Financiación

Diferencia entre créditos rápidos y microcréditos

Los créditos rápidos y los microcréditos son productos financieros a los que recurrir cuando se necesitan pequeñas cantidades de dinero de forma inmediata.

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Probablemente en alguna ocasión ya hayas escuchado hablar de los créditos rápidos y los microcréditos, o estés pensando en la contratación de alguno de ellos, caso en el que te interesará conocer cuáles son sus principales diferencias y características más destacadas.

La dificultad para acceder al préstamo convencional por parte de algunos ciudadanos ha hecho que hayan proliferado las empresas dedicadas a conceder minicréditos o préstamos rápidos a través de internet. A ellos recurren con frecuencia personas que necesitan una pequeña cantidad de dinero de forma urgente y esto tiene algunos riesgos que convendría conocer.

Una de las primeras diferencias entre ambos radica en que mientras que los créditos rápidos están pensados en el segmento de los préstamos al consumo, es decir, están dirigidos a personas que quieren sufragar una deuda o comprar un bien, los microcréditos tienen la finalidad de impulsar un proyecto o negocio.

Por otro lado, encontramos una distinción en los intereses y forma de devolución, ya que en los créditos rápidos existe la obligación de devolver el préstamo en plazos muy cortos y con unos intereses muy elevados. En los microcréditos nos podemos encontrar con muchos plazos de pago, siendo los más comunes los mensuales, trimestrales, semestrales y anuales, aunque cuánto más tiempo pase hasta la devolución, más dinero habrá que pagar.

Es importante señalar que algunas empresas que ofrecen créditos rápidos no están supervisadas por el Banco Central Español ni por su homólogo europeo, el BCE.

Ventajas e inconvenientes de los microcréditos

Recurrir a los microcréditos supone poder disfrutar de una serie de ventajas y tener que lidiar con distintos inconvenientes. Comenzando por las primeras, su principal pro es que son rápidos de contratar, al poder concederse en cuestión de horas, además de que se necesitan pocos trámites para su concesión. De hecho, es habitual que sea suficiente con el nombre y apellidos, el DNI y el número de cuenta.

Además, se conceden sin necesidad de demasiadas exigencias económicas y, al tener un interés cerrado y un plazo de devolución corto, se conoce en todo momento lo que costará ese crédito.

Sin embargo, existen otras razones por las cuales no es demasiado recomendable contratar un microcrédito, y es que al igual que se recibe el dinero rápido, el plazo de devolución suele ser corto y las condiciones de pago muy poco flexibles. Además, las tasas de interés son superiores a las del crédito personal y las comisiones por impago son también muy altas.

A ello hay que sumar el gran riesgo que supone recurrir a ellos para algunas personas, ya que la fácil concesión de estos préstamos provoca que sea fácil que acabe derivando en un sobreendeudamiento, cuando se recurre a ellos con asiduidad. Por todo ello, es recomendable recurrir a ellos solo en casos puntuales y, siempre y cuando, no haya otras opciones más accesibles e interesantes desde el punto de vista financiero.

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