El inicio del curso se acerca y la gestión de Isabel Díaz Ayuso vuelve a estar en la picota. La incertidumbre manda en toda España, pero la imagen de cientos de profesores madrileños haciendo cola por un test de anticuerpos ha llegado en el peor momento. El caos que se vivió este miércoles a las puertas del Instituto Virgen de la Paloma solo echa más leña al fuego de la falta de garantías a pie de pizarra. Escolares de la región retomarán las clases este viernes, el mismo día para el que las autoridades han aplazado buena parte de las pruebas serológicas programadas para ayer. A estas alturas, el retraso en el diagnóstico de cientos de docentes podría amenazar esa vuelta al 'cole' limpia de Covid que el Gobierno regional necesita para evitar la huelga.
"Madrid no está para fiestas", sentenció Ayuso este martes. Tampoco a sus profesores les queda margen para sobresaltos. Los docentes madrileños, como los gallegos, han despedido agosto con los libros en una mano y el 'palo' en la otra, anunciando un parón para finales de septiembre que solo desconvocarán cuando comprueben que las aulas son seguras. Por el momento, el pistoletazo de salida de las clases sonará antes de que buena parte de los 100.000 docentes que están llamados a hacerse las pruebas reciban un diagnóstico. De nuevo, el Ejecutivo autonómico avanza a contrarreloj
La vuelta del verano supone un reto para contener un virus para el que la movilidad funciona como combustible. Muchos de los docentes que volverán a impartir clase en los próximos días se incorporaron este martes 1 de septiembre a los claustros después de sus vacaciones. Las cifras regionales tampoco dan tregua: este miércoles Madrid informó 2.401 positivos, de los que 1.362 fueron detectados en las últimas 24 horas. La detección precoz de los positivos entre el profesorado es crucial para que los centros no se conviertan en una olla a presión antes incluso de la llegada de los niños.
"Los test serológicos interesan porque ayudan a saber si están inmunizados para no preocuparse por transmitirlo. Es una forma de saber de forma histórica si lo han pasado", explican a La Información desde el servicio de microbiología del Gregorio Marañón. Los conocidos como 'test rápidos' no aclaran si el virus está presente en ese mommento, pero sí si los anticuerpos de esa persona han reaccionado en algún momento al SARS-CoV-2. ¿Qué consecuencias tiene esto? Si uno de los profesor a examen obtuviera un positivo, habría que realizarle una PCR posterior. Es decir, aún cuando todos los docentes se sometieran al test antes del inicio de curso, cabe esperar bajas imprevistas que pondrían en jaque los ratios con los que la Comunidad ha contado para presentar un plan de vuelta al cole presencial.
La Comunidad de Madrid o ha sido la única región que ha optado por someter a sus docentes a una ronda de test rápidos en lugar de practicar directamente una PCR. Galicia o Andalucía también han seguido esta estrategia. Gabriel Reina, microbiólogo de la Clínica Universidad de Navarra, respalda la estrategia. "Las PCRs aportan el dato de infecciones activas, pero eso puede cambiar en cuestión de días", explica, "La serología puede ser útil y barata (cuesta una décima parte que la PCR) para hacer la foto actual y tomar otras a lo largo del curso para ver la evolución y saber, a posteriori claro, si se han producido infecciones". Andalucía y Galicia también se han inclinado por las pruebas de anticuerpos... pero empezaron a citar a sus docentes hace días.
La comunidad, a contrarreloj
En la Conferencia Sectorial del mes de mayo el Ministerio de Educación, con Isabel Celaá a la cabeza, dejó a las autoridades educativas elaborar sus planes de contingencias. Así lo marcaba una escala de competencias que volvió a cobrar vigencia con el punto y final del estado de alarma, que el Congreso marcó a las 00:00 horas del 21 de junio. Según Ayuso, Madrid fue la primera en anunciar su estrategia de vuelta al 'cole'. Según Celaá, los madrileños quedaron a la cola al publicar su plan para el curso 2020-2021 "el pasado martes 25 de agosto". El baile de fechas no cambia la escena: el curso comenzará antes de conocer el estado serológico de todos los docentes.
El pistoletazo de salida de las clases sonará este viernes y será escalonado. El calendario apremia. Los alumnos del primer ciclo de Educación Infantil se sentarán en sus pupitres este viernes... y la llegada del resto de cursos no se hará esperar. El 8 de septiembre lo cogerán sus mochilas los niños de Educación Infantil de segundo ciclo, así como los de 1º, 2º y 3º de Primaria. El resto de niveles se irán incorporando escalonadamente hasta el 21 de septiembre. No hay margen para más pasos atrás.
De los tres escenarios que las CCAA y el ministerio detallaron en mayo, los planes de Madrid para la vuelta a las aulas se han basado en el segundo. La comunidad prevé así un curso con distancia de seguridad, optimización de espacios y horarios para evitar contaminación cruzada y una mezcla de clases presenciales con actividad a distancia. La 'hoja de ruta' de Díaz Ayuso no se entiende sin un cuerpo docente sólido -la comunidad ha apalabrado cerca de 11.000 profesores de refuerzo-, que sostenga unas ratios que garanticen esa distancia de seguridad de 1,5 metros entre los alumnos. A 48 horas de la vuelta, Madrid cruza los dedos para que el colador de los test rápidos no diezme las plantillas más de lo que las aulas puedan soportar.
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