Solo quedan seis

Jaque a la Superliga de 3.500 millones por la espantada de los clubes ingleses

Los organizadores responden a la salida del Arsenal, Chelsea, Liverpool, Manchester City, Manchester United y Tottenham Hotspur que la competición continúa, aunque anuncian una reconfiguración.

Florentino Pérez
Jaque a la Superliga de 3.500 millones por el abandono de los clubes ingleses. 
Europa Press

El proyecto de la Superliga de fútbol europeo hace agua. El Manchester City ha sido el último en anunciar que abandonaba la competición siguiendo los pasos de otros clubes ingleses tras la polémica surgida tanto en el ámbito social como deportivo. No ha sido el único. Los ingleses Arsenal, Chelsea, Liverpool,  Manchester United y Tottenham Hotspur han ido comunicando uno a uno su marcha del proyecto dirigido por Florentino Pérez. La organización, a través de un comunicado, ha respondido de forma tajante que el proyecto "se mantiene" porque "nuestra propuesta tiene como objetivo permitir que el deporte evolucione al mismo tiempo que genera recursos y estabilidad para toda la pirámide del fútbol". Tres días después de ver la luz, solo quedan seis equipos y puede que a lo largo del día los italianos sigan el camino de los clubes ingleses. Jaque al proyecto que se planteó cara a la Champions League ante la "inestabilidad actual del modelo económico del fútbol europeo". 

La decisión de poner en marcha la nueva competición se aceleró a causa de la crisis que ha causado en el mundo del fútbol la pandemia del coronavirus. Los equipos fundadores, según su propio comunicado inicial, recibirían, en conjunto, un pago de una sola vez de 3.500 millones de euros dedicado únicamente a acometer planes de inversión en infraestructuras y compensar el impacto de la Covid. De esta forma, intentaban blindarse ante las consecuencias de la reducción de ingresos durante 2020, pese a que estos clubes, salvo el AC Milán, están en el top de los conjuntos europeos que más ingresos generaron en la temporada pasada. En conjunto, sumaron casi 5.600 millones de euros. Detrás de este desembolso estaba la financiación de JP Morgan, que, según 'Financial Times', respaldaría el proyecto con unos 6.000 millones de dólares -casi 5.000 millones de euros-. 

Sin embargo, todo saltó por los aires. Los primeros en plantearse su salida  fueron Chelsea y Manchester City. Después, le siguieron el resto de clubes ingleses. ¿Fueron los avisos de Boris Johnson? ¿O fue la afición a las puertas del estadio? Lo que sí está claro es que decidieron saltar del barco. El City fue el último en firmar su adiós a la Superliga. Al mismo tiempo, el Chelsea también optó por retirar su participación después de la enérgica protesta de sus aficionados este martes. Además, estas decisiones tuvieron como consecuencia la dimisión del vicepresidente ejecutivo del Manchester United, Ed Woodward, que dejará su puesto en los 'red devils' a final de la temporada.

El FC Barcelona no tardaba en hacer su aparición. El conjunto dirigido por Joan Laporta condicionó su participación en la nueva competición a la aprobación por parte de la asamblea de sus socios compromisarios, según adelantaba TV3 y confirmaba Efe. En el documento que rubricó el Barça añadía una cláusula según la cual se reservaba la posibilidad de que el acuerdo fuera validado por los propios socios. Por ahora solo quedan seis equipos y se teme una salida en bloque de los conjuntos italianos. La Roma así se lo estaría pidiendo a los equipos que todavía resisten en una competición que anuncia la continuidad pero que reconoce que es necesaria una reconfiguración del proyecto.

"Nuestra propuesta tiene como objetivo permitir que el deporte evolucione al mismo tiempo que genera recursos y estabilidad para toda la pirámide del fútbol, incluyendo la ayuda para superar las dificultades financieras experimentadas por toda la comunidad del fútbol como resultado de la pandemia. También proporcionaría pagos solidarios materialmente mejorados a todas las partes interesadas en el fútbol", se justifican en el comunicado de esta madrugada. La Superliga asegura que el abandono en masa de los clubes ingleses se ha producido "obligados" por la "presión ejercida" sobre ellos. "Estamos convencidos de que nuestra propuesta se ajusta plenamente a la legislación y la normativa europeas, como ha demostrado hoy la decisión judicial de proteger a la Superliga de las acciones de terceros", señala.

¿Y los derechos televisivos? 

El otro pastel importante para su creación era el de los derechos televisivos. Los impulsores, donde destacan, además de Florentino Pérez, Andrea Agnelli (por la Juventus) y Joel Glazer (por el Manchester United) aseguraban que podrán cerrar un contrato de 4.000 millones de euros. La empresa que estuviera dispuesta a pagar esa cantidad emitiría los hasta 180 partidos de la competición. De ese total, el 65% se destinaría a los clubes implicados, el 20% se repartiría por méritos deportivos y el 15% se destinaría a cuestiones comerciales. Unas cifras que ya fueron puestas en cuestión por dirigentes del fútbol español como el presidente de LaLiga, Javier Tebas. Si se va a la comparación con España, los clubes de Primera División se repartieron algo más de 1.417 millones en la temporada 2019/2020.

Más allá de números, de planes y de previsiones, la realidad es que las reacciones fueron mayoritariamente contrarias a la creación de esta Superliga. Los organismos del fútbol europeo y mundial, UEFA y FIFA, han advertían de consecuencias graves como la expulsión de competiciones para los clubes que participen en la misma y la prohibición de participar en Mundiales y Eurocopas a los jugadores de esos equipos. Varios gobiernos, entre los que está el español que lidera Pedro Sánchez, no se mostraron tampoco conformes con el planteamiento de Florentino Pérez y sus socios. Tampoco se sabe quién estaría dispuesto a pagar los elevados derechos televisivos. Ni siquiera se cerró el listado de equipos que competirían. Unas dudas que contrastan con los intereses de Real Madrid, Atlético de Madrid y FC Barcelona, que veían en esta nueva etapa una solución a sus problemas económicos. Al final, no pudo ser. 

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