Aumento interanual del 4%

La guerra y el IPC disparan el interés por las fincas rústicas como valor refugio

La compraventa de este tipo de productos ha cerrado su mejor semestre en catorce años y ganan atractivo entre los fondos y particulares ante la incertidumbre económica y la volatilidad de los mercados bursátiles.

Vacas España
La guerra y el IPC disparan el interés por las fincas rústicas como valor refugio.
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La amenaza de una crisis alimentaria a raíz de la guerra de Ucrania y las consecuencias derivadas del conflicto han despertado el apetito de los inversores por las fincas rústicas. Solo durante los seis primeros meses de 2022 en España se han registrado 85.502 compraventas, lo que supone su mejor cifra en los últimos catorce años, según los datos del INE. Si bien se trata de un segmento minoritario en el conjunto de todas las transacciones, el repunte pone de manifiesto el momento ‘dulce’ que atraviesan este tipo de propiedades, que se coloca ya en niveles preCovid, tras el aumento interanual del 4%.

“Cada vez más fondos y 'family office' están invirtiendo en fincas rústicas, porque son la base del sector primario. Toda la economía en su conjunto requiere de los recursos naturales y, sin embargo, han sido activos olvidados en los que existen grandes oportunidades”, comenta a La Información, Regino Coca, fundador y CEO de Cocampo, quién asegura que algunas propiedades se han llegado a revalorizar hasta un 100% en los últimos cinco años. Las fincas rústicas, especialmente, las agrícolas, se han convertido en una alternativa “real” de inversión, que funcionan como activo refugio ante el ritmo de crecimiento de los precios, que ya han alcanzado los dos dígitos.

Desde la citada ‘startup’ han detectado un trasvase de inversores tanto profesionales como particulares que tradicionalmente empleaban el dinero en inmuebles para alquilar hacia las fincas rústicas. La falta de ‘stock’ disponible en el parque de viviendas español y la limitación del precio de los alquileres son dos de los factores que han influido en el trasvase a este segmento de actividad, en el que España se posiciona como “potencia” agroalimentaria. A lo que se añade el interés de las empresas por cumplir los criterios de sostenibilidad ESG, mientras que en último lugar se encuentran los agricultores y ganaderos que van en busca de ampliar sus explotaciones para mejorar en competitividad o la ausencia de relevo generacional. 

Entre los tipos de perfil, Cocampo ha detectado un incremento del interés por las explotaciones superintensivas de olivos, por la “alta producción” y los rendimientos que generan por hectárea, así como de tierras dedicadas a la plantación de almendros y pistachos. Cabe destacar que en los últimos años ha tenido lugar en España una fiebre por este tipo de cultivos, en un fenómeno que se ya se conoce como el ‘boom de los frutos secos’, especialmente en determinadas zonas de Castilla-La Mancha y Andalucía. En el caso de la ganadería, Extremadura y el norte de España se posicionan como las principales zonas de interés. Eso sí, todos los inversores priorizan el regadío con sistema de goteo o con aguas subterráneas que permitan instalar un pozo.

Este auge sigue la tendencia iniciada en países como EEUU donde las grandes fortunas y los fondos llevan años apostando por la agricultura y aumentado el peso de este sector en sus carteras. Entre ellos se encuentran Bill Gates o Jeff Bezos, que concentran más de 100.000 y 150.000 hectáreas, respectivamente. En el caso de España, que figura como el cuarto exportador agrícola de la Unión Europea y el séptimo a nivel mundial, su climatología y el terreno, en el que el suelo rústico representa el 88% de la superficie total, han convertido a los terrenos agrícolas en una inversión atractiva. 

El inversor extranjero ha ido ganando posiciones entre los compradores, en busca de terrenos con alto valor añadido. "Nuestra previsión es que el campo va a vivir un movimiento similar al de la vivienda, en el que ya representan casi una quinta parte de las compraventas a nivel nacional", precisa Coca. Coincide con este el CEO de Ruralista, Juan Rueda, quién matiza que los compradores foráneos van en busca de grandes extensiones de terreno y con mucha agua, un producto que precisamente no abunda en España y dificulta una mayor presencia de estos en el mercado nacional. 

Tras el freno durante el mes de junio, en el que el número de operaciones ha experimentado una caída del 11,3% interanual, que desde Cocampo atribuyen principalmente a la sequía y la subida de los tipos de interés, y a falta de conocer el comportamiento durante julio y agosto, que también será bajo por factores estacionales, según los expertos, la expectativa es continuar en otoño con las cifras récord de los primeros meses, siempre que la escasez de lluvias de una tregua en la recta final del año. 

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