Aspira a sede de la nueva agencia

Madrid lanza la lucha contra el blanqueo y aspira a ser la sede de la agencia europea

La capital, que celebra este viernes la conferencia global sobre prevención de estos delitos y de la financiación del terrorismo, está entre las candidatas a sede de la Autoridad Europea de Lucha contra el Blanqueo de Capitales

Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid
Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid
Europa Press

Madrid presentó el mes pasado en Bruselas su candidatura para convertirse en la sede de la nueva Autoridad Europea contra el Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo (AMLA, por sus siglas en inglés), un proyecto en el que han trabajado conjuntamente las tres administraciones: el Gobierno Central, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital. La llegada de la nueva institución, que centralizará las competencias supervisoras, normativas y de coordinación entre las unidades de inteligencia financiera de los Estados miembro, supondría una oportunidad de calado.

Lo supondría para la ciudad en términos de impulso a la actividad, pero también lo supondría para España que, pese a ser la cuarta economía europea por tamaño, no alberga ninguna institución financiera europea, como sí sucede con Alemania (Banco Central Europeo) o Francia (sede de la Autoridad Bancaria Europea, la EBA), y esto pese a que a raíz de la gran crisis acometió una de las reformas más profundas del sistema financiero para dotarlo de más liquidez y solvencia contra riesgos como los que se han vivido recientemente con la quiebra del SVB estadounidense o con los problemas de Credit Suisse. 

Es el contexto que rodea la celebración, este viernes, de la conferencia sobre la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo 'Perspectivas, fortalezas y retos', que han organizado de forma conjunta las principales patronales financieras (AEB, CECA y la UNACC, que agrupa a las cooperativas de crédito), así como la del seguro (UNESPA), el Colegio de Registradores de la Propiedad, el Consejo General del Notariado y la Asociación Madrid Futuro, junto al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, la Comunidad y el Consistorio madrileño. 

Es importante que España y lo que el país hace en materia de prevención de blanqueo de capitales "se ponga en valor " en el ámbito internacional de cara, incluso, a la propia candidatura de Madrid, apunta a 'La Información' Pedro Comín Rodríguez, director del Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias (SEPBLAC). "Se ha visto que este sistema de combinar supervisor e inteligencia financiera es eficiente", apunta, y explica cómo la nueva autoridad cuenta con una estructura muy parecida a la del propio SEPBLAC.

Desde su punto de vista, este congreso va a permitir conocer qué opinan sobre el diseño de la nueva institución protagonistas relevantes como la Comisión Europea o la propia EBA. "Que está en Madrid, mucho mejor. Que no está en Madrid... lo importante es que la nueva autoridad esté donde esté sea ambiciosa y salga bien", añade. Su puesta en marcha va a suponer un punto de inflexión, puesto que va a cambiar completamente las reglas del juego. 

Un presupuesto que sea suficientemente ambicioso

"La forma en que teníamos de legislar en Europa era una forma de directiva de mínimos en la que luego cada país reforzaba esos elementos que ya estaban en la directiva", explica Comín. Esto suponía que la interpretación y las propias herramientas que existían en la lucha contra el blanqueo de capitales eran diferentes en cada país. Esto podía generar trabas en caso de sujetos obligados como un banco con dimensión internacional, dado que las normas de prevención tienen un componente de carácter local excesivo. La nueva autoridad va a supervisar directamente a algunas entidades, pero también va a ser "supervisor de supervisores", es decir, de las autoridades nacionales de inteligencia financiera.

La AMLA, que contará en principio con un presupuesto de 45,6 millones de euros para su puesta en funcionamiento y con una plantilla de 250 personas, centra la estrategia de Bruselas contra el lavado de capitales. "Cuanto más ambicioso, cuantos más medios, va a ser, en mi opinión, una mejor autoridad porque va a tener más capacidad de desarrollo de esas competencias", explica Comín. Resalta además el sentido que tiene que haya un supervisor europeo, dado que hay muchos sujetos obligados que tienen una actividad transfronteriza muy elevada. 

La nueva institución hará que los supervisores nacionales tengan un nuevo estándar al que adaptarse y fijará también nuevas exigencias para las entidades. Traerá consigo una homogeneización en los procedimientos y una mayor calidad, que requerirá también de una adaptación de los modelos que ya existían a nivel nacional. Esto, a la larga dará lugar a un sistema de vigilancia y control "mucho mejor", enfatiza Comín, quien incide en que la AMLA va a proporcionar una "visión del riesgo global" mejorada, lo que permitirá que lucha contra el blanqueo y la financiación del terrorismo sea más eficiente.

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