(ampliación) investidura. Rubalcaba garantiza a rajoy una oposición “positiva” con acuerdos basados en la lealtad


El portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, garantizó esta tarde a Mariano Rajoy una oposición “positiva” pese a votar en contra de su investidura como presidente del Gobierno, y como muestra de ello le ofreció acuerdos en grandes materias basados en la lealtad y en el interés general.
Después de la primera exposición de Mariano Rajoy en ese debate, Rubalcaba comenzó su intervención felicitando al líder del PP por su “holgada” mayoría parlamentaria y reafirmando el compromiso del PSOE de colocar siempre la política democrática “por encima” de cualquier otro poder y de mejorar la relación del Parlamento con los ciudadanos.
Pese a su “muy mal” resultado en las urnas, Rubalcaba subrayó que el PSOE sigue siendo la única alternativa progresista de gobierno en España, y eso lleva a los socialistas a hacer política poniendo siempre los intereses de los ciudadanos por encima de los partidarios.
Por ello, si bien el PSOE votará en contra de la investidura por estar en desacuerdo con muchas de las cosas dichas por Rajoy “y con otras que creemos que va a hacer y hoy no ha dicho”, le garantizó una actitud “positiva”, porque es lo que necesita España y lo que quieren los ciudadanos.
Rubalcaba subrayó algunas contradicciones entre las posiciones defendidas por Rajoy desde la oposición y lo que ahora sugiere, por ejemplo, su rechazo “con uñas y dientes” al incremento del IVA aprobado por Rodríguez Zapatero, que ahora no descarta y que se desvelará, ironizó, “como en los cines, próximamente en esta sala”.
Rajoy no había dicho en su primera intervención nada relacionado con los impuestos, y Rubalcaba le advirtió de que la intención de reducir el déficit 16.500 millones no cuadra con desgravaciones y subida de pensiones, y sin incremento de ingresos.
Le preguntó por ello cuándo anunciará “las malas noticias”, y aprovechó la reflexión sobre el déficit para insistir en su tesis de que sólo los ajustes no bastan para crecer y recuperar el empleo, y abogar por “revisar” el calendario de consolidación fiscal en la línea de lo defendido por varios países del G-20.
Rubalcaba ofreció a Rajoy su primer acuerdo en ese ámbito, la política europea, para defender cada uno en su ámbito y dentro de sus posibilidades una política económica común para superar la crisis.
El líder socialista defendió también la conveniencia de subir los impuestos de forma “selectiva” y sin lastrar la demanda interior, y se mostró de acuerdo con algunos estímulos anunciados por Rajoy para pymes, autónomos o exportación.
Se mostró también de acuerdo en la urgencia de concluir el saneamiento del sistema financiero, y en ese terreno anunció la oposición del PSOE a cualquier fórmula que utilice recursos públicos para “echar una mano” a los bancos que especularon con la vivienda. Hay otras fórmulas, aseguró, para restablecer el crédito a familias y empresas.
Abogó asimismo por “explorar” la reforma laboral vigente antes de emprender otra, pero si Rajoy opta por ello, le advirtió de que la negociación colectiva es un instrumento de paz social y, por ello, es “competitiva al máximo”, y el contrato único tendría la oposición del PSOE.
Su oferta al PP en ese sentido fue para cerrar “un gran acuerdo de rentas”, públicas y privadas, y también para incrementar al 0,5%, en la línea de lo aprobado por la UE, el límite de déficit estructural.
En todo caso, aseguró que el PSOE respetará lo pactado con el PP, el 0,4%, sobre la premisa de que estabilidad presupuestaria no es lo mismo que el equilibrio, no equivale a déficit cero sino a la estabilidad dentro del ciclo.
En línea general, Rubalcaba aseguró a Rajoy que tendrá al PSOE a su lado para todo lo que suponga “gastar mejor” y garantizar la viabilidad del estado del bienestar, pero no para “desmantelarlo por la puerta de atrás”.
Le aseguró también el apoyo para garantizar los mínimos básicos de prestaciones educativas y sanitarias en toda España más allá de las competencias autonómicas, y de hecho le ofreció un tercer acuerdo para establecer por ley los requisitos básicos del sistema sanitario.
Aunque Rajoy aseguró que evitará grandes cambios en política educativa, Rubalcaba le advirtió de que aumentar el bachiller a tres años es “un pedazo de cambio”, y le alertó contra la tentación de introducir conciertos en la secundaria.
Rubalcaba hizo un discurso serio, con una única broma para expresar su deseo de que Cristóbal Montoro sea ministro de Industria, porque las pasaría “canutas” para explicar la subida de tarifas eléctricas después de haberla descartado.
Si en algo podría ser “beligerante” el PSOE, aseguró el portavoz socialista, sería para defender derechos, para seguir asegurando que la gente puede vivir “como quiera”, lo cual implica, por ejemplo, poder morir dignamente o casarse con quien quiera.
Su última reflexión fue para la política antiterrorista, para decir a Rajoy que una vez declarado el fin de la violencia por parte de ETA queda “mucho por hacer” y el PSOE será “leal”.
Las líneas deberán ser definidas por el Gobierno, aseguró, “y de mi boca oirá pocas cosas, pero todas serán en torno a la paz, la justicia, la dignidad”, sobre la memoria de las víctimas y la convicción de que la historia “nunca” la escribirán “los verdugos”.
Al PSOE le tendrá, concluyó, “mucho más escuchando, que criticando, proponiendo que descalificando, defendiendo siempre el interés general y el estado del bienestar”, y por tanto “una salida justa a la crisis, que le pida más al que más puede dar”.

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