España pone a prueba su condición de aspirante

  • La selección española de balonmano tratará de prolongar mañana (19:00) su racha de triunfos en el Mundial con una victoria sobre Hungría, en un durísimo encuentro, que servirá para comprobar las auténticas posibilidades del conjunto español en el Campeonato del Mundo.

Madrid, 16 ene.- La selección española de balonmano tratará de prolongar mañana (19:00) su racha de triunfos en el Mundial con una victoria sobre Hungría, en un durísimo encuentro, que servirá para comprobar las auténticas posibilidades del conjunto español en el Campeonato del Mundo.

Tras superar con relativa comodidad los compromisos con Argelia, Egipto y Australia, el conjunto español, como reconocen técnicos y jugadores, arrancará ante los magiares, cuartos en los pasados Juegos Olímpicos de Londres, el "auténtico" Mundial.

Un durísimo encuentro, que se prevé más complicado todavía, por las urgencias del conjunto húngaro, que tratará de resarcirse ante España de la inesperada, por lo contundente del marcador (30-21), derrota encajada el martes ante Croacia.

Motivación que tampoco le faltará al conjunto español, consciente de que sólo le vale la victoria si quiere aspirar a concluir la primera fase como líder del grupo D, una primera plaza que tendría como premio evitar a la todopoderosa Francia, la vigente campeona olímpica y mundial, hasta la final del torneo.

Para ello, el equipo español confiará en las mismas armas que ya permitieron a la selección derrotar a los húngaros el pasado verano en la capital británica por un contundente 33-22; una intensa defensa y la efectividad del pivote Julen Aginagalde, que firmó nueve goles ante los magiares.

Defensa, en la que presumiblemente España volverá a confiar en el 6-0 con constantes salidas a los lanzadores húngaros, que tan buenos resultados le dio en Londres, en especial en la segunda parte, en la que el conjunto español tan sólo concedió nueve goles al equipo magiar.

Una selección húngara en el que el principal peligro volverá a surgir de la presencia del lateral Laszlo Nagy, uno de los mejores jugadores del Mundo, aunque como resaltó en la previa el portero español Arpad Sterbik, España no puede preparar el duelo pensando únicamente en el exjugador del Barcelona.

Y es que el conjunto de Lajos Mocsai cuenta en todas sus líneas con jugadores del máximo nivel mundial, como el central Gabor Csaszar, que suma a su claridad para dirigir el juego ofensivo de los magiares un efectivo lanzamiento a distancia, que le convierte en un hombre a vigilar.

Al igual que el pivote Szabolcs Zubai, o los extremos Gergo Ivancsik y Gergely Harsanyi, puntas de lanza del peligroso juego de contragolpe de un conjunto magiar, que tiene otro de sus puntos fuertes en la intensidad de su poderosa defensa, donde tiene un papel protagonista el durísimo Timuzsin Schuch.

Defensa perfectamente respaldada por el guardameta Roland Mikler, que tras años a la sombra de Nandor Fazekas, no ha podido asumir mejor la titularidad, como demuestran sus excelentes actuaciones ante Croacia y, sobre todo, ante Egipto, donde el portero del Pick Szeged firmó en la primera parte un sesenta y tres por ciento de paradas.

Circunstancia que obligará a España a afinar al máximo la puntería, en una duelo, en el que la selección, tras medirse en los últimos días con seis equipos caracterizados por defensas profundas y abiertas, deberá cambiar de mentalidad y adaptarse a una cerradísima defensa 6-0 como la que emplea Hungría.

Sistema defensivo que España confía en poder abrir gracias al poderoso lanzamiento exterior del que dota al equipo de Valero Rivera el gigantón -212 centímetros- Ángel Montoro, que será el encargado de abrir con su poderoso brazo izquierdo espacios a los efectivos jugadores de segunda línea del conjunto español.

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