso a la oficina, los viajes... todo apunta a que la vuelta a las calles disparará aún más la demanda de test. Si la transmisión no merma, ¿quién se encargará de diagnosticar cuando la prioridad sea otra vez salvar vidas?

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