Informe de la Fundación 1 Mayo

Tres de cada diez trabajadores no cubren las necesidades básicas con su salario

El centro de estudios asociado a CCOO concluye que existe una brecha de género en las condiciones laborales y también de edad, de manera que la inestabilidad y el subempleo son mayores entre las mujeres y los jóvenes. 

Trabajador
Tres de cada diez trabajadores no cubren sus necesidades básicas con su salario. 
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El 28% de los trabajadores no pueden cubrir las necesidades básicas de su familia con su salario, es decir, tres de cada diez empleados son pobres o están en riesgo de serlo. Así lo refleja el informe 'La influencia de la negociación colectiva en el bienestar laboral, la precariedad laboral, el compromiso y el rendimiento en el trabajo' elaborado por la Fundación 1º de Mayo -asociada a CCOO- y presentado este lunes. El estudio se basa en 1.600 entrevistas realizadas entre el 22 y el 28 de diciembre de forma online, por lo que existe la posibilidad de que esta situación se haya agravado tras un año en el que los precios han evolucionado al alza, sobre todo los de algunos alimentos, pese a la moderación del IPC respecto al conjunto de Europa.

Los profesores de la Universidad de León y la Universidad de Granada, Ramón Ruedo y Jaime Aja, han identificado que este escenario empeora en el caso de las mujeres y los trabajadores más jóvenes, pero que el factor más significativo es haber cursado o no estudios universitarios. "Las personas con estudios universitarios perciben que tienen mejores condiciones laborales, en especial respecto a la suficiencia de los ingresos. También perciben que sus ingresos son más estables y que el contrato de trabajo asegura sus condiciones" valoran,  aunque apuntan a que se da una paradoja, dado que son los que sufren más subempleo y el miedo a la reducción de las horas de trabajo, lo que relacionan con una mayor presencia de mujeres. 

En el caso de los graduados, la diferencia entre los que dicen que su sueldo es suficiente para cubrir sus gastos básicos y los que admiten que no se inclina claramente a favor del 'sí' al situarse en un 43,4%. En cambio, esta resta desciende hasta 27 puntos porcentuales para los trabajadores que no cuentan con un título universitario (16%), lo que implica que una proporción elevada de este grupo no cobra un salario digno con el que hacer frente al coste de la vida. Aunque menor, el agravante de género también resulta significativo, ya que la diferencia se emplaza en el 25,9% en el caso de las mujeres mientras que asciende al 31,6% para los hombres.

 "Las mujeres y las personas más jóvenes sufren, en general, peores condiciones de trabajo. En especial, las diferencias por género son mayores en lo relativo al subempleo, la estabilidad contractual y el temor a perder el empleo", concluyen en el estudio. El grupo de hasta ocho investigadores de la Fundación 1º de Mayo y las universidades de León y Córdoba ha diferenciado entre los mayores y los menores de 35 años para identificar las posibles diferencias en función de la edad. Los resultados muestran una diferencia entre los trabajadores jóvenes y los 'mayores' de 6,6 puntos porcentuales -ligeramente superior a la de género- de forma que los primeros dicen tener mejores condiciones salariales. 

El salario es el factor que más influye en la precariedad

Con el primer estudio elaborado por el centro demoscópico de la fundación, el  sindicato busca sumarse al debate de datos e ideas que alimentan patronales y think thans con asiduidad, como ha reconocido el secretario de Comisiones Obreras, Unai Sordo. Los representantes de los trabajadores buscan así dar un salto cualitativo a los informes elaborados por el sindicato en colaboración con las universidades públicas, con el objetivo de huir de sesgos atribuibles al origen de los investigadores. Si bien, reconocen que el interés de los promotores se verá reflejado en las preguntas, dado que han identificado materias de su interés que no habían sido investigadas hasta ahora. 

El informe del que se han extraído estos datos ahonda en las contribuciones de la negociación colectiva a la igualdad, la salud de los trabajadores y las condiciones laborales, además de hacer una radiografía de la precariedad en España. A la insuficiencia de ingresos se suma en muchos casos el subempleo, trabajar menos horas de las deseadas, algo que tiene especial incidencia entre las mujeres, de forma que ambas variables se retroalimentan. Los investigadores concluyen que el salario es el factor más determinante para padecer precariedad laboral, sobre todo entre los trabajadores que ganan menos de 25.000 euros, seguido del contrato, por lo que destaca que los trabajadores fijos discontinuos se perciban más cerca de los temporales que de los indefinidos ordinarios. 

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