La guerra en Ucrania -principal suministrador de la Unión Europea de aceite de girasol- y decisiones como la de Indonesia de suspender las exportaciones de aceite de palma o la de Turquía, que ha prohibido exportar aceite de oliva, unidos a otros factores negativos para el comercio de aceites vegetales como las sequías en Sudamérica y Canadá, que también han limitado el suministro de aceite de soja y de canola, respectivamente, han convulsionado el mercado mundial de los aceites vegetales y, claro está, todo ello se nota en España, principal productor mundial de aceite de oliva, con el 50% del total. Así, el mercado mayorista de esta grasa vegetal se ha “dado la vuelta como un calcetín”, explican los expertos, hasta el punto de que los precios de los aceites de menor calidad, lampante y refinado, se acercan “y mucho” a la cotización de los virgen y virgen extra. Situación que se da especialmente en España, que es el país en el que menos diferencia de precios hay en estos tipos de aceite entre los países productores. Actualmente, el lampante se cotiza a 3.200 euros la tonelada; el refinado a 3.350; el virgen a 3.300 y el virgen extra se mueve en unos márgenes entre 3.350 y 3.500 euros la tonelada.
“Buenos precios”, explican desde las principales organizaciones agrarias del sector, UPA, ASAJA, COAG, que ofrecen al agricultor “unos buenos márgenes”, impensables hace un año. Las ventas de aceite de oliva en el mes de marzo, últimos datos oficiales disponibles, han sido las más elevadas de la actual campaña al comercializarse 147.120 toneladas. La media de los seis meses de campaña se sitúa en 130.890 toneladas. Desde su inició se han vendido 785.890 toneladas, según las cifras de la Agencia de Información y Control Alimentarios del Ministerio de Agricultura. Con las 17.426 toneladas obtenidas en marzo la producción acumulada es de 1.475.497 toneladas.
Según los últimos datos del sistema poolred a los que ha tenido acceso ASAJA-Jaén, del 25 de abril al 1 de mayo, el precio en origen del aceite de oliva virgen extra fue de 3.438 euros/tonelada, el virgen de 3.273 y el lampante de 3.180. En cuanto a las operaciones, se registraron 93, con la salida de 6.696 toneladas. En cuanto al picual de Jaén, el virgen extra fue de 3.386, el virgen de 3.264 y el lampante de 3.243. En este caso se realizaron 32 operaciones, con la salida de 2.357 toneladas.
La media de los seis meses de campaña se sitúa en 130.890 toneladas. Desde su inició se han vendido 785.890 toneladas, según las cifras de la Agencia de Información y Control Alimentarios del Ministerio de Agricultura. Con las 17.426 toneladas obtenidas en marzo la producción acumulada es de 1.475.497 toneladas. Con lo que, “con estos datos en la mano podemos considerar la campaña cerrada, con 125.000 toneladas de producción por encima de lo aforado en un principio”. Así, las existencias totales de aceite de oliva en España suman en el ecuador de la campaña 1.215.980 toneladas, de las que 895.980 están en almazaras; 285.509 en envasadoras y 34.490 en el Patrimonio Comunal Olivarero.
Pero ha sido la guerra en Ucrania la que ha modificado totalmente el mercado del aceite, ya que la campaña de siembre de girasol en aquel país se da totalmente por perdida y, por lo tanto, nos faltarán entre 400.000 y 500.000 toneladas de aceite de girasol en España. Ante este dilema los operadores del mercado de aceites y la industria agroalimentaria se han visto en la necesidad de buscar alternativas para paliar ese déficit de oferta. La consecuencia ha sido que se ha disparado el precio del aceite de girasol y el de sus sustitutos naturales, los aceites de orujo de oliva y los aceites de oliva refinados, tanto en los lineales de los supermercados como en el campo y en las almazaras.
En las últimas semanas, además, con los precios del aceite virgen y virgen extra estabilizados, la tendencia se está acentuando y son los aceites de oliva con destino a la refinería los que han tirado de los precios en origen al alza, ya que son los aceites de oliva refinados los que muestran un mayor interés de compra por parte de la industria envasadora y agroalimentaria, aunque a decir de los operadores del mercado “las operaciones y volúmenes en origen parecen haberse frenado en el mes de abril”. Por un lado, la industria envasadora está siendo muy conservadora y cauta porque la gran distribución tampoco quiere subir sus precios de venta al público ante la caída del consumo debido a la inflación en en los meses de febrero y marzo.
Y es que los datos provisionales de abril demuestran un pequeño parón en las operaciones de compraventa de aceite en origen, particularmente los virgen y los virgen extra. Por un lado, las grandes industriales envasadores llevan ya varias semanas aguantando algo sus compras con un fuerte stock y, por otro, el “movimiento especulativo”, cuentan fuentes del sector, de algunas almazaras y cooperativas “que todavía piensan que hay margen para subir los precios en origen”, como cuenta a La Información uno de los operadores del mercado mayorista, “creo que los precios actuales son buenos tanto para productores como para envasadores, ya que vender aceite, de cualquier categoría, de lampante a virgen extra, por encima de tres euros, da un buen margen al agricultor y al envasador poder poner en el lineal aceites de oliva a precios justos y razonables”. Por ello, “sería malo que cayésemos”, dice, “en un error habitual e histórico en el mercado del aceite, que es guardar y guardar en la almazara para ver si el precio sube un poco más y puedo venderlo más caro y luego, como lo antes mencionado no sucede, ofertar aceite de golpe y provocar una nueva caída de precios”.
Así es el convulso mercado mayorista del aceite en España que vive este año una situación insólita: lampante a precio de virgen. Un mercado, en fin, el del aceite de oliva que, de cualquier manera, está viviendo buenos tiempos en España. El aceite de oliva está de moda y eso se demuestra con cifras como las que acaba de publicar el INE (Insitituto Nacional de estadística): la superficie agrícola utilizada en España asciende a 23,9 millones de hectáreas, con un aumento un 0,7% en la última década. De ellas, 2.464.420 hectáreas, el 10,1% del total, corresponden al olivar, que sufre un aumento del 14,4%, frente a las 2.153.727 hectáreas que tenía en 2010.
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