Por debajo de 920.000 millones

Las empresas hacen 'limpia' de deuda por los tipos y acarician los niveles preCovid

La reducción del apalancamiento desde el pico registrado en agosto de 2022, cuando la financiación comenzó a encarecerse, se mantiene en el inicio de 2024 y llega a febrero a tan solo 47.379 millones de la 'vieja normalidad'. 

Gráfico deuda empresas
Las empresas hacen 'limpia' de deuda por los tipos y acarician los niveles preCovid. 
Nerea de Bilbao (Infografía)

Las empresas españolas se suman a los hogares y rehúyen en la medida de lo posible de los altos tipos de interés. Según los últimos datos del Banco de España (BdE) correspondientes a febrero, el saldo vivo total de la financiación destinada a las sociedades no financieras ha cerrado el segundo mes del año en los 919.954 millones. Esto supone 13.000 millones menos con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, el equivalente a una caída del 1,3%. Aunque este retroceso es el más bajo registrado en los últimos diez meses, el montante cae por debajo de los 920.000 millones, algo que no sucedía desde septiembre de 2020, en plena pandemia.

El Decreto del Estado de Alarma en marzo de 2020 obligó a las compañías a recurrir al crédito para mantener a flote el negocio ante la parálisis de la actividad. Cuatro años después, el volumen del citado saldo vivo comienza a acercarse a los niveles preCovid y está a tan solo 47.379 millones de la 'vieja normalidad' ya que terminó febrero de 2020 en los 872.575 millones. El coste de pedir prestado o acudir al mercado de capitales se ha incrementado de manera vertiginosa desde que en julio de 2022 el Banco Central Europeo (BCE) diese un vuelco a su política monetaria, una situación que ha impulsado a las organizaciones a buscar reducir su dependencia de los fondos externos. De hecho, desde el pico de 960.000 millones contabilizado en agosto de ese año, la tendencia ha ido a la baja.

Este comportamiento se apoya en varios vectores. Uno de ellos es la contracción de la deuda bancaria, que si bien ha repuntado ligeramente en 135 millones con respecto a enero, al comparar desde los máximos desde la pandemia, cuando sobrepasó los 494.000 millones, la cantidad ha disminuido de manera paulatina y llega a la primavera de 2024 sobre los 453.000 millones. El proceso ha sido especialmente acusado en los últimos meses con mermas mensuales superiores al 3%. En esta evolución han influido tanto el uso de la liquidez para reducir pasivo como la menor demanda por parte de las empresas. 

La otra razón se encuentra en el mercado de bonos, que ha tenido una trayectoria descendente desde el pistoletazo de salida al alza de tipos en la eurozona, recortando en algo más de 5.000 millones el saldo de las emisiones desde entonces, hasta los 132.314 millones. No obstante, al equiparar con el inicio de la emergencia sanitaria está casi 11.000 millones por encima. Por el contrario, la financiación extranjera ha repuntado frente a estos dos periodos de referencia tras alcanzar los 334.556 millones. El desapalancamiento se erige como la tónica dominante entre las empresas a pocos meses de que el BCE comience a revertir el proceso de subidas de las tasas de referencia del dinero, un movimiento que previsiblemente se producirá a partir del segundo semestre.

Siguen el camino proyectado por los hogares, que han hecho acopio de los ahorros para quitarse la hipoteca, partida que supone la mayor parte del endeudamiento, con un 73% del total. En concreto, el saldo de los préstamos destinados a vivienda asciende a 494.157 millones tocando un nuevo mínimo desde 2006 después de que cayera por debajo de los 500.000 millones a mediados del pasado año. El uso del ahorro embalsado para amortizar anticipadamente se ha disparado a raíz de su gratuidad recogida en el Código de Buenas Prácticas para hipotecados en apuros, empujando el crédito total concedido por las entidades hasta los 677.961 millones, una cuantía inédita en casi 18 años.

En este contexto de freno de la actividad crediticia, la banca ha optado por afinar su estrategia comercial con promociones enfocadas en atraer a autónomos y pymes, segmentos que representan el grueso del tejido productivo en España. La premisa parte de acelerar la vinculación de este tipo de clientes en aras de que se conviertan en la entidad de referencia con ofertas gancho que van desde los pagos en efectivo hasta la bonificación de las cuotas a la Seguridad Social. A esto hay que añadir la mayor remuneración que ofrecen por los depósitos con un interés del 3,59% en enero (los últimos datos disponibles), que es un 50% superior al 2,36% de media estipulado para los particulares. 

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