España exporta más vino que nadie pero la mayoría es producto a granel y barato

  • Nuestro país supera los 3.000 millones en exportaciones y se mantiene como mayor productor mundial, pero los precios son seis veces menor al francés.
Imagen de vino de La Rioja
Imagen de vino de La Rioja
La Información

Es tiempo de vendimia. En La Rioja o en la Ribera del Duero, las dos referencias vitinícolas más reconocibles que existen en España. Pero en España hay 62 denominaciones de origen diferentes y en estos primeros días de otoño, por ejemplo, las cuadrillas de vendimiadores llenan los remolques de racimos de uva rumbo a las bodegas y en la región que pasa por ser la mayor productora del mundo por volumen, Castilla-La Mancha, la recogida de la uva prácticamente ha finalizado y los granos de uva fermentan ya en los lagares. También ha finalizado en la Denominación de Origen Rías Baixas, en Galicia, y donde han entrado en las bodegas alrededor de 36 millones de kilos de uva, ratificando las previsiones de que la cosecha sería excelente este año.

La industria del vino en España mueve más de 6.500 millones de euros al año, el 0,5% del PIB nacional, emplea en momentos álgidos de la temporada, como en estas fechas, a cientos de miles de personas –se calcula que hay más de 100.000 viticultores y 4.100 bodegas-, y produce unas 17.000 referencias de vinos diferentes. España, tercer productor mundial tras Italia y Francia, se convirtió en 2017 en el mayor exportador de vino del planeta con 22,8 millones de hectolitros por los 21 de Italia y los 15 de Francia.

Pero “no todo lo que exportamos es Vega Sicilia”, explica muy gráficamente el director de la Fundación Española del Vino (FEV), José Luis Hurtado, “y buena parte de nuestra exportación” –más de la mitad, 12,6 millones de hectolitros- “fue de vino a granel”. Esto, por supuesto, redunda en los ingresos por ventas al exterior: 2.850 millones de euros frente a los más de 9.000 de Francia o los 6.000 de Italia. De media, el litro de vino español se cotizó en el mercado exterior a 1,25 euros frente a una media de 6 euros por litro del vino de nuestros vecinos del norte.

Hasta los vinos australianos, 3,1 euros el litro, o los chilenos, 1,89, se cotizaron más que los nuestros. “Es nuestra asignatura pendiente, dar valor a nuestros vinos, saber venderlos, apostar por la calidad y el vino embotellado, más que por el granel”, señalan desde la FEV, al tiempo que se quedan con la copa medio llena al destacar también que 2018 será un año récord en nuestras exportaciones de vino y “pasaremos de los 3.000 millones de euros”.

DO La Rioja
La vendimia de este año será buena en casi todo el país.

España ha pasado de exportar 8 millones de hectolitros hace 20 años a los más de 23 con los que acabará este año 2018, siendo Francia, Alemania, Italia, Estados Unidos, Reino Unido y China nuestros principales mercados. Pero hay que mejorar “y darle mayor valor a nuestro vino; saber vender nuestro vino, que es excelente”, aunque todavía hay mucho camino por recorrer, ya que, explica José Luis Hurtado, “hay que tener en cuenta que Francia o Italia llevan 150 años exportando vinos a Estados Unidos y nosotros solo 30”.

Los datos que proporciona el Observatorio Español del Mercado del Vino indican que en 2018 ya se está dando mayor valor a lo nuestro, ya que las exportaciones españolas de vino, incluyendo tanto envasados como graneles supusieron, en los siete primeros meses del año, 1.168,7 millones de litros (-12,7% respecto a 2017), por un valor de 1.668 millones de euros (+5,9%), a un precio medio de 1,43 €/litro, un 21,3% más que el precio del año anterior.

Todavía seis veces menos que el promedio francés. De cualquier manera, desde una de las bodegas más antiguas de España, Marqués de Riscal, fundada en 1858, se explica que “la exportación nos ha permitido superar la crisis que se vivió en España” en los últimos años. Una crisis, la del consumo de vino en España, que no ha finalizado, ya que cada vez se bebe menos. Se ha pasado de los 14 millones de hectolitros de 1997 a los 10 del pasado año. Cada español apenas consume 21 litros de vino al año, frente a los 42,5 de cada francés... que era lo que consumía un español en los años setenta.

“Tenemos que fomentar el consumo interno, responsable y moderado, pero fomentarlo, sobre todo entre los jóvenes, que se decantan por otras bebidas como la cerveza, y trabajar por recuperar nuestra cuota en el mercado español”, señalan desde la FEV.

Volviendo a la vendimia de 2018, Cooperativas Agro-alimentarias de España preveía en julio una producción de vino y mosto de entre 42 y 43 millones de hectolitros en 2018, una cifra muy similar a las de 2014, 2015 y 2016 y muy superior a la, “hecatombe” de 2017 cuando apenas se produjeron 35,50 millones de hectolitros en una cosecha marcada por las heladas. Pero la excelente climatología que ha tenido España en los últimos meses (para la producción de uva, se entiende) hace pensar en una revisión al alza de las previsiones.

Ya lo han hecho otros dos grandes productores a nivel mundial, Francia e Italia, y los cálculos más optimistas del sector nacional ya hablan de que quizás “nos acerquemos a los 50 millones de hectolitros”. Una gran cosecha y con una “calidad en general buena”.

Así lo corrobora el presidente del Consejo Regulador de La Mancha, el mayor viñedo de Europa, Carlos David Bonilla: “Está siendo una vendimia tranquila con gran calidad y aunque en algunas zonas puede darse un grado más bajo, está tomando el suficiente para poder vendimiarse en buenas condiciones. La uva está muy sana”.

En la Ribera del Duero ya se ha olvidado el “desastre” de la cosecha del 2017, cuando la producción sufrió una merma del 60%, y los expertos del sector apuntan a unas cifras que podrían superar los 133 millones de kilos de uva, como en la vendimia récord de 2016.

En otra de las zonas vitivinícolas por excelencia, La Rioja, las previsiones también son optimistas, como explica el presidente del Consejo regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja: “La cosecha avanza con absoluta normalidad y las expectativas nos hacen ser muy optimistas y creemos que los resultados serán positivos y auguramos una buena cosecha tanto en cantidad como en calidad”. Una gran noticia para la región, porque “en La Rioja el 25% del PIB proviene del sector”.

Actualmente, hay 607 bodegas embotelladoras en esta comunidad y el año pasado se comercializaron 389 millones de botellas, el 37% para la exportación”. “Otra cifra curiosa es que somos es el mayor parque de barricas del mundo superando la cifra de 1.300.000 en el conjunto de la Denominación”. La Rioja tiene una cuota de mercado en España del 35%, “que llega al 80% tratándose de los vinos tintos criados en el canal Horeca”. Un éxito que se atribuye a que La Rioja fue la primera Denominación de Origen y la primera en ser reconocida como calificada”.

Bodega de Marqués de Riscal
La bodega riojana de Marqués de Riscal aprovecha el tirón turístico de su arquitecto. / L.I.

En la evolución constante que se exige al sector, la industria vitivinícola ha encontrado otros nichos de negocio como el enoturismo. Algo en lo que fueron pioneros también en La Rioja: “El enoturismo en Rioja es uno de los pilares básicos del plan estratégico 2005-2020 y si integramos las visitas de las tres rutas que componen nuestra Denominación (Ruta del vino de Rioja Alta, Ruta del vino de Rioja Alavesa y Ruta del vino de Rioja Oriental) Rioja se convierte en el destino de referencia en cuanto a turismo de vino de calidad, superando la barrera de las 600.000 visitas al año”, explican. Hasta 100.000 personas han pasado cada año por la Ciudad del Vino de Marqués de Riscal y su emblemático edificio que el arquitecto Frank Gehry, el mismo que creó el Guggenheim de Bilbao, diseñó para la casi bicentenaria bodega de Elciego (Álava). Un proyecto que cumple 10 años y que fue realizado “para saltar del siglo XIX al XXI y abrir la bodega” al mundo. Al mundo y al turismo.

La vendimia también es la temporada alta para el enoturismo. Una actividad que deja en España 3,2 millones de personas y que tiene un volumen de negocio de 67 millones de euros al año y a través de la cual, según el último informe publicado por la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN), los enoturistas pernoctan una media de 2,43 días y tienen un gasto total de 393,38 euros por estancia. De momento, en el hotel de lujo de Marqués de Riscal no hay habitaciones libres, a más de 250 euros la noche, para los próximos fines de semana. Otro tanto pasa en Peñafiel o Pesquera de Duero, en el corazón de la Ribera del Duero, o en el Penedés o en Jerez… Una industria y muchos frutos. La cuestión es saber sacarle todo su jugo.

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