Informe del FMI

Los hombres con hijos pequeños impulsan a la baja las horas trabajadas en Europa

Los autores del estudio prevén que el número de horas seguirá evolucionando a la baja, sobre todo en los países con mayor PIB, al tiempo que reducen el impacto de las políticas públicas para reducir la parcialidad no deseada.  

Hombre con un niño pequeño
Los hombres con hijos pequeños impulsan a la baja las horas trabajadas en Europa. 
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España recuperó en 2023 el número de horas trabajadas previo a la pandemia. Un giro que supone parte de la vuelta a la 'nueva normalidad', pero que no interrumpe una tendencia más amplia a la que apuntaron diversos organismos antes de la irrupción del coronavirus. Las horas medias de trabajo efectivas se reducen progresivamente en toda Europa y lo hacen más en los países con mayor PIB per cápita, sin embargo, la clave está en los cambios experimentados en los diferentes grupos demográficos. Y en concreto, en el de los hombres con hijos de menos de cinco años, donde la caída ha sido especialmente intensa en las últimas dos décadas.

Así lo apuntan los seis expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) que firman el informe 'Analizando la disminución del promedio de horas trabajadas en Europa' en el que relacionan el fuerte descenso de las horas trabajadas con el incremento de los periodos en los que no se trabaja por permisos de paternidad o de cuidado de menores, dado que no se produce una caída similar en las jornadas laborales. Este grupo pasó de trabajar 39,77 horas de media en 2003 a 37,02 horas en 2019, lo que estiman que contribuyó a reducir en casi siete décimas el número agregado de horas trabajadas; mucho mayor al 0,9 experimentado en el caso de las mujeres. 

"Los únicos cambios negativos estadísticamente significativos se observan en los hombres y en los hombres con niños pequeños. Para las mujeres con niños pequeños las horas habituales de trabajo de hecho aumentaron, a pesar de la caída de las horas reales (efectivas) comentada anteriormente" señala el grupo de académicos. El grupo de los hombres en su conjunto pasó de destinar 38,78 horas semanales a su trabajo en 2003 a 36,03 en 2019, este ha sido el cambio más relevante, al reducir en 2,35 horas el total agregado, de acuerdo con las estimaciones reflejadas en el estudio. Mientras que el paso de las 31,01 horas semanales a las 29,21 horas de las mujeres ha tenido un impacto que apenas supera la décima (0,14 horas) en el monto total. 

Este descenso de horas trabajadas es por tanto voluntario, lo que les ha llevado a observar un descenso paralelo entre el número de horas que se trabajan y la cifra de horas que se quieren trabajar. En este sentido, los investigadores apuntan que las políticas públicas pueden jugar un papel a la hora de reducir la brecha entre las horas que se quieren trabajar y las que se trabajan, si bien, limitan su impacto a media hora en el volumen total o un 1,3% en términos relativos. 

Dentro de este colectivo, los trabajadores que tienen un empleo a tiempo parcial y desearían tenerlo a tiempo completo tienen el mayor peso. "Centrándonos de forma específica en los trabajadores a tiempo parcial 'involuntarios', permitiéndoles a todos ellos cambiar a un trabajo a tiempo completo nos llevaría a un incremento medio de 0,42 horas o un 1,1% en las horas de trabajo" concluyen los expertos. Sin embargo, advierten de que esta transición no es nada sencilla, especialmente para las mujeres. Los sindicatos españoles, precisamente, han situado esta tarea como principal para esta legislatura una vez reducida la temporalidad del sector privado con la reforma laboral de 2021. 

Los autores del FMI mencionan algunas de las políticas que podría poner en marcha el sector público como sistemas de impuestos y beneficios fiscales neutros respecto a la elección de horas trabajadas, medidas centradas en reducir el trabajo a tiempo parcial de las madres que deseen un empleo a tiempo completo y políticas activas de empleo que conecten a los trabajadores a tiempo parcial involuntarios y las vacantes de trabajo a tiempo completo. Para el caso de las madres en concreto, reclaman el tratamiento neutral del segundo contribuyente en términos fiscales, ampliar los servicios de cuidado de niños y los subsidios que se cobran por ello, así como permisos de maternidad retribuidos y acuerdos de trabajo flexible como días de teletrabajo. 

Aunque también lanzan una advertencia sobre los efectos que tienen los incentivos al trabajo a media jornada que se pueden generar a través el diseño de ayudas contributivas como las pensiones u otros tipos, algo que se daría en España por computar las jornadas parciales como días enteros cotizados. También debe tenerse en cuenta para las prestaciones no contributivas. "Ayudas como los subsidios para la vivienda deberían diseñarse para que minimicen los efectos de umbral: umbrales de ingresos por encima de los cuales los receptores se vuelven automáticamente inelegibles, lo que les desincentiva a aceptar trabajos a tiempo completo, incluso cuando les gustaría hacerlo" advierten. 

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