Empleo

Jornada laboral de 37,5 horas: ¿cómo afectaría a la productividad en España?

El acuerdo de PSOE y Sumar para la reducción de las 40 horas semanales abre un escenario incierto en las empresas de nuestro país, en plena negociación para la investidura de Pedro Sánchez. De materializarse el cambio en el total de horas de trabajo semanales, la duda entre los empresarios surge sobre si afectará a la productividad.

Yolanda Díaz
Jornada laboral de 37,5 horas: ¿cómo afectaría a la productividad en España?
EFE

La jornada laboral de 37,5 horas semanales vuelve al escenario político, en plena negociación para la investidura de Pedro Sánchez. PSOE y Sumar acercan posturas para pactar una reducción de la jornada laboral desde las actuales 40 horas semanales. Y, a pesar de que muchos convenios sectoriales ya incluyen este recorte de tiempo efectivo de trabajo, la mayoría de los agentes sociales que los partidos de Gobierno tratan de incluir en la negociación debaten sobre su viabilidad: ¿este recorte en las horas de trabajo llevaría a una mejora en la productividad?

Tanto desde las empresas como los sindicatos, el deseo de modernizar y mejorar las condiciones laborales es evidente. Porque lo cierto es que, con una jornada laboral de 37,5 horas, España se alinearía con modelos de países nórdicos, reconocidos por su alto índice de calidad de vida y su notable productividad. ¿Podría esta reforma influir de manera positiva en la productividad y bienestar de los trabajadores españoles?

Productividad en España: a la cola de la UE

En un reciente informe de CaixaBank Research, se explica el principal problema: el crecimiento promedio de la productividad del trabajo de España entre 2014 y 2022 en términos reales fue del 0,3%, inferior al 0,9% del conjunto de la UE, por lo que "existe una brecha importante entre el nivel de productividad español y el de la eurozona y las principales economías europeas". Pero, ¿cómo es posible? ¿Es que, acaso, 40 horas no son suficientes para producir más?

Lo cierto es que el gastado paradigma de que más horas de trabajo se traducen en más productividad ha sido desterrado por diversas investigaciones. Por ejemplo, otro estudio de la OCDE muestra que países como Alemania, con una jornada laboral más corta, tienen mayores tasas de productividad. De hecho, la media de horas trabajadas por los empleados germanos en 2021 fue de 1.349. El promedio en los países de la OCDE fue de 1.716 horas. Los griegos trabajaron 1.872 horas anuales.

En este sentido, al comparar España con otros países europeos, observamos que la jornada laboral promedio en la Unión Europea es de aproximadamente 37 horas semanales, lo que sugiere que una reducción en la jornada podría alinearnos con el resto del continente. Y, a priori, las cuentas saldrían: si un trabajador emplea media hora menos al día en hacer el mismo trabajo, estaría produciendo más por hora. Pero, ¿esto se traduciría en una mayor productividad real?

Bienestar laboral de los empleados, formación y eficiencia

Si algo nos ha enseñado la pandemia es que el bienestar de los empleados tiene un impacto directo en la eficiencia laboral. En este sentido, según el último Informe Mundial de la Felicidad de la ONU, países con jornadas laborales más cortas y políticas de conciliación más efectivas lideran los rankings de felicidad y bienestar. España, con una tasa de absentismo laboral del 6,1% (y en pleno ascenso), quizás la jornada de 37,5 horas podría ser la respuesta.

Claro que la reducción de la jornada laboral no puede verse como la única solución al problema de la productividad que arrastra España desde hace años. La realidad laboral española es compleja y marcada por factores como la temporalidad y el alto nivel de desempleo juvenil. Por eso, es fundamental que esta reducción de la jornada laboral venga acompañada de políticas que ataquen de raíz otros problemas estructurales del mercado laboral español.

Por ejemplo, el mismo informe de CaixaBank Research recuerda que "una de las claves de la productividad radica en la calidad del capital humano de una economía. Los trabajadores con un nivel educativo más alto y técnicamente más cualificados son más productivos. [...] Existe un déficit significativo en el nivel de formación de los trabajadores y de los empresarios españoles con respecto al promedio de la eurozona". Es decir, que también necesitamos empleados y empresarios más formados para complementar medidas estrictamente dirigidas a regular la jornada laboral.

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