Refuerzo al sistema de salud

La lenta vuelta de los liberados sindicales a los hospitales... pese a la orden oficial

Enfermera prepara medicación en el Servicio Enfermero del servicio de urgencias pediátricas del Hospital Universitario Vall d'Hebron
Enfermera prepara medicación en el Servicio Enfermero del servicio de urgencias pediátricas del Hospital Universitario Vall d'Hebron
A.CREUS Y À.GARCÍA / BANC IMATGES INFERMER

Patricia González Carbajo es portavoz del sindicato CSIF, el mayoritario en la administración pública, y trabajadora social en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.  Desde el inicio de la crisis del Covid-19, esta liberada sindical se presentó voluntaria ante las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid para volverse a poner la bata de trabajo y pelear en primera línea contra el virus. Lleva ya semanas en su puesto de trabajo en las urgencias del Gregorio Marañón.

Entre lunes y viernes atiende sus obligaciones sindicales y los fines de semana se pone su 'pijama' de trabajo y su equipo de protección EPI y atiende a los pacientes en un centro que "está, sobre todo la UCI, al borde de la saturación, aunque en las urgencias, que es donde yo trabajo, las cosas están mejor y se ve un ligero descenso del número de personas que acuden".

Su sindicato fue el primero en poner "a disposición de los sistemas sanitarios de las comunidades autónomas a sus liberados sindicales, para responder a las necesidades de personal que afrontan los centros como consecuencia del coronavirus". Era el 12 de marzo. A partir de esa fecha, a CSIF le siguieron otros sindicatos como USO, CGT, UGT (el día 15 de marzo) o CCOO y los específicos de la sanidad, SATSE y SAE (enfermería), CESM (médicos)... El 28 de marzo el Gobierno central publicó un decreto que apuntaba a la vuelta de los liberados sindicales a sus puestos de trabajo.

Para entonces, muchas comunidades autón más ya estaban pidiendo que volvieran 'voluntariamente' los trabajadores liberados sindicalmente ante la emergencia. Madrid, Andalucía, Castilla y León, Murcia, Castilla La Mancha... En teoría, todas las organizaciones sindicales han puesto al 100% de sus liberados a disposición de las autoridades, pero en realidad la respuesta está siendo desigual, gradual, paulatina y, "en cierto modo" , propiciada "por la presión social" existente, según reconocía una fuente sindical de CCOO.

"Yo estoy trabajando, al igual que otra compañera del sindicato que ha vuelto a la UCI de este mismo hospital, Beatriz Vicente Madre, por solidaridad y porque somos sanitarios, vocacionales y consideramos que en esta situación de emergencia debemos de estar al pie del cañón. Así lo decidimos además en nuestro sindicato antes de que nadie nos lo pidiera". Patricia, sin embargo, "y sin ánimo de criticar a ningún compañero", reconoce que "no todos los compañeros liberados ni otros sindicatos están actuando de la misma manera". De hecho, CSIF sanidad, al menos en la Comunidad de Madrid, sí que ha puesto a disposición del SERMAS (Servicio Madrileño de Salud) casi al 100% de sus liberados y únicamente quedan trabajando en el sindicato sin volver a los hospitales dos personas, "aunque ahora el trabajo sindical, dadas las circunstancias críticas que estamos atravesando, es más necesario que nunca".

Según el último Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, publicado por el Ministerio de Hacienda, el número de empleados públicos en España asciende a 2.595.575 y de ellos, las Instituciones Sanitarias del Sistema Nacional de Salud (SNS) tienen registrados a 515.312 trabajadores. Sin embargo, esas mismas Instituciones no ofrecen el dato de cuántos de esos trabajadores sanitarios son liberados sindicales.

Los propios sindicatos tampoco la suelen dar. Una fuente cercana al Ministerio de Sanidad cifra el número en "más de 3.000 en toda España. Pueden ser unos 3.200 o 3.400". Otra fuente sindical, miembro de la cúpula de CCOO cuando estaba al frente del mismo José María Fidalgo, calcula que "en la sanidad puede haber una ratio de un liberado sindical por cada 160 trabajadores, más o menos, por lo que estaríamos hablando de más de 3.000 en toda España". Entre las comunidades que sí ofrecen el número de liberales sindicales sanitarios destaca Andalucía, con 612, Madrid (444), Castilla y León (226), Castilla La Mancha (156), Murcia (167) o Extremadura (120). Así, extrapolando los datos de población y personal sanitario de estas comunidades a toda España se puede colegir que el número de liberados en el sector se sitúa en el entorno de las 3.200-3.400 personas de las que hablan las fuentes consultadas.

Fernando Hontangas y Patricia González, de CSIF, cuentan que ellos exigieron a la Comunidad de Madrid, para que los liberados volvieran a los hospitales y centros de salud en esta crisis sanitaria, "que no se despidiera a los trabajadores que estaban sustituyendo a los liberados y cuando eso se garantizó no ha habido ningún problema en volver al trabajo porque todas las manos son necesarias para ayudar en esta situación". Y es que, tras los datos catastróficos de empleo de este jueves, CSIF denuncia que "la sanidad española sólo registró 7.085 nuevos contratos durante el mes de marzo, cifra que contrasta con las 50.000 nuevas incorporaciones que anunció el Gobierno para hacer frente a la presión asistencial, como consecuencia de la pandemia por el coronavirus que azota a nuestro país.

Y es que, pese a la situación de extrema gravedad, se han hecho incluso 3.000 contratos menos de los que se realizaron en marzo del año pasado (en 2019 se hicieron 9.957). Además, se da la circunstancia de que hay más de 12.000 profesionales contagiados y por tanto ‘fuera de juego’". Pero ese es otro tema y estábamos con la vuelta de los liberados a los centros sanitarios.

¿Cuántos de ellos han dejado el despacho para volver a los centros sanitarios en esta situación de alerta sanitaria? Las cifras bailan según los datos ofrecidos por algunas comunidades y los de los sindicatos. De los 133 que habían vuelto en Madrid hace unos días, a los 70-80 de Andalucía, los 5-6 de Murcia, cantidad similar en Cantabria, o los "casi 100, según los días" en Extremadura. Las fuentes antes citadas sindicales y sanitarias coinciden: "Es muy complicado dar datos exactos y hay muchas diferencias entre comunidades, pero podemos estar hablando de que alrededor de un 40%-50% de los liberados están de vuelta en los hospitales. Que sí que es verdad que están volviendo poco a poco, de forma paulatina y lenta, pero el número aumenta, quizás por la presión social, cada día". 

Y es que en ese 100% que aseguran las organizaciones sindicales hay 'truco'. En sus comunicados ofreciendo a los liberados al sistema sanitario en esta situación de emergencia la mayoría de sindicatos matiza que "ponemos a nuestros liberados a disposición de la sanidad después de reorganizar nuestras estructuras porque ahora el trabajo sindical es más necesario que nunca y hay que mantener" cierta estructura en defensa de los trabajadores, "en unos momentos en que los abusos son más fáciles bajo la justificación de la alerta. Todos entendemos la situación pero no se pueden perder derechos ni someterse a abusos", explican los sindicatos.

En este sentido, CCOO asegura que "no nos consta que haya habido ningún problema para incorporar liberados a la sanidad. De cada cinco liberados, hemos incorporado tres en España". CESM, sindicato médico, explica que "nuestro sindicato no utiliza ni las horas que nos corresponden para labores sindicales, no usamos ni el 40%. Ahora estamos con los imprescindibles y la mayoría se han incorporado. Desde el primer momento, incluso alguno el primer día ya estaba al pie del cañón en una UCI".

A principios de esta semana, un escrito de la Junta de Personal del Hospital Nuestra Señora del Prado de Talavera (Toledo), una de las zonas más afectadas por la pandemia, integrada por los sindicatos SIC-GS, SATSE, CESM, CSIF, SAE, CCOO, UGT y USO, en la que los liberados sindicales ponían pegas a su incorporación al trabajo como se les había pedido desde la gerencia del hospital y desde la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, revolucionó las redes sociales, que tacharon a los médicos y enfermeros y enfermeras liberados, como poco, de "insolidarios", "vagos", etc... Rápidamente, UGT, CSIF o SATSE se desmarcaron y aseguraron que "nuestros liberados sanitarios de Talavera están en sus puestos ya", con la bata puesta, y además, ningún delegado del ámbito está haciendo uso del crédito horario: la prioridad son las tareas asistenciales y frenar el Covid-19". La 'excusa' para dicha carta por parte de los liberados fue que "solo pedíamos más información".

En Andalucía también ha habido cierta polémica por la petición de la Junta que preside Juan Manuel Moreno Bonilla, pero la percepción desde este organismo es que los liberados "van incorporándose a sus puestos". En Extrmadura, todas las organizaciones sindicales, 120 liberados, aseguran haberse puesto "a disposición" del Gobierno de Guillermo Fernández Vara. "El consejero de sanidad, José María Vergeles nos ha explicado que cuando nos necesitasen nos llamarían", aseguran desde CSIF. Como por ejemplo hicieron con la presidenta del Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) de la región, Victoria González Palomino, que ha estado trabajando personalmente en la residencia municipal de ancianos de Arroyo de la Luz (Cáceres), uno de los mayores focos de Extremadura y donde el ayuntamiento de la localidad ha informado ya de 17 fallecidos. 

En Murcia, el Gobierno del popular López Miras también ha llamado a que los 167 liberados sindicales sanitarios se presenten "voluntarios" a sus puestos. Además, la llamada del Instituto Murciano de Acción Social (IMS) a sus 19 liberados ha sido atendida por todos ellos y ya se encuentran en sus puestos de trabajo, según la propia administración regional. Pero respecto a los sanitarios, en la Consejería de Sanidad, a 1 de abril, solo tenían constancia documental de que 5 de los 167 estaban trabajando. Una cifra que desmienten todos los sindicatos, que aseguran que son "muchos más" los que están trabajando. Por ejemplo, Juan Antonio Blaya, secretario general de SATSE en Murcia, asegura que sus 10 liberados parciales están en sus puestos en hospitales o centros de salud y que los liberados totales "están a disposición del Gobierno regional", pero advierte de que "antes se tiene que agotar la bolsa de trabajo que hay en enfermería, que está llena. Hay que contratar a 800 enfermeros y enfermeras".

A Javier Lanza, secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO en Murcia no le hizo falta escuchar la llamada del Gobierno de su región y se convirtió en el primer liberado de Murcia en acudir a su trabajo en el hospital Virgen del Castillo de Yecla, como administrativo y celador. "Mi ética me dice que hay que arrimar el hombro y estar con los compañeros tratando de salvar vidas y vencer al Covid-19.", explica. "Trato de aportar mi granito de arena y animo al resto de delegados sindicales de la región a hacer lo mismo, aunque me consta que la práctica totalidad de todos ellos están a disposición del SMS".

Mientras, en Madrid, Patricia González Carbajo se preparaba este viernes para dejar a un lado sus labores sindicales semanales y estar durante el fin de semana en las urgencias del hospital Gregorio Marañón. "Es duro porque trabajamos con mucho estrés, con mucha presión, vemos situaciones dramáticas que tratamos de resolver con todas nuestras fuerzas. Yo no tengo miedo al contagio, lo que tengo miedo es de contagiar a mi familia", dice, antes de hablar de que "al principio carecíamos de EPIs, lo que denunciamos, pero eso ya parece haberse resuelto, pero es necesario que se hagan tests al personal sanitario, que no se está haciendo..." Y se despide: "Estoy aquí por solidaridad y porque creo que es mi obligación. Todos tenemos que arrimar el hombro ante esta situación y más el personal sanitario, seamos liberados sindicales  o no".

En Gijón (Asturias) hay otro ejemplo muy diferente (y famoso) de liberado; en este caso deportivo, que se ha puesto el uniforme. El doble campeón olímpico de piragüismo (Pekín 2008  y Río 2016), Saúl Craviotto, que había sido elegido para se el abanderado del equipo olñímpico español en los Juegos de Tokio 2020, ahora pospuestos, ha pedido, ante la situación de emergencia que vive el país por la pandemia del coronavirus, su reingreso en la Comisaría de Gijón donde ejercía como Policía Nacional y ya se ha reincorporado a su actividad. Por las mañanas patrulla las calles de la ciudad y por las tardes vuelve a la piragua para mantener la forma, aunque sabe que deberá esperar más de un año para que lleguen los juegos otra vez. 

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