El 22 de febrero

Repsol ultima su nuevo plan estratégico con las inversiones en España en la nevera

Presenta al mercado su nueva hoja de ruta en menos de dos meses tras lograr con dos años de antelación la consecución de los objetivos fijados para 2025 y con el foco puesto en el incentivo a las inversiones del Gobierno.

El CEO de Repsol, Josu Jon Imaz y el presidente de Repsol, Antonio Brufau.
Repsol ultima su nuevo plan estratégico con las inversiones en España en la nevera.
Marta Fernández / Europa Press

Repsol entra en la recta final para presentar la actualización de su plan estratégico. La compañía desvelará su nueva hoja de ruta en poco menos de dos meses -el 22 de febrero- tras lograr con dos años de antelación la consecución de los objetivos fijados para 2025, y la cita tendrá especial interés para el mercado. 

En esta ocasión se da la circunstancia de que está en pleno pulso con el Gobierno por el impuesto energético y mantiene sus inversiones congeladas en España. Repsol ha paralizado grandes proyectos hasta que exista, en su opinión, un marco regulatorio estable y previsible. Fue la primera energética en salir al paso tras conocerse la intención del Gobierno de prorrogar el gravamen extraordinario al sector. En este sentido, dará cuentas a los inversores de su estrategia antes de que se clarifique cómo se articulará el incentivo a las inversiones en proyectos estratégicos.

Hasta el momento, tan solo se conoce que en la Ley de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el año 2024 se incluirá un incentivo que resultará de aplicación a los obligados al pago en el sector energético por las inversiones estratégicas que sean esenciales para la transición ecológica en España, tales como el almacenamiento energético, nuevos combustibles renovables -como el biogás, el biometano o el hidrógeno verde- y sus posibles infraestructuras de red asociadas, así como inversiones asociadas a cadena de valor nacional y europea, para contribuir a la autonomía estratégica, que se realicen desde el 1 de enero de este año en relación con las magnitudes a considerar respecto del año mencionado. Así se recoge en el Real Decreto-ley aprobado en el último Consejo de Ministros del año pasado.

Paralizado uno de los proyectos más importantes del país

En este sentido, Repsol y Petronor han advertido de que queda en 'stand by’ uno de los proyectos de hidrógeno más importantes del país. Han puesto en marcha el primer electrolizador en el centro industrial Muskiz, en Vizcaya, con una potencia de 2,5 megavatios (MW), pero es tan solo la antesala de lo que aspiran. Si todo marcha según lo previsto antes de que se produjera el órdago de la petrolera al Ejecutivo, Petronor deberá contar en los próximos años con otros dos electrolizadores de 10 MW -este sí va para adelante al 100%- y 100 MW de capacidad. Este último, de gran escala, ha sido reconocido por la Comisión Europea como proyecto estratégico y de interés común europeo (IPCEI). En Tarragona, Repsol también ha congelado un electrolizador de hasta 150 MW -el más grande del país- y la Ecoplanta, que suman una inversión de hasta 1.050 millones de euros.

Tras la presión de las empresas y la ejercida por el PNV, en defensa del interés de Repsol e Iberdrola, el Gobierno acabó cediendo y aliviará el impacto mediante el incentivo mencionado anteriormente. El partido vasco, que el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, lideró entre 2004 y 2008, ha sido el gran impulsor de que se incorporaran deducciones en el gravamen y también ha logrado la gestión autonómica del impuesto tanto a la energéticas como a la banca. El PNV ya planteó algo parecido en su enmienda al impuesto y fue rechazado en aquel momento por el PSOE. En concreto, pidió que el importe de la prestación se minorara en el 20% de las inversiones en proyectos que contribuyan a la transición energética, con un máximo del 30% de la prestación, así como que en caso de incumplimiento del plan de inversión, se devolviera el importe de la minoración que proporcionalmente corresponda a la parte no invertida, junto con los correspondientes intereses de demora. Las inversiones debían materializarse durante durante el periodo 2022-2026.

Repsol señala que la nueva hoja de ruta se focalizará en una estrategia que permita alcanzar las cero emisiones netas de la compañía en 2050, a la vez que mejora la posición de valor. En este sentido, el curso pasado irrumpió con fuerza en la eólica de Estados Unidos tras la adquisición de la firma de energías renovables ConnectGen, que posee una cartera de proyectos de 20.000 MW, a través de una inversión de 768 millones de dólares (715 millones de euros) a Quantum Capital Group.

La compañía también compró el año pasado el 50,01% de CHC Energía bajo su apuesta por convertirse en una de las grandes eléctricas. Sumó a su cartera más de 350.000 clientes de una tacada y ya es la cuarta comercializadora de luz del mercado, por detrás de Iberdrola, Endesa y Naturgy. Esta es la mayor compra de una compañía eléctrica por parte de Repsol desde que en 2018 acordara la adquisición de los activos de Viesgo, entre los que se incluía su cartera de clientes. Además, con esta operación, consiguió el objetivo fijado en su plan estratégico 2021-2025 de alcanzar los dos millones de clientes de electricidad y gas.

Músculo financiero para apuntalar su apuesta renovable

Pero para poder comprar, hace falta ingresar. La última operación la protagonizó con Pontegadea, el brazo inversor de Amancio Ortega, que en noviembre se hizo con el 49% de una cartera 'verde' de 618 MW por valor de 363 millones de euros. Este es el tercer acuerdo al que llegan, tras tomar el 49% del eólico Delta en 2021 y el complejo fotovoltaico Kappa en 2022. La incorporación de socios lleva aparejado un compromiso de inversión en línea con el actual plan estratégico, que pasa por alcanzar los 6 GW renovables en 2025 y llegar hasta los 20 GW para 2030. Habrá que esperar hasta febrero para ver si es más ambiciosa tras las operaciones protagonizadas en los dos últimos años.

Asimismo, en 2023 cerró un crédito con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) por valor de 575 millones de euros para impulsar el despliegue y puesta en marcha en España de diversos parques eólicos y plantas fotovoltaicas con una capacidad total de 1,1 gigavatios (GW), y que se prevé que estén operativos antes de finales de 2025. También continuó con el proceso de rotación de activos de exploración y producción de petróleo y gas en países que no considera estratégicos. Hasta el momento se ha desprendido de negocios en Vietnam, Malasia, Papúa Nueva Guinea, Australia, Grecia, Marruecos, Irak, Bulgaria, Ecuador y Rusia, reenfocándose hacia áreas económicas más estratégicas dentro del paraguas de la OCDE y con especial atención en Estados Unidos. Ha reducido así su exposición de 25 a 14 geografías.

Mostrar comentarios