Por encima de los 100.000 millones

¿Un 8%? La confianza del consumidor cae y deja en pañales la previsión del FMI

Un supermercado
Un supermercado
EFE

Al margen del oasis que representan los supermercados, la caída generalizada del consumo en España desde el inicio de la crisis del coronavirus no tiene precedentes. Según las cifras que maneja Anged -la principal asociación de los grandes distribuidores-, el comercio minorista factura anualmente 250.000 millones de euros, de los cuales ya da por perdidos el 10%, es decir, alrededor de 25.000 millones de euros. Pero las perspectivas son incluso peores: los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) apuntan a que la confianza del consumidor en nuestro país sufrió en marzo la mayor caída mensual de su historia, tras caer 22,4 puntos y situarse en los 63,3 puntos. Y eso teniendo en cuenta que el estado de alarma se decretó a mediados de mes (el 14 de marzo). De ahí que las últimas predicciones del FMI, que pronostican una caída del PIB no vista desde la Guerra Civil, se antojen incluso optimistas.

El panorama es realmente sombrío, especialmente si pensamos en que el organismo, acostumbrado a manejar los escenarios más inciertos en el plano internacional, suele ofrecer previsiones a la baja, a colocarse en el mejor de los casos, para luego ajustar sus predicciones en función de la evolución macroeconómica de los estados. Por eso, si una caída del 8% del PIB de España durante 2020 (es decir, unos 104.000 millones de euros) y un aumento del déficit hasta el 9,5% representan la 'foto' buena, ¿cuál será el peor el peor escenario para España? ¿Hasta dónde llegará la corrección del organismo en los próximos meses? Aunque ambas preguntas sean imposibles de responder, se puede intuir la gravedad potencial de la situación atendiendo a un factor que históricamente ha sido clave en la superación de las crisis económicas en España: la demanda interna.

Para entender mejor el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que publica el CIS, cabe señalar que los valores por debajo de 100 son muestra de una confianza negativa. Por eso, esos 63,3 puntos de confianza en marzo son aún más preocupantes: ya en febrero se veía un ligero retroceso (85,7%), pero es que el pasado verano (en julio de 2019) el ICC mostraba una confianza del consumidor por encima de esa barrera de los 100 puntos, prueba de que el mayor descalabro de la confianza se ha producido a raíz de la crisis del coronavirus, cuando ha caído en un solo mes 22,4 puntos. Algo inédito.

Es más, este escaso nivel de confianza del consumidor no se veía desde mediados de 2013, en la recta final de la crisis económica iniciada en 2008. Entonces, la recuperación económica en España empezó a depender en buena medida de la demanda interna y no tanto de las exportaciones, como al principio de la crisis. Con un crecimiento de la demanda interna del 0,2% en el último trimestre de 2013 y de un 0,4% en el primer cuarto de 2014, sentó las bases de la actual etapa de crecimiento económico sostenido y círculo vicioso del consumo: la gente empezó a comprar bienes de todo tipo, lo que generó más confianza y, a su vez, derivó en más consumo.

Freno de hasta el 50% en el consumo

En líneas generales, aquella fue la receta del éxito en la última recuperación económica. Sin embargo, lo que nos espera tras el estado de alarma es un horizonte de sucesos astrofísico en toda regla: aún se desconoce hasta qué punto crecerá el desempleo, cuántas empresas se verán obligadas a cerrar permanentemente o qué ocurrirá con el turismo. Por el momento, las estimaciones son desoladoras. Anged estima que, en el sector de la gran distribución -uno de los más golpeados por la crisis- cuatro de cada diez empleados ya se han visto afectados por un ERTE, mientras que considera que un 25% tanto de las empresas como de las plantillas está en riesgo de desaparecer. 

Javier Millán-Astray, director general de Anged, explicaba a 'La Información' que "el comercio, junto hostelería, van a ser los dos sectores más afectados por la crisis. Los datos de China revelan que se ha frenado el consumo de hasta un 50%. Vamos a perder más ventas con el coronavirus que todo lo que perdimos durante la crisis económica de 2008 a 2013".

Aún peor. "En los próximos tres meses, nos van a faltar más de 40 millones de consumidores", profundizaba Alfonso Merry del Val, presidente de la asociación. En concreto, se refiere a la brutal caída del turismo externo prevista para el próximo verano, que unida al miedo a perder los ahorros y al desplome generalizado del consumo, va a tener un impacto importante en otra de las patas que sostienen nuestra economía: "Se va a perder la campaña [turística] de verano y se incrementará el impacto del paro: se van a perder muchos empleos".

Sea como fuere, esta incertidumbre no parece haber afectado a la percepción social del Gobierno: según el último barómetro del CIS, publicado este mismo miércoles, la mitad de la población española asegura que no confía en la gestión que el Gobierno de Sánchez está haciendo de la crisis del coronavirus, pero a pesar de ello no ha cambiado su intención de voto. Los ciudadanos consultados por el organismo se muestran en general satisfechos con las medidas de confinamiento y la 'hibernación' económica. A pesar de que el futuro económico del país pinte peor que nunca.

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