Enoturismo

El sector del vino se vuelca en el turismo en bodega para aplacar las "siete plagas"

La industria vitivinícola se encuentra en búsqueda de alternativas para paliar la bajada de exportaciones y la caída generalizada del consumo de vino en el mundo, tarea para la cual el enoturismo se presenta como un gran acicate.

El sector del vino se vuelca en el turismo en bodega para aplacar las "siete plagas"
El sector del vino se vuelca en el turismo en bodega para aplacar las "siete plagas"
Europa Press

El vino está en horas bajas. Los datos de diciembre de 2023 de la Organización Interprofesional del Vino de España indican que el consumo de la bebida no terminó de remontar el vuelo el pasado año, con un leve incremento del 0,5% interanual. Al centrar la mirada en las ventas exteriores, los registros no son mucho más halagüeños. Hasta noviembre, España ha exportado un 31% menos de vinos de uva fresca fuera de la Unión Europea que en 2022, hasta 66 millones de euros. No obstante, la dinámica no es solo española, sino global. Fernando Ezquerro, presidente del Consejo Regulador de Rioja, afirma que la caída de consumo del vino es mundial "preocupa" al sector que, después de afrontar "las siete plagas de Egipto" y con una producción más corta que otros años, no consigue que el mercado se anime. Para tratar de paliar estos vientos de cara, la industria vinícola está apostando con cada vez más fuerza por explotar el turismo en bodega, una fórmula de reflotar la marca de las diferentes denominaciones de origen y de fidelizar clientela. 

Para estas regiones, el enoturismo ya es un aliciente económico importante. Por ejemplo, según los últimos datos disponibles de 2022, las visitas a las bodegas de la denominación Rioja rozaron las 750.000, con un impacto económico de 155 millones de euros. Estas cifras convierten a esta práctica en una de las más importantes de la región, ya que supusieron un cuarto del total de viajes que recibieron las cuatro provincias que disponen de algún municipio dentro de la denominación (La Rioja, Álava, Navarra y Burgos) aquel año. Para 2023, Ezquerro adelanta que la tendencia irá a más y que esperan un incremento de turistas hasta las 800.000 visitas en las más de 600 bodegas de la DOCa. 

Aunque lleva en los planes estratégicos del sector desde hace años, José Luis Benitez, director general de la Federación Española del Vino (FEV), afirma que en un momento como el actual potenciar el enoturismo tiene "todo el sentido". Para Benítez, la apuesta de este segmento de negocio es la misma que la de un anuncio, ya que multiplica en valor el vino como activo cultural y fideliza a los clientes que acuden a la bodega. 

Benitez asegura que es necesario incentivar las campañas publicitarias de las bodegas de la mano de la administración pública, sobre todo en el extranjero, donde se desconoce la variedad enológica del campo español o las experiencias que ofrecen las bodegas, muchas de ellas diseñadas por arquitectos de primer nivel mundial como Frank Gehry. "Los turistas internacionales que vienen a España, la mayor parte de las veces acuden a Madrid o Barcelona. Es importante que los paquetes incluyan nuestras ofertas. Por ejemplo, que los packs de cruceros que paren en Cádiz oferten experiencias en las bodegas de Jerez", afirma el representante de FEV. 

En cualquier caso, el 'target' del enoturismo está en el residente en España. Según los últimos datos de la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) más del 80% de los usuarios de turismo vinícola son nacionales, un perfil que centra sus visitas en las bodegas de las denominaciones de origen de Rioja, Jerez, Ribera del Duero y Calatayud, principalmente. 

Un mercado que no levanta cabeza

El sector mira con preocupación la caída del consumo del vino. Ezquerro cree que al ser el vino un producto "aspiracional" y no de primera necesidad, el consumo se está retrayendo en un contexto de aumento de precios en los productos básicos.  Esta situación, aseguran desde el sector, es coyuntural. No obstante, las caídas en las ventas son más que significativas.

Los grandes mercados extracomunitarios, como Chile o Australia, acumulan caídas en la facturación del 22% y del 10%, respectivamente. Francia, Italia y España, los tres grandes productores mundiales, han conseguido mantener mejor sus posiciones gracias al comercio intracomunitario. 

Sin embargo, las importaciones desde fuera de la UE han caído significativamente para los tres mercados. En concreto, Francia ha exportado un 17,5% menos de valor fuera de las fronteras comunitarias, Italia un 8,58% y España un 31,57% menos. En el caso de los vinos españoles, la caída significativa del mercado estadounidense ha venido lastrando en la última parte del año el ritmo exportador. 

La situación ha propiciado incluso que la sequía, el gran mal del campo en el último año, se haya convertido en algo relativamente positivo para las bodegas. El presidente de la DOCa indica que la falta de lluvia ha acortado la producción, lo que permitirá no tener excedentes en España y no pagar los costes asociados. 

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