Espera una recaída en el primer trimestre del año

El BdE avisa de que el PIB anterior a la Covid podría no recuperarse hasta 2024

El Banco de España revisa a la baja del 6,8% al 6% el crecimiento esperado para 2021 por el mal arranque de año y por el previsible retraso en la ejecución de los fondos europeos. Ve aún mucha incertidumbre.

Viajeros procedentes de Alemania llegan al Aeropuerto de Palma de Mallorca.
La recuperación del turismo será clave para que España recupere su actividad económica.
EP

España podría tardar cerca de cinco años en recuperar el nivel de bienestar económico - medido en términos de Producto Interior Bruto (PIB) - anterior a la pandemia. Así lo advierte el Banco de España en la última actualización de sus proyecciones sobre el comportamiento futuro de la economía española, que ha presentado este martes y que abre un abanico de posibilidades dentro del cual las cicatrices que la pandemia ha dejado en la economía podrían cerrarse ya a finales de 2022, en el mejor de los escenarios, o bien ya iniciado 2024, en el caso de que las cosas se dieran mal. Su escenario central es que España no recuperará el PIB anterior a la crisis hasta la segunda mitad de 2023.

Que el impacto de la pandemia sobre la economía española sea más o menos prolongado dependerá de varios factores, según el equipo de analistas del supervisor, que dirige Óscar Arce. El más crítico será, lógicamente, la evolución de la pandemia. El escenario central sobre el que trabaja el Banco de España es que el proceso de vacunación permitirá que a finales de este año haya un porcentaje de población inmunizada que permita prescindir de las medidas de restricción a la movilidad que se han convertido en norma desde que la Covid-19 condicionara el día a día de los ciudadanos hace ahora un año. Si ese proceso se acelerara hasta el punto de alcanzar el objetivo gubernamental de tener al 70% de la población vacunada en verano, las perspectivas de la economía española serían mucho más positivas; del mismo modo que se ensombrecerían si llegado el final de año el porcentaje de población vacunada fuera inferior al estimado.

Ese elemento central condiciona el resto de factores. El Banco de España da por sentado de que si la evolución de la pandemia es desfavorable las cicatrices sobre el tejido productivo serán más profundas y los efectos sobre la economía más permanentes, y viceversa. El contexto de incertidumbre sobre la evolución de la epidemia es tan elevado que el supervisor ha decidido mantener el esquema de escenarios que instauró en sus proyecciones desde el inicio de la crisis, no tanto para señalar lo que va a hacer la economía en los próximos meses como para mostrar los posibles caminos que puede seguir en función de cómo evolucione la situación.

Revisión a la baja de las expectativas para 2021

Lo que sí parece tener claro el Banco de España es que la economía española va a crecer en 2021 sensiblemente por debajo de lo esperado en un principio. El pasado mes de diciembre la institución auguró un crecimiento del 6,8%, que ya se situaba muy por debajo del 9,2% de la previsión del Gobierno, pero tres meses después ha rebajado ésta hasta el 6%. Los motivos, según ha explicado este martes Óscar Arce, director de Economía y Estadística del Banco de España, son básicamente dos. El más relevante ha sido el impacto sobre la economía de las medidas de contención aprobadas por los gobiernos autonómicos para hacer frente a la segunda y la tercera ola del virus, que según sus estimaciones provocarán una recaída del 0,4% de la economía española en el primer trimestre del año y que lastrarán el crecimiento español para todo 2021. 

El segundo factor es el retraso en la ejecución de los fondos europeos. Desde la institución se señala que en sus previsiones de diciembre se había estimado una ejecución del 70% de los 27.000 millones de euros que el Gobierno ha incluido en los Presupuestos de 2021. Tres meses después, entienden que esa ejecución no superará el 55% y que esa menor inversión pública restará alrededor de tres décimas al crecimiento previsto para 2021.

El equipo de analistas del Banco de España confía en que la recuperación de la economía se acelere en la segunda parte del año, si bien su vigor dependerá de la campaña turística, y en concreto del flujo de turismo extranjero que el país sea capaz de recuperar respecto al que se perdió con la pandemia, y también del patrón de consumo de los hogares y del volumen de ahorro acumulado que se desembalse en la segunda mitad del año a medida que se levante las restricciones sobre el ocio y la hostelería.

La buena noticia es que ese menor crecimiento en 2021 se traducirá en un mayor crecimiento en 2022, por el efecto inducido de ese retraso en la ejecución de los fondos europeos hasta el año que viene, un retraso que desde el Banco de España se desliza que incluso puede ser beneficioso para la economía si eso sirve para orientarlos con más tino. Si en diciembre se esperaba un crecimiento del 4,2% para el año que viene, la previsión de marzo eleva ese crecimiento hasta el 5,3%. 

Paro y deuda

El deterioro de las expectativas inmediatas para la economía española no afectará a los indicadores de empleo. El Banco de España de hecho ha mejorado sensiblemente sus estimaciones sobre la evolución del paro que hace apenas tres meses situaba en el 18,3% en este 2021 y que ahora establece en un 17%, principalmente por el efecto de la extensión de los ERTE hasta el mes de mayo que de momento está impidiendo que cerca de 900.000 trabajadores engrosen las listas del desempleo.

Respecto a las cuentas públicas, la entidad estima que el déficit de las Administraciones Públicas cerró 2020 en el 10,5% y que este año 2021 apenas se rebajará hasta el 7,7%. Habrá que esperar a 2022 para ver una estabilización en el 4,8%, lejos del umbral máximo del 3% que exige Bruselas para no aplicar el brazo correctivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y para no activar a los célebres 'hombres de negro'. La deuda pública se estabilizará en el entorno del 117% del PIB en los próximos años a la espera de que la recuperación económica permite abordar su reducción.

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