Un total 1.080 euros al mes en 14 pagas o 15.120 euros anuales brutos. Ese es el Salario Mínimo Interprofesional en España (SMI), al que después hay que restarle retenciones de IRPF y cotizaciones sociales. Ahorrar cuando cobras 1.000 euros al mes es todo un reto, pero no uno imposible.
La diferencia entre ahorrar dinero con pocos ingresos a hacerlo con el salario medio, es que en el segundo caso el porcentaje de ahorro debería ser mayor. Como mileurista habrá que hacer algunos ajustes más. Estos 10 consejos prácticos te ayudarán a enfocar ese esfuerzo y ahorrar aunque cobres el salario mínimo.
Ahorra de forma automática y a principio de mes
Ahorrar implica hacer un esfuerzo y privarse de algo, tanto si ganas 1.000 euros como si ganas 5.000 euros. Nuestro cerebro está diseñado para consumir y si dejas el ahorro a merced de tu fuerza de voluntad, lo normal que tienda a cero.
La solución pasa por ahorrar a principio de mes y hacerlo de forma automática. Así eliminas tu fuerza de voluntad de la ecuación. Esto es lo que se conoce como preahorro.
Para empezar a preahorrar solo necesitas decidir el porcentaje de tu salario que quieres ahorrar y crear una orden de transferencia automática en el banco de la cuenta donde recibes la nómina a una cuenta separada.
Si no estás acostumbrado a ahorrar porque cobras poco, empieza con un porcentaje pequeño como un 5% de tu salario. Para una persona que cobra el salario mínimo puede ser 50 euros al mes. A partir de ahí se puede ir aumentando la cantidad poco a poco hasta donde uno pueda o quiera.
Ahorra en lo que no te importa
Un error muy habitual al ahorrar es centrarse en recortar los gastos en hábitos que queremos cambiar o en cosas que identificamos como caprichos. Esta forma de enfocar el ahorro supone un esfuerzo adicional.
Un enfoque más útil es ahorrar en lo que no te importa. Por ejemplo, en lugar de dejar de salir a cenar o cancelar la suscripción de Netflix, puedes revisar cuánto gastas en energía, en seguros e incluso revisar la hipoteca de la casa.
En resumen, busca gastos que no te aporten valor en tu vida y que, además, sea fácil de eliminar o con los que el ahorro sea duradero, como puede ser la factura de la luz.
Evita las compras compulsivas
Fácil decirlo, aunque no tanto conseguirlo. Desde el supermercado hasta las páginas web pasando por las tiendas, todas usan trucos para que compres por impulso y que hacen que sea más difícil ahorrar como mileurista.
Hay muchos trucos para combatir este tipo de compras, pero uno de los más efectivos es pensar cuántas horas de trabajo necesitas emplear para comprarlo. Solo el hecho de pararte a hacer el cálculo hará maravillas. Si te supone mucho esfuerzo, prueba a buscar una alternativa más barata en el momento.
La clave en ambos casos es distanciar el momento del impulso de compra de cuando tomas la decisión final de comprar.
Elige bien donde vives
La vivienda es uno de los principales gastos, especialmente en las grandes ciudades. La diferencia entre vivir en el barrio del Retiro en Madrid o hacerlo en el distrito de Fuencarral es de 330 euros para una casa de 85 metros cuadrados según datos de Idealista.
Esta diferencia es todavía mayor si hablamos de ciudades periféricas o pueblos de las afueras. Adaptar la vivienda a tu presupuesto es una forma de ahorrar dinero con ingresos limitados.
Pon las subscripciones en cuarentena
Los gastos fijos son los mayores enemigos del ahorro. Revisarlos puede ayudarte a cuadrar el presupuesto y ahorrar todos los meses. Desde seguros hasta subscripciones.
En el caso de las subscripciones mensuales, en lugar de cancelarlas todas de golpe, prueba a poner en cuarentena una o dos. Es decir, suspende durante un mes esa subscripción concreta y al cabo de ese tiempo valora si la has echado tanto de menos como pensabas.
Y los gasto hormiga
Las subscripciones son uno de los llamados gastos hormiga, pequeños gastos que de forma individual no supone un gran desembolso, pero que juntos sí pueden hacerlo.
El café del medio día, comisiones que pagas por la tarjeta de crédito, pequeños vicios… Haz números y utiliza el truco de las compras compulsivas para evitarlos.
Ponte un reto de ahorro
Los retos de ahorro son desafíos que sirven para empezar a ahorrar o para juntar una cantidad determinada de dinero en un periodo de tiempo concreto. Por ejemplo, con el reto de las 52 semanas se pueden juntar 1.378 euros en un año o 52 semanas si empiezas ahorrando unos euros la primera semana.
Estos retos son útiles para darte cuenta de que puedes ahorrar con el salario mínimo y para gastos anuales concretos como las vacaciones.
O mejor todavía, márcate un objetivo de ahorro
Una alternativa a los retos es tener uno o varios objetivos de ahorro a corto y largo plazo. Por ejemplo, puedes establecer una meta de ahorrar un 20% de tu salario, empezar con un 5% e ir aumentando el porcentaje un 1% cada dos meses hasta alcanzarlo.
También puedes ponerte metas específicas, como sumar el dinero que necesitas para tu colchón de imprevistos.
Ahorra una cantidad fija: el método 50-30-20
La regla 50-30-20 es una fórmula para distribuir los ingresos. Básicamente divide la nómina de la siguiente forma:
- 1. 50% para necesidades esenciales.
- 2. 30% para caprichos y gastos no esenciales.
- 3. 20% para el ahorro o inversiones.
Con esta fórmula ahorrarás siempre el mismo porcentaje de tus ingresos, cobres lo que cobres. Así evitarás gastar más cuando ganes más dinero.
Usa una lista para el supermercado
La compra es uno de los principales gastos de cualquier familia. Como con las compras compulsivas, hay muchos trucos para ahorrar en el supermercado y dos con los que conseguirás el mayor ahorro: hacer una lista de la compra y seguirla a rajatabla y comprar en el supermercado más barato.
Estas 10 herramientas te ayudarán a ahorrar dinero todos los meses sea cual sea tu salario.
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