Gran opacidad en el mercado

El negocio de las mascarillas sobrevive al final de su uso en espacios interiores

El final de la obligatoriedad de utilizarlas en espacios públicos interiores pone en cuestión la rentabilidad de las empresas dedicadas a la fabricación de este producto, que surgieron al calor de un vacío de oferta.

Una mujer se quita la mascarilla, a 8 de febrero de 2022, en Madrid (España). El Gobierno aprueba hoy en Consejo de Ministros la obligatoriedad del uso de las mascarillas en exteriores, medida que entrará en vigor el próximo 10 de febrero. Desde Sanidad señalan que dejarán de ser obligatorias ya que los indicadores "van mejorando" y "especialmente" el que habla del nivel de circulación del virus. 08 FEBRERO 2022;MASCARILLAS;GOBIERNO;EXTERIORES Cézaro De Luca / Europa Press 08/2/2022
Sanidad ‘rompe’ las mascarillas, pero el multimillonario negocio seguirá en pie. 
Europa Press

Hasta marzo de 2020, las mascarillas tan solo eran cosa del ámbito sanitario clínico, quirúrgico u hospitalario. No fue hasta la llegada de la Covid-19 a Europa cuando las autoridades sanitarias comenzaron a advertir de la necesidad de su uso para frenar la propagación del virus. La sociedad entera se agolpó en masa en las farmacias en busca de un producto que jamás se hubieran imaginado tener que comprar. Pero había un problema: no se contaba con suficiente ‘stock’ y el existente tenía que reservarse para los profesionales de la sanidad, que eran quienes se enfrentaban al virus. A eso hay que añadir que el principal exportador -China- registró un exceso de demanda incapaz de atender, pese a contar con cientos de fabricantes y estar acostumbrado a epidemias. Conscientes de que había que buscar una solución inminente, fueron muchos empresarios los que vieron un potente nicho de mercado para emprender a la mayor brevedad posible.

“Había pocos negocios que fabricaran mascarillas antes de la pandemia en España. Se podían contar con los dedos de una mano”, relata a La Información el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Mascarillas, Batas y EPIs (OESP), Francisco Sánchez. Esta organización, que nació ‘ad hoc’ ante la emergencia sanitaria, agrupa en el momento actual a unas 15 empresas dedicadas a la fabricación de mascarillas con capacidad potencial para producir 160 millones de unidades mensuales y que emplean a 700 personas de forma directa. Entre ellas se encuentra Pi Medical, compañía que Sánchez fundó en junio de 2020.

Estas compañías representan el primer eslabón de un nicho de mercado que se ha encontrado desde el primer momento con un nivel de demanda “explosiva” y que incluso se ha visto obligado a duplicar los turnos de producción en los picos de contagios. “Si ya es complicado fabricar de una forma planificada, imagina con olas que estallan. Aunque ha sido estresante atender esta necesidad, hemos estado a la altura porque no ha habido desabastecimiento de mascarillas”, remarca Sánchez. Desde el comienzo de la emergencia sanitaria, la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) trabajó para acelerar los trámites de la concesión de licencias a empresas que podían adaptar sus instalaciones para la fabricación de este producto y tramitaron más de 40 permisos.

Llegados a este punto, la pregunta es ¿tiene sentido este negocio a futuro? En junio de 2021, cuando el Gobierno anunció el fin de la obligatoriedad de utilizarlas en espacios exteriores, se planteó la misma pregunta, aunque las dudas se despejaron con la irrupción de la variante delta y poco después la de ómicron. Ahora que la Covid da visos de avanzar hacia la gripalización, fuentes del sector precisan a este medio que el nivel de fabricación ha registrado “un descenso importante” en los últimos dos meses, periodo que coincide con la remisión de la incidencia y el fin de utilizarlas en exteriores (tras la vuelta de esta norma en diciembre de 2021), tendencia que podría agudizarse tras la Semana Santa, cuando la ministra Carolina Darias haga oficial el fin de la obligatoriedad de llevarlas en zonas interiores, salvo el transporte público, los centros sanitarios y socio sanitarios o en las zonas que supongan un riesgo para la salud pública.

Ante esta situación, desde la OESP defienden que el gremio que representan tiene intención de continuar. “Cuando se monta una fábrica, se hace con una visión a largo plazo y, aunque no conozco a ningún fabricante que haya amortizado los costes, su propósito es seguir trabajando”, apostilla al tiempo que hace un llamamiento a la administración para que favorezca su viabilidad de cara a evitar que España se encuentre en la misma tesitura que hace dos años en caso de futuras pandemias. Es más, están convencidos de que este nicho de mercado tiene futuro y no se plantean echar el cierre.

Pese a ello, no hay ni rastro acerca de los datos de facturación ni de las ganancias. Las organizaciones consultadas por este medio guardan silencio cuando se le pregunta por este tema. “Si hubiéramos querido ganar dinero, habríamos importado de países como China o Rusia, que es lo que da margen de beneficio sin complicarse la vida”, apostilla Sánchez. En este sentido, en las últimas semanas ha empezado a salir a la luz supuestas irregularidades en la intermediación de la compra de material sanitario en los inicios de la Covid, justo cuando más escaseaba. A la investigación abierta al hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Tomás Díaz Ayuso, que ha trascendido la Fiscalía europea, donde se intenta averiguar su hubo malversación de fondos europeos, se suma la querella presentada por la Fiscalía Anticorrupción en los juzgados de instrucción de Madrid contra Luis Medina Abascal -hijo del duque de Feria y Naty Abascal- y Alberto Javier Luceño Cerón, por el supuesto cobro de comisiones millonarias en la venta de estos productos al ayuntamiento de Madrid.

Lo que está claro es que con una demanda inelástica, su coste rozó en algunos casos umbrales abusivos hasta que el Ejecutivo intervino con la limitación de un precio máximo, La dificultad para estimar el dinero que mueve -sin incluir las de tela- radica en que se trata de un mercado con muchos intermediarios y una gran atomización de los puntos de venta que van desde las farmacias hasta supermercados o plataformas de comercio electrónico como Amazon. Aunque en un horizonte a medio plazo aún no se sabe con certeza los planes de este gremio, estos han hecho su agosto en los últimos 24 meses satisfaciendo una necesidad esencial hasta la fecha.

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