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La recuperación del empleo no llega a los jóvenes: el paro se estanca cerca del 30%

En el tercer trimestre de 2023 había 518.000 jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 24 años que están desempleados mientras que la tasa se mantiene en el 27,82% a pesar del impacto de la reforma laboral. 

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez
La recuperación del empleo no llega a los jóvenes: el paro se estanca cerca del 30%.
Agencia EFE

Más de medio millón de jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 24 años están en situación de desempleo en España, lo que sitúa la tasa de paro en el 27,82%, según los datos del tercer trimestre publicados este jueves por el INE. Se trata de una realidad gris que ha pasado a caracterizar el mercado laboral español, que encabeza la comparativa europea prácticamente cada mes, según la información recopilada por Eurostat. De manera que los menores de 25 años no consiguen dejar atrás la losa del 30% del paro -superada por última vez entre enero y marzo- desde hace quince años, a pesar de que el porcentaje de jóvenes de esta edad se ha reducido bastante en un año, ya que en el mismo periodo de 2022 era del 31,01% del total de activos. 

El marco mejora si se amplia el foco hasta los 30 años, como celebraba el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital puesto que en este caso las cifras se sitúan en mínimos desde 2008. Pero, en contrapartida, se agrava cuanto menor es la edad de los parados de forma que la tasa para los menores de 19 años se sitúa por encima del 40% y en el primer trimestre del año superaba incluso el 46%. Así, los más jóvenes quedan a la cola de la recuperación del empleo registrada en los dos últimos años. En términos absolutos suponen un número reducido pero no por ello desdeñable de 142.000 personas, un grupo en el que se mezclan diferentes contextos personales desde los comúnmente denominados 'ninis' -que ni estudian ni trabajan- como aquellos que buscan un empleo que compaginar con sus estudios. 

Si tomamos como referencia la fotografía de los meses de julio, agosto y septiembre en los que en términos generales ha aumentado el número de ocupados en 209.000 trabajadores, la situación de los jóvenes es bastante diferente en función de su lugar de residencia. En Andalucía la tasa de paro de los menores de 25 años es del 40,56% mientras que en las Islas Baleares es de apenas un 10,52%, es decir, inferior a la tasa nacional de desempleo (11,84%). Otros territorios como La Rioja, Castilla-La Mancha, Navarra, Madrid y Asturias registran porcentajes cercanos al dato nacional (entre el 27,02% y el 30%) al tiempo que Aragón, Galicia o la Comunidad Valenciana tiran de ella a la baja (con valores comprendidos entre el 20,65% y el 23,11). Si bien, este problema es especialmente grave en las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, dado que en la primera de ellas se roza el 60%. 

Desempleo juvenil como tarea pendiente 

La Ministra de Trabajo y Economía Social en funciones, Yolanda Díaz, asume que la tasa de desempleo juvenil que ha tachado de "inaceptable" es uno de los retos clave en materia laboral. De hecho, esta materia capitalizó buena parte de los recursos destinados a políticas activas de empleo durante el año pasado, a pesar de que en 2023 se ha preferido priorizar las actuaciones dirigidas a los desempleados de más de 45 años. Tras estos esfuerzos y el Plan de Garantía Juvenil 2021-2027, la tasa de paro de los menores de 25 se reduzca en 3,33 puntos porcentuales desde el tercer trimestre de 2021. Sin embargo, este grupo no ha dejado de estar expuesto a los cambios estacionales del mercado de trabajo español, por lo que presenta sendas diferencias respecto a los datos del primer trimestre -en 2021 la tasa era del 39,53%-.

En las ruedas de prensa mensuales, la cartera de Trabajo y la de Seguridad Social señalan al colectivo de los jóvenes como el que más beneficiado se ha visto por la entrada en vigor de la reforma laboral de 2021. Los datos muestran un incremento del número de ocupados en esta franja de edad, pero sobre todo una caída drástica de la temporalidad de sus contratos, especialmente en el sector privado. En el caso de los trabajadores con edades inferiores a los 30 años, la tasa de temporalidad se ha reducido desde el 53% al 22% en cuestión de dos años que se explica por las caídas registradas en los sectores de la construcción y la hostelería. 

No obstante, algunos expertos como el investigador de Fedea Florentino Felgueroso advierten de que este indicador podría no ser suficiente para describir la situación, como consecuencia del auge del contrato fijo discontinuo, por lo que han comenzado a hablar de "temporalidad contractual". Menos del 10% de los trabajadores tienen un contrato de esta modalidad, sin embargo, estos tienen una situación muy particular. El empleador no está obligado a garantizarles unas horas mínimas de trabajo a la semana o al mes, a pesar de que sí está obligado a reclamarles si se dan una serie de condiciones fijadas en el contrato, no obstante el trabajador puede ser despedido sin ningún coste en el acaso de no acudir a una de estas llamadas, por lo que la caída de la temporalidad sobre el papel no los libra de condiciones precarias o imprevisibles.

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