El gigante asiático en el ojo del huracán

Las protestas obligan a China a acelerar la apertura en pleno shock económico

El país, que venía de crecer al 6,1% en 2019 -antes de que estallase la Covid y cuando su desaceleración ya era un hecho- avanzará al entorno del 4,8% este ejercicio si el ladrillo  y la reapertura lo permiten 

Metro de China
Metro de China
Agencia EFE

China ha iniciado con 2023 la relajación de su política de 'cero Covid' ante las protestas crecientes de una población hastiada por las restricciones. El pasado 7 de diciembre, el Gobierno de Xi Jinping hizo público un plan de diez puntos para la desescalada, en medio de la preocupación que genera a nivel mundial un debilitamiento mayor de la segunda economía del planeta, que ya ha dado síntomas de fatiga los últimos meses en la actividad de la industria o en la del sector servicios. 

De esta manera, salvo lugares de alto riesgo, lugares públicos o viajes fuera del área, ya no es necesario disponer de un resultado negativo de pruebas PCR. Además, se permite la cuarentena domiciliaria de los pacientes asintomáticos o con síntomas leves; las zonas de alto riesgo empezaron a clasificarse por un solo piso, poniendo fin a los cierres de complejos residenciales y comunidades enteras.

Sin embargo, la respuesta del Ejecutivo chino ha traído un efecto indeseado con el rápido aumento de nuevos casos, que podría empeorar con las vacaciones de Año Nuevo. Europa y Estados Unidos siguen muy pendientes la evolución de la situación china. Desde el punto de vista sanitario, por el miedo a que el rebrote de la pandemia se extienda a otros países y desde el económico, por la posibilidad -nada descartable- de que el gigante asiático vuelva a cerrarse a cal y canto.

China se enfrenta a una crisis histórica, con una economía que no acaba de avanzar a las cotas a las que lo hacía en el pasado y una población que empieza a rebelarse contra la obediencia ciega para criticar la política de 'Covid cero' estatal e incluso atreverse a exigir la dimisión del propio presidente Xi Jinping. Un país al borde del caos ante la desestabilización de la economía y medidas gubernamentales que parecen no estar mejorando la coyuntura interna.

El crecimiento chino: póliza de seguro contra la recesión global

Aunque el Comité Económico Central mantiene la esperanza de que se inicie una recuperación gradual de la actividad de cara a la Asamblea Popular Nacional de marzo, algo que según los analistas del bróker eToro sería "una póliza de seguro clave contra una recesión mundial", es imposible obviar los problemas que vienen registrando el sector inmobiliario, la industria y el sector servicios del país. Según un estudio de Santander Trade, los principales indicadores económicos cayeron significativamente en los últimos meses de 2022.

El país, cuya economía venía de crecer al 6,1% en 2019 -antes de que estallase la pandemia de coronavirus y cuando su desaceleración ya era un hecho- avanzará al entorno del 4,8%. El cierre total de sus fronteras durante el peor ejercicio de la crisis sanitaria, en 2020, provocó un avance modesto del 2,3% que, sin embargo, le permitió erigirse como la única de las grandes economías capaz de esquivar la recesión (ni Estados Unidos ni la Eurozona lo lograron). Desde la gestora Vontobel calculan que el PIB crecerá solamente un 5% durante el 2023.

La 'fábrica del mundo' ha visto cómo los cierres y restricciones han provocado una contracción de su actividad industrial en los cinco últimos meses. El índice de gerentes de compra (PMI) manufacturero chino empeoró ligeramente en diciembre al caer a 49 puntos desde los 49,4 del mes anterior. Cualquier registro por debajo de 50 puntos de este indicador muestra una contracción de la actividad.

La disminución de la producción estuvo estrechamente vinculada al impacto de las medidas anticovid, que obligó a los comercios a echar el cierre temporalmente y redujo la demanda de productos por parte de los clientes. El retroceso de la actividad ha sido también evidente en otros sectores. Los servicios volvieron a contraerse en diciembre por cuarto mes consecutivo como consecuencia del impacto de los nuevos brotes. Así lo reflejó también el PMI del sector privado, que apenas aumentó hasta los 48 puntos desde los 46,7 del mes anterior.

Los riesgos de una economía enladrillada

En cuanto al sector inmobiliario chino, que representa un tercio de la economía del gigante asiático, atraviesa una crisis de difícil digestión desde la caída de Evergrande, la segunda mayor promotora inmobiliaria del país y las más endeudada del mundo (su pasivo llegó a superar los 300.000 millones de dólares). Su colapso en 2021 llevó a un endurecimiento de la regulación del 'ladrillo' -con reglas muy estrictas de acceso al crédito para las empresas- que ha hundido las compraventas de viviendas y la inversión y que ha generado no pocos problemas de liquidez entre algunas de las mayores promotoras del país. 

En un escenario negativo, en el que la reapertura no pudiera terminar de consolidarse y se produjera un descenso de la actividad inmobiliaria a un ritmo algo más rápido que en 2022, los analistas de Goldman Sachs prevén que el crecimiento se debilitaría aún más en el presente ejercicio hasta situarse en el entorno del 1,5% (3 puntos porcentuales por debajo de su previsión de referencia). En un escenario alcista con una reapertura más plena y una actividad inmobiliaria plana (reflejando, por ejemplo, un mayor estímulo inmobiliario), el avance del PIB se aceleraría bruscamente para situarse alrededor del 7%.

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