España piso el acelerador en el primer trimestre del año y su economía avanzó al 0,6%, una décima más de lo previsto y de lo registrado a finales del pasado ejercicio, gracias al empuje del sector exterior (dado que las exportaciones crecieron al 5,7% por la mejora de la competitividad que viene registrado las empresas nacionales y las importaciones lo hicieron un 2,6%) y gracias, también, a que las empresas elevaron su inversión un 3,5%. Los datos de Contabilidad Nacional que ha publicado este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE) confirman además que el país recuperó ya el nivel de crecimiento previo a la pandemia entre enero y marzo.
En términos interanuales, la actividad acelera su crecimiento hasta el 4,2%, cuatro décimas más de lo calculado previamente por Estadística, lo que sitúa a España como la economía que más crece de toda la Unión Europea, como pone en valor la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que resalta que crecemos cuatro veces más que la media. Los datos de comienzos de año confirman que se mantiene el dinamismo del empleo con la creación de 426.000 puestos de trabajo a tiempo completo en el primer trimestre.
La buena evolución del sector exterior y de la inversión empresarial ha tenido lugar en un contexto en que el consumo de las familias se hunde un 1,4% en relación al trimestre previo con la inflación aún en niveles elevados, sobre todo en el caso de los alimentos, y con una financiación más cara -por la subida de los tipos de interés- que está impactando directamente en los hogares con hipoteca a tipo variable con la escalada del Euríbor.
Así, la demanda nacional resta 0,9 puntos al avance trimestral del PIB, mientras que el sector exterior contribuye con 1,5 puntos. Por sectores, el de los servicios, que había venido siendo uno de los motores del avance de la economía, se estancó en el primer trimestre, mientras que el resto de ramas de la economía registraron mejoras: la agricultura creció al 3,8%, un 2,4% lo hizo la construcción y un 1% avanzó la industria.
Si la comparación se hace con el mismo periodo hace un año, la demanda nacional aportó 1,4 puntos al crecimiento del PIB interanual entre enero y marzo, cifra tres décimas superior a la del trimestre precedente, mientras que la demanda externa contribuyó con 2,8 puntos, nueve décimas más. En concreto, el gasto en consumo final aumentó un 1,6% respecto al mismo periodo de 2022, una tasa que también muestra una desaceleración de esta variable, puesto que es 1,3 puntos inferior a la del trimestre precedente.
En lo que respecta al consumo de los hogares, se elevó un 1,6% interanual, casi un punto y medio menos que en el trimestre pasado. Por su parte, el gasto en consumo final de las Administraciones Públicas registró un crecimiento del 1,4%, lo que, de facto, supone un retroceso de 1,1 puntos en comparación con el comportamiento que registró entre octubre y diciembre del pasado ejercicio.
En el mercado laboral el INE constata que el número de horas efectivamente trabajadas se elevó un 0,4% en relación al trimestre previo, cuando registraron una caída del 0,1%. Si esta referencia se toma en términos interanuales, el aumento del número de horas efectivamente trabajadas se moderó 1,5 puntos, de forma que su crecimiento se situó en el 1,4%. Lo anterior implica que la variación interanual de la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo fue del 1,9%, mientras que la productividad por hora efectivamente trabajada aumentó un 2,7%.
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