El Banco de España constata el alza de ingresos empresariales pese al parón

Entre enero y septiembre, las empresas han recuperado un ritmo notable actividad tras el parón que experimentaron a causa de la pandemia de covid, y lo hicieron en un contexto marcado por la crisis inflacionista, la guerra en Ucrania, el shock energético o los problemas en las cadenas de suministro. De acuerdo con los datos de la Central de Balances Trimestral, que ha publicado este jueves el Banco de España, los beneficios empresariales del millar de empresas analizadas "siguieron creciendo a un ritmo elevado" en los tres primeros trimestres del año, aunque con una evolución muy dispar en función de los sectores. Pese a ello, los datos referidos exclusivamente al periodo entre julio y septiembre muestran ya una pérdida de dinamismo de los beneficios empresariales, en plena desaceleración de la economía que, según el avance de Contabilidad Nacional creció un 0,2% frente al 1,5% del trimestre previo. 

La entidad constata que, a lo largo de 2022 el resultado económico bruto de las empresas (REB) ha sido mucho más dinámico que los gastos de personal, dado que avanzó al 38,5%, si bien estas no han sido capaces de trasladar todo el aumento de los costes a los precios, por lo que también han perdido algo de renta real. Ese reparto de excedentes entre trabajadores y empresas se ha visto sesgado en 2022 hacia las empresas, en contra de lo que había sucedido en el peor ejercicio de la crisis sanitaria. "Es fácil dejarse llevar y decir que los beneficios empresariales están aumentando de forma desproporcionada, pero hay que tener los datos en cuenta como ratios”, ha puntualizado el director general de Economía y Estadística del BdE. Ángel Gavilán ha explicado que "los márgenes empresariales cayeron mucho en 2020 a costa de que los trabajadores se llevaron una porción mayor de la tarta, y en el 2021 y 2020 las empresas han recuperado esa parte de la tarta hasta alcanzar el equilibrio".

En concreto, los gastos de personal aumentaron un 6,9% entre enero y septiembre en términos interanuales, una evolución que se ha visto impulsada tanto por el incremento de las plantillas medias efectivas (3,6%) como por el ascenso de las remuneraciones, que crecieron un 3,2%. En los nueve primeros meses del año aumentaron el valor añadido bruto, el resultado económico bruto y el empleo, lo que prolongó la tendencia de recuperación registrada el año anterior.

En el desglose por sectores se observa que los crecimientos más intensos del Valor Agregado Bruto se produjeron en el sector industrial (32,6%) gracias sobre todo al avance en el subsector refino, vinculado al fuerte aumento del precio del crudo, que estas empresas han trasladado a sus precios de venta; al del comercio y hostelería, que fue del 25,1%, y al agregado que engloba al resto de las actividades (24,2%), que se vio impulsado por el buen comportamiento de las empresas de transporte.

A pesar del notable avance del valor añadido bruto durante los nueve primeros meses de 2022, los datos referidos exclusivamente al tercer trimestre muestran una pérdida de dinamismo con respecto al trimestre anterior, lo que refleja la desaceleración de la actividad económica en la mayoría de las ramas de actividad. Este afectó especialmente a la industria, y, en menor medida, a comercio, hostelería y transporte.

El crecimiento del empleo se registró exclusivamente en el colectivo de trabajadores fijos, que aumentó un 6,4%, en tanto que el personal con contrato temporal descendió un 13,4%, lo que se explicaría tanto por algunos ajustes de plantilla como por el impacto asociado a la reforma laboral aprobada este año, que habría provocado un traspaso hacia el empleo fijo de trabajadores que tenían contratos temporales. En línea con la positiva evolución del empleo, casi la mitad de las empresas (un 49,7%) incrementaron sus plantillas efectivas, 4,8 puntos más que en el mismo período del ejercicio anterior. Los aumentos de empleo se concentraron especialmente en los sectores de servicios.

Aunque la ratio media de liquidez de las empresas descendió en los nueve primeros meses del año en casi todas las ramas analizadas (salvo en la de energía), en la mayoría de los casos, esta ratio se sitúa en niveles próximos a los observados antes de la pandemia, revirtiéndose el repunte que se observó en 2020 cuando las empresas acumularon activos líquidos para protegerse del aumento de los riesgos de liquidez. Por último, la deuda bruta de las empresas se situó en septiembre un 15% por encima del nivel del final del año anterior.