En el arranque de 2016 el precio del crudo (Brent) se situaba por debajo de la cota de los 35 dólares por barril, su nivel más bajo en más de una década. El mercado estaba inundado de petróleo y la demanda era débil, lo que provocaba que hubiera un exceso de oferta evidente. Por tanto, lejos quedaban los 100 dólares en los que cotizaba en 2013 y 2014 pero el precio del crudo ha experimentado un notable rally alcista desde entonces, cotizando en la actualidad cerca de los 75 dólares, su precio más alto desde finales de 2014.
El crudo de referencia en Europa ha multiplicado por más de dos veces su precio en poco más de dos años. Además, ofensivas como las de Estados Unidos en Siria han provocado que las miradas vuelvan a estar puestas en el precio del crudo, aunque la mayoría de expertos prevé que se estabilice en los niveles en los que actualmente cotiza.
El escenario de precios es muy positivo para las petroleras. El rally del precio del crudo ha impulsado fuertemente la cotización de Repsol y la petrolera presidida por Antonio Brufau está a las puertas de marcar máximos históricos. El nivel a batir son los 16,05 euros marcados a mediados de 2007, teniendo en cuenta la serie de precios ajustada por dividendos.
La cota de los 16,05 euros es el nivel a batir y como si de un barco se tratara, la vislumbra al fondo del horizonte y la tiene cada vez más cerca. En concreto, la petrolera cotiza en los 15,70 euros, por lo que únicamente está un 2,2% por debajo de su máximo histórico. Este año, Repsol logra eludir las caídas en el parqué que vive el Ibex (-2%) y se anota una subida superior al 5%.
Repsol, en su presentación de resultados de 2017, presentaba su guía para este año bajo la hipótesis de un precio del barril Brent de 59 dólares, un 20% por debajo de su precio de cotización actual. Además, el ataque de Estados Unidos a Siria, junto a Francia y Reino Unido, ha provocado un aumento del riesgo geopolítico que ha disparado el precio del crudo.
Los expertos de Renta 4 señalaban, tras rendir cuentas la petrolera, que valoraban positivamente la mejora propuesta en la retribución al accionista: 0,90 euros por acción con cargo a 2017 y una rentabilidad por dividendo en torno al 6%. Además, destacaban el compromiso de la compañía de realizar adquisiciones acretivas (rentabilidad mayor al coste del capital) por lo que reiteraban su recomendación de 'sobreponderar'.
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